[Nfbespanol-talk] Disertación de un Surdo

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Mon Jul 23 19:19:22 UTC 2012


Disertación de un Surdo

Carta Abierta a Un Federacionista

por Kenneth Jernigan


Un discurso pronunciado en la convención nacional de la Federación

en New York City, 4 de julio, 1973.

 

Traducción de Angela Ugarte

 

Estimado Colega:

Me ha pedido que comente sobre una aparente contradicción en la filosofía de la Federación Nacional de Ciegos. Me dice que, por un lado, afirmamos que la persona ciega ordinaria puede competir en términos de igualdad con la persona ordinaria con visión, si tiene entrenamiento adecuado, y oportunidad.

Llama mi atención, nuestra afirmación que la persona ciega promedio, puede realizar el trabajo promedio, en el lugar de ocupación promedio, y hacerlo tan bien como su vecino vidente. Me recuerda que decimos al mundo con gran insistencia, que la persona ciega puede ser tan feliz, y llevar una vida tan completa como cualquier otra persona. Me dice que, por otro lado, decimos que la ceguera no necesita ser la gran tragedia que siempre se ha considerado porque puede ser reducida al nivel de una mera molestia física.

Me dice que estas dos proposiciones parecen contradictorias, y que, si se tiene que comprar una, no ve como puede comprar la otra.

Me dice también, que está preparado a aceptar el hecho de que la persona ciega pueda competir, y que por consiguiente, que, no está preparado, a menos que yo pueda mostrar razones válidas para lo contrario, a admitir que la ceguera es una molestia nada más. Es decir, algo más que cualquier otra característica, es una molestia para cualquier persona en la vida diaria. Déjeme empezar diciéndo que me ha puesto en una posición inusual. Ordinariamente, las personas quieren discutir la otra forma. La mayoría de ellas, dice que es ridículo pretender que la ceguera puede ser reducida al nivel de una molestia. Que, obviamente, es una tragedia mayor. Que compromete problemas severos, y limitaciones extremas. Sin mencionar angustia emocional, y perturvación psicológica. Usted, sin embargo, niega que sea aún una molestia, y me pide que me suba a la cuerda, y pruebe que lo es. Bastante justo, trataré. El hecho de que pueda usted seriamente hacer tal pregunta, muestra cuánto hemos progresado. Dudo que alguien podría aberlo hecho aún tan recientemente como hace veinte años. Para empezar, si alguna vez podemos admitir, y no lo admito como lo indicaré prontamente, con que no hay absolutamente nada que puede hacerse con vista que no pueda hacerse tan fácilmente, y tan bien cómo sin ella. La ceguera sería todabía una molestia, de acuerdo a como el mundo está constituído ahora. ¿Y porqué? Porque el mundo está planeado, y estructurado para los videntes. Esto no quiere decir que la ceguera necesita ser una tragedia terrible, o que los ciegos son inferiores, o que no puedan competir en términos de igualdad con los videntes. Para hacer una analogía exacta, consideremos la situación de los surdos:

El mundo está planeado, y estructurado para los diestros. De esta manera, la surdera es una molestia, y es reconocida como tal. Especialmente por los surdos. Aún así, el surdo puede competir en términos de igualdad con el diestro, puesto que, su limitación puede reducirse al nivel de una simple molestia física. Si usted no es surdo, yo no lo soy, soy normal, quizá no haya pensado en los problemas. Una persona surda, comúnmente, se pone el reloj en el brazo derecho. Si no lo hace así, sería peligroso , y provocaría problemas. Pero el reloj está hecho para los diestros. En consecuencia, cuándo se usa en el brazo derecho, la cuerda está hacia el codo, y no hacia los dedos. Es difícil dar la cuerda al reloj, una verdadera molestia.

Luego, existen los cuchillos para mantequilla. Muchos de ellos están hechos de tal forma, que los surdos deben esparcir la mantequilla con la parte de atrás del cuchillo, o peligrosamente, usar la mano derecha, o voltear la muñeca en la forma más incómoda, molestia para todos. Pero ninguna de la clase como para arruinar la psíquica de uno, o provocar pesadillas. Solo incomodidades.

El abridor de latas múltiples, aquel que se sujeta con la mano izquierda, y se voltea con la derecha, es decir, si se es normal, está hecho para normales. Si lo sostiene con la mano derecha, y lo voltea con la izquierda, como cualquier surdo respetable, es tentado de hacerlo, debe extender el brazo torpemente para coger la manija, o voltearla de arriba hacia abajo de tal forma que la manija se coloque adecuadamente. En tal caso, no funcionará.

Igualmente, los cuchillos para cortar la carne, son generalmente acerrados para favorecer a los diestros. Las tigeras, partidoras de huevos, cucharas para helado, y otros utencilios, son también hechos para el mismo grupo. De la misma manera, son las carpetas en las escuelas. Cuántos ha visto con los brazos en el lado izquierdo. Por supuesto, pocas escuelas, y universidades instruídas con adecuada preocupación actual por el bienestar de las minorías, tienen dos o tres carpetas en cada una de sus salas de clase. Pero esto, es más una excepción que una regla. Tiene buen resultado, solo para ganar la mala voluntad de los diestros chauvinistas que deben usar las carpetas cuándo la sala está llena, y los surdos están ausentes. Por supuesto, estas ocacionales carpetas para surdos son las más ruidosas formas de toquenísmo. La humillante gratitud de los ocacionales surdos. Tíos Tom. No obstante lo contrario.

En al menos un caso, parecería que el problema de los surdos no es solo un efecto colateral del hecho que el mundo está construído para los diestros, sino, una debilidad inherente, y real.

Cuándo la persona surda escribe con tinta, el bolígrafo es una bendición en verdad. Su mano tiende a manchar con tinta a medida que la arrastra sobre la que ha escrito. Pero, es una técnica inferior. Sin mencionar estar cansado. Bajo una evaluación, aún, esta aparentemente debilidad inherente, no es realmente inherente del todo, sino, simplemente otro problema creado por la sociedad en su abastecimiento para los diestros. No hay razón real por la que sea mejor empezar a escribir o leer hacia el lado izquierdo de la página, y a moverse a la derecha, excepto que es más eficiente y cómodo para la gran mayoría. Los diestros. En verdad, sería tan fácil cómo leer y escribir de derecha a izquierda, más aún para los surdos, y en consecuencia, que el zapato estubiera en el otro pie, o más precisamente, que el lapicero estubiera en la otra mano.

El surdo, siempre ha sido considerado inferior por el diestro. Antes, en tiempos primitivos, veinte o treinta años atrás, los padres trataban de hacer que sus hijos surdos se comportaran normalmente. Es decir, que usaran su mano derecha. De esta manera, frecuentemente, creaban trauma, y problemas psiquiátricos, psicológicos, causando complejos, psicosis, y perturbaciones emocionales.

Hoy, en la era de la inteligencia, mientras los padres no dicen exactamente, la izquierda es Hermosa, reconocen los derechos de las minorías, y déjan que su progeny surda haga lo suyo.

Entre paréntesis, podría decir aquí, que aquellos que trabajan con ciegos, no son siempre tan progresistas. Los padres, especialmente, educadores, todabía tratan de hacer que los niños ciegos con un poco de visión, lean tipos de inprenta grande. Aún cuándo el Braille, le serviría mejor, y más eficientemente. Ponen gran énfasis en la lectura en la forma normal, y en no ser sobresaliéntes, conspicuo, hacen que se avergüencen de su ceguera, y a menudo, provocan daño permanente.

Pero, regresando a los surdos. A pesar de la instrucción de los padres, y maestros, los antiguos mitos de la inferioridad de los surdos, todabía persisten para atormentar las vidas de esa infortunada minoría.

Decir que alguien ha ofrecido sus respetos a los surdos, no es respetar a los surdos. Es, usualmente, la mano izquierda la que no sabe lo que la derecha está haciendo. Raramente sucede de la otra forma, y es la mano derecha la que se levanta, o colóca sobre la biblia para tomar un juramento.

Los saludos, y las promesas de fidelidad, lealtad, se dan con la mano derecha.

Las escrituras divinas nos dicen que lo bueno, y lo malo, se deben dividir , y que, el día del juicio, las ovejas estarán en la mano derecha, y las cabras en la izquierda, desde donde serán arrojadas hacia la obscuridad por siempre jamás.

El invitado de honor se sienta a la derecha del anfitrión, y en una discusión, uno siempre tiene que tener el derecho de la razón. Ninguno quiere quedarse a la izquierda arrezagado.

Si estos usos de las palabras, izquierda, y derecha, son sutilezas del lenguaje, refuerzan el estereotipo, y dan muestras de señales profundamente arraigadas de prejuicios inconsientes, o, si son accidentales, cómo los normales alegan, quién puede decirnos, puede ser simplemente que los surdos sean supersensitivos, llevándo astillas en sus hombros, y buscándo insultos donde nadie los propone.

Es difícil establecer este caso. Sin embargo, cuándo uno considera la palabra gauche, torpe, en la edición 1971 del Nuevo Tercer Diccionario Internacional del Idioma Inglés de Webster, dice:

Gauche, surdo, siniestro, a la izquierda, Francés, carente de gracia social, de naturalidad, tacto, y familiaridad con los usos de la cortecía, probablemente, inclinado a cometer disparates sociales, especialmente por la falta de experiencia, o entrenamiento. Tener necesidad de finalizar, o exhibir torpeza en el estílo, forma, o técnica, hecho, o diseñado para empleo de la mano izquierda.

Surdo. Ver sinónimo:

Poco diestro, torpemente, en una forma torpe, awkwardly, desmañadamente, clumsily, toscamente, crawly, ásperamente.

Cualquier otra cosa que pueda decirse, no hay nada suspicás acerca de ello. Nada suspicás sobre el término, impedimento siniestro que viene de la palabra en Latín, sinestral que signifíca surdo.

En la edición de 1971, del Diccionario del Idioma Inglés Webster, dice:

"Impedimentos siniestros. El hecho, o la condición de nacer ilegitimamente. Un estigma perdurable. mancha o reproche de conducta inadecuada, o estado irregular. ¿Supersensitivo? ¿sutileza?

¡Nunca en su vida! Surdos, ¡revélense!

No tienen nada que perder excepto sus cadenas. Probablemente, no les queden de ninguna forma, habiéndo sido hechas por los diestros.

Busquen nuevos lemas:

La izquierda es encantadora. Y, ¡enderécese!

Cómo en otras minorías oprimidas,las sutilezas del lenguaje, y prejuicios los desplazan dentro del Mercado laboral.

Sé de una mujer, por ejemplo, que vive en Kansas, y que buscó empleo en una fábrica en ese estado. Fué entrevistada, y pasó cada prueba brillantemente. El futuro empleador terminó la entrevista diciéndole:

"Usted está calificáda en todas las formas para el trabajo, y me gustaría contratárla inmediatamente, pero, su limitación."

Con furia, e indignación, ella demandó saber lo que él quería decir. ¿Porqué? Dijo él:

"Es obvio., usted es surda. Las máquinas de nuestras líneas de ensambles están hechas para diestros. Usted, solo demoraría la operación total. Esto no es fantasía, sino realidad. La compañía elabora targetas de saludos. La mujer no consiguió empleo.

Si en verdad, y en realidad, la mujer surda hubiése demorado la línea de ensamble, es difícil de saber si la acción del empleador pudiése llamarse discriminatoria. No se podría haber esperado que él, compráse nueva maquinaria solo para darle empleo a la mujer, ni se podría esperar que se rediseñára a toda la fábrica. La persona normal es diestra, y de acuerdo a ello, es razonable que la fábrica sea diseñada de tal forma. ¿Esto hace que se pierda el punto de esta discusión? ¿No es esta, exactamente la forma en que los empleadores, y el público en general piensan, y hablan de los ciegos? ¿Cómo supo él, que ella era menos eficiente? Quizás ella tenía técnicas alternativas. Quizás, en verdad, ella podría haber realizado el trabajo mejor que la mayoría de las otras personas que él tenía en esa línea. Él decidió, basádo en lo que llamó, indudables razones obvias, y sentido común, que ella, no podía hacer el trabajo. Según esto, nunca se le dió a esta mujer la oportunidad de intentarlo.

Tenga cuidado con la palabra, obvio, y más aún, con el llamado, sentido común.

¿Todavía cree que no hay discriminación en contra de los surdos?

Probablemente, si. A menos que empiece a pensar en ello hasta que llegue a la verdad, y aún después, algunas personas dirán que, está desvariándo, que está exagerándo.

Que parecido al caso de los ciegos. Que fácil hacer juicios rápidos, y tener todas las respuestas, especialmente, cuándo no se confronta el problema, o no se oblige a ver la realidad. De todo esto, puede darse cuenta que la vida de los surdos no es fácil. No obstante, su debilidad puede reducirse al nivel de una mera molestia. No quiero decir incapacidad, o inferioridad. No necesariamente lo invalída psicológicamente. Con oportunidades razonables, puede competir en términos de igualdad con su vecino diestro. El surdo promedio, puede hacer el trabajo promedio, en el lugar promedio de empleo, y hacerlo tan bien con su vecino diestro.

Hasta aquí, puedo decir que, no hay debilidad inherente en el ser surdo. Los problemas surgen del hecho que la sociedad se estructura para los diestros. Pero, estos problemas, aunque incomode, pero son, no impiden que los surdos lleven vidas normales, o compitan con otros. Se encuentran en un nivel de molestia. Por consiguiente, aún, si la ceguera, cómo con los surdos, no tubiera problemas inherentes, sería todavía una molestia, ya que la sociedad se estructura, y planea para los videntes, cuándo de alguna manera, podría acomodárse más eficientemente algunas veces.

Por ejemplo, muchas ventanas en los edificios modernos no están allí para ventilación, están celladas, están allí solo para que de esa manera los que pueden ver, mirar hacia afuera. El edificio pierde color en invierno, y frescura en verano, pero los videntes, la mayoría, tendrán sus ventanas.

Creo, sin embargo, que la ceguera, no es exactamente cómo el caso de los surdos. Pienso que hay algunas cosas que inherentemente son más fáciles de hacer con vista que sin ella. Por ejemplo, puede echar una Mirada hacia la calle, y ver quién viene. Puede mirar a través de toda una habitación llena de gente, y decir quien está allí. Pero aquí, me parece, que la mayoría de la gente anda perdida. Ellos asumen que, porque uno no puede ver quien está adentro de una habitación, o disfrutar de la puesta del sol, o mirar hacia aquella calle, y reconocer a un amigo, se está confrontándo una tragedia mayor, que se es, psicológicamente inválida, sociológicamente inferior, y económicamente incapaz de competir.

No obstante, las palabras que usan, ellos sienten muy frofundamente en sus centrañas, que los ciegos, son menos afortunados que los que ven. Creen que la ceguera es sinónimo de falta de habilidad. Tales puntos de vista, no solamente los sostiene la mayoría de los videntes, sino también, muchos ciegos. Muchos profesionales, o la mayoría de los que trabajan con ciegos, también piensan así.

En la revista de rehabilitación de enero/febrero, de 1966, un artículo tituládo, Aislamiento Social del Ciego, un aspecto menospreciado de incapacidad, y dependencia, este artículo fué escrito, nada más y nada menos, que por el Doctor D. C. McFarland, Jefe de la Oficina de Servicios de Rehabilitación, y Social del Ciego, Departamento de Salud, Educación, y Bienestar, en el que dice:

Déjenme repetir una afirmación a la que me opóngo violentamente. Existe una ficción que evoluciona lentamente, que puede resumirse en la generalización. La ceguera, es solo una inconveniencia. No estoy de acuerdo con esto, y no sé cómo llamar tal exageración. Creo que, ha hecho su parte de daño, arrojándo a algunas personas bien intencionadas, hacia la vía con respecto a la ceguera, y lo que realmente importa en la vida de las personas.

Me parece que el Doctor McFarland, se encuentra tan lejos de la vía, cómo las personas que pelean porque la ceguera no sea lo bastante importante para ser considerada una molestia.

Creo que sería agradable mirar la puesta del sol. Creo que sería de ayuda mirar en una habitación, y ver quien está allí, o echar una Mirada hacia la calle, y reconocer a un amigo, pero considero que estas cosas son periféricas a las preocupaciones mayores de la vida.

Es verdad que algunas veces, es una molestia planear técnicas alternativas para obtener las mismas, o los mismos resultados que podrían tener sin esfuerzos si tubiera vista, pero es solo eso, una molestia, no una tragedia, o una crisis psicológica, o un incidente internacional. Me parece que muchos de los problemas a los que se refieren cómo inherentes de la ceguera, son más bien parecidos a aquellos que tienen los surdos. En otras palabras, creádos cómo efecto colateral natural de la estructuración de la sociedad para los videntes.

Me parece que los problemas restantes, los que verdaderamente son propios de la ceguera, generalmente, se sobre estiman, y se sobre traumatizan grandemente. La ceguera en verdad, puede ser una tragedia, y un verdadero infierno, pero no debido a la ceguera, o por algo inherente a ella. Es debido, a que las personas han pensado sobre la ceguera, y las privaciones, y negaciones que derivan de ella. Se debe a los mitos estructivos que han existido desde el tiempo del hombre en las cavernas. Mitos que han igualado la visión con la habilidad, y la luz con la inteligencia, y la pureza. Se debe, a que los ciegos, siéndo parte de la cultura general, han cuidado de aceptar las actitudes públicas, y por ello, han hecho mucho al hacer realidad aquellas actitudes.

Hasta aquí, en lo que a mí concierne, todo lo que he estado diciéndo, se enlaza con el porqué, y para qué, de la Federación Nacional de Ciegos.

Si nuestro problema principal es el hecho físico de la ceguera, creo que hay poco que hacer al organizarnos. Sin embargo, el problema real, no es la ceguera, sino, las erróneas actitudes sobre ella. Estas actitudes pueden cambiarse, y las estamos cambiándo. Los que ven, también pueden cambiar. Se les puede demostrar, que en ninguna forma somos inferiores a ellos, y que las Viejas ideas estában equivocadas. De que somos capaces de competir con los videntes, jugar con ellos, trabajar, y vivir juntos en términos de complete igualdad. Nosotros los ciegos, podemos también llegar a reconocer estas verdades, y poder vivir con ellas.

Por todas estas razones, le digo que los ciegos son capaces de competir en términos de absoluta igualdad con los videntes.

Pero, continúo diciéndo que la ceguera, aún cuándo se trate adecuadamente, es una molestia física. Debemos evitar el error, y la falacia del otro extremo. La ceguera, no necesita ser un infierno trágico. No se puede ser una anulidad total, carente de toda inconveniencia, se puede, cómo decimos los Federacionistas, en cada oportunidad reducir al nivel de un disgusto. Correcto. Y no nos dejémos atrapar vendiéndonos con mitos de autopiedad, de privaciones trágicas o mintiéndonos a nosotros mismos, negando la existencia de un problema.

No hay lugar en nuestro movimiento para la filosofía de autodestrucción del Tío Tom. Cómo tampoco hay lugar para beligeráncias sin razón, e irreales. Ser ciego, no signifíca, no ver.

Blindness: A Left-Handed Dissertation 
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