[Nfbespanol-talk] Comentario

[Frida Aizenman]

Braille Monitor

Volumen 55, Número 7

Julio, 2012

Gary Wunder, Redactor

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[LEYENDA DE LA  FOTO: Deborah Kendrick] 

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Comentario
por Deborah Kendrick

Nota del redactor: La siguiente columna apareció por primera vez en el Columbus Dispatch, el Domingo, 5 de junio del 2011. Se reproduce de la edición de verano del 2011 de Qué Pasa, la publicación de la Federación de Nueva México. Deborah Kendrick es una escritora de Cincinnati, y defensora de las personas con discapacidad.
Puede llegar a ella en

dkkendrick at earthlink.net


Cuando se encuentran a alguien con una discapacidad, algunos cruzan la línea. Hay un cierto tipo de asalto único para las personas con discapacidades visibles. Es un asalto a la privacidad, excede líneas trasadas, una aberración ocasional que puede arruinar su día. "Entonces, ¿qué te pasó?" es la forma más franca, más cruda, de la invasión. Y por lo general lo pilla fuera de guardia. Imagínese a usted mismo soñando despierto en la piscina o viajando en el autobús a casa del trabajo, y de repente, un extraño está en frente suyo con tal cuestión.
Las sorpresas como las de los francotiradores pueden ocurrir en cualquier parte. A veces son más específicamente dirigidas. En un elevador, o una sala de espera de un médico, un extraño de repente me podría preguntar, "¿Está tu marido también ciego, o qué?"
O tal vez, estoy en un almuerzo de premiación, y después de conocerlos,  y los temas como el aderezo para ensaladas y los panecillos calientes se han agotado, el chico a mi lado, casualmente, podría preguntar, "¿Y cómo perdiste la vista?" No ocurre con frecuencia, pero la mayoría de las personas con una discapacidad que se puede ver conocen la experiencia. Atrapados por la curiosidad, completos extraños o conocidos, maleducadamente exigen la información personal de una manera que  normalmente considerarían impensable. ¿La discapacidad, cómo te pasó? ¿Fué un accidente o enfermedad? Y ¿cómo funcionas en ese estado?
No estoy hablando de la curiosidad constructiva que nos ayuda a comunicarnos mejor con alguien que tiene una discapacidad. Está bien preguntar cómo uno mete la silla de ruedas en el coche, cómo sabe un perro guía encontrar la puerta, o si una persona sorda es capaz de leer los labios. Lo que no está bien es echar preguntas íntimas de la historia personal a alguien que apenas conoce.
Piense en ello. ¿Le preguntaría a un negro cómo se siente ser negro? ¿A una persona de raza blanca, si su cónyuge es de color blanco? O a una persona gorda, ¿por cuánto tiempo ha sido así? Un veterano de Vietnam que utiliza una silla de ruedas me dijo que la gente, realmente, le preguntó si sus hijos son biológicamente suyos. ¿Qué es, me gustaría saber, lo que acerca de esa silla de ruedas le da a la gente la idea de que tiene permiso para interrogar a un hombre sobre su vida sexual?
Para mí, una de las preguntas más ofensivas es cuando me preguntan si mi marido es ciego también. ¿Cuál es la traducción aquí? En primer lugar, ¿que debo tener un marido, porque no puedo cuidar de mí misma? Y luego, ¿si mi marido tiene vista normal, el intruso puede sentirse aliviado de que, debe estar, después de todo, alguien detrás de las escenas para cuidar de mí? O si mi marido es ciego o tiene alguna otra discapacidad, ¿que debidamente nos mantenemos con nuestra propia especie? ¿Casándonos dentro de las categorías?¿Le suena enojado? Bueno, tal vez simplemente exasperado, pero aquí está la Realidad: Las personas con discapacidad a veces pueden estar enojadas. También pueden sentir humillación, diversión, rabia, y dolor, al igual que sus compañeros no discapacitados lo hacen. Las personas con discapacidad vienen en todos los paquetes de razas, sexo, y económicos, y tienen días buenos y malos. Para la mayoría de nosotros, sin embargo, el tiempo llega cuando la discapacidad en sí misma tiene un decidido segundo lugar en la vida.
La base de la vida tiene prioridad sobre las limitaciones específicas.
No me malinterpreten: No es que nos olvidamos de que no podemos ver o correr o hablar exactamente del mismo modo que los demás. Eso nunca se olvida por completo, ya que la discapacidad, como cualquier otro rasgo personal, es un factor que, cuando se tiene, se integra en su personalidad total. Pero, una vez que las adaptaciones se han aprendido, y descubierto las habilidades, la discapacidad, en general, pierde su centro en el estado de la escena.
Las personas con discapacidad, al igual que las personas sin ella, invierten la emoción y la energía en tres áreas básicas: nuestro trabajo, nuestro juego, y nuestras relaciones con los demás. Recuerde que la próxima vez que se encuentre con alguien con una discapacidad, y si el impulso todavía lo resbala a preguntar, cómo "Lespasó", en lugar pregúntese: Cómo es que usted se volvió tan maleducado, y encuentre un enfoque más social a la conversación.
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