[Nfbespanol-talk] Llorando a Moco Tendido

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Tue Jan 8 20:10:09 UTC 2013


Braille Monitor

Volumen 56, Número 1

Enero, 2013

Gary Wunder, Redactor

Puede ver la foto en HTML en su navegador.

[LEYENDA DE LA FOTO: Kate Smith se sienta en el comedor del Centro para ciegos, Louisiana Center for the Blind, leyendo un libro en Braille mientras usa las vendas en los ojos, que son utilizadas en entrenamiento.] 

https://nfb.org/images/nfb/publications/bm/bm13/bm1301/bm130106.htm

Llorando a Moco Tendido
Una Crónica de Mi Experiencia con el Descubrimiento Estructurado 
por Kate Smith
Traducido por Frida Aizenman
Nota del redactor: Kate Smith es una mujer de mediana edad de Alabama que Actualmente está recibiendo entrenamiento en el Centro para ciegos, Louisiana Center for the Blind.
Este es su relato acerca de lo que muchos experimentan al hacer el ajuste a la ceguera un éxito:

Cualquier persona que tenga experiencia en la rehabilitación visual como un rehabilitador o un rehabilitado, sabe que los profesionales no están de acuerdo sobre si las personas con baja visión deben ser entrenadas a utilizar métodos para optimizar su vista, o ser entrenados para hacer lo que tienen que hacer sin vista. Considero que la persona que está viviendo con baja visión debe ser la que hace esta elección. Pero muchas personas con baja visión resisten métodos de entrenamiento que requieren llevar una venda en los ojos y trabajar sin la vista. Estoy aquí para convencer a todas las personas con baja visión de probar entrenamiento bajo vendas en los ojos unas pocas veces antes de tomar una decisión.
He luchado durante muchos años con la vista debilitada. Como la mayoría de las personas, Sé que con baja visión, en su mayoría traté de ignorar mis limitaciones. Cada vez que había encontrado una tarea que ya no podía hacer de manera eficaz o de manera óptima, buscaba gafas mágicas o una cirugía mágica o una máquina mágica que me permitiera seguir fingiendo que todavía era capaz de funcionar de forma visual en un mundo visual. Mi método había funcionado durante mucho tiempo. Pero entonces, ya no fué así. En algún punto indefinible, crucé una línea visual y me metí en un confuso mundo de sombras cambiantes, luz deslumbrante, y bordes borrosos, difusos. Comencé a tener conversaciones con percheros de abrigos. Visité los baños de los hombres. Derramé vino en restaurantes de lujo. Tropecé y caí demasiadas veces para contar. En pocas palabras, perdí el control de mi vida.
Así que, para cuando me di cuenta de que necesitaba rehabilitación de la visión, estaba harta con mi vista, y estaba harta de ayudas para la vista. Estaba desesperada por aprender a vivir sin mis ojos. Acepté con entusiasmo la oportunidad de trabajar con una venda en los ojos. Estaba lista para la oscuridad, o eso creía yo.  Lloré incontrolablemente la primera vez que me puse una venda en los ojos; Lloré la segunda vez también. Me sorprendí la primera vez que lloré, y estaba igualmente sorprendida la segunda vez. Ahora, sabiendo lo que sé, creo que Lo más sorprendente era que realmente pensé que no iba a llorar. Usted ve, pensaba que esto era una decisión racional, y soy bastante buena en  decisiones racionales. Soy una mujer racional y culta. Por lo tanto, una vez que había aceptado que tenía que aprender cómo funcionar sin la vista, el paso siguiente racional era vendarme los ojos y conseguir un maestro que me mostrara la manera de funcionar de esa manera. ¿No es eso lo racional para hacer? Pero la mujer racional culta, no había consultado a la niña rebelde aterrorizada dentro, a la que le había hecho caso omiso durante años. Ella todavía estaba segura de que podría ver si se esforzaba lo suficiente. Estaba bastante segura de que habían monstruos en la oscuridad. Estaba asustada, y no quería tener nada que ver con este asunto de los ojos vendados.
Así que ahí estaba yo, una mujer culta y niña aterrorizada, llorando en frente de mi nueva instructora de desplazamiento con bastón, llorando en la vía pública, llorando a moco tendido. Esto no era nuevo, esta humillación pública, ues soy la mujer que pasa el tiempo en los baños de los hombres, pero aún así, era sorprendente. Debido a que esta vez había decidido que había tomado el control de mi destino. Yo, la mujer adulta y racional, culta, no podía entender por qué estaba llorando. Mi instructora, Chantal, me permitió continuar mi primera lección de desplazamiento con bastón sin vendas en los ojos. Pero la segunda vez, cuando las lágrimas me sorprendieron de nuevo, las vendas en los ojos se quedaron. Las dos sólo pretendíamos que las lágrimas no estaban allí. En la tercera lección las lágrimas se habían ido y la adulta estaba firmemente en control. Lo peor había pasado, o eso creía yo. Empecé una nueva fase de entrenamiento rehabilitativo, la clase de vida independiente. Las maestras, Carol y Sue, nos dijeron que íbamos a pasar una parte del día de clase trabajando bajo vendas en los ojos. Yo con aire de suficiencia les informé que ya había trabajado bajo vendas en los ojos y estaba cómoda con la experiencia. Pomposamente había anunciado a la clase en general que, en mi opinión, el Descubrimiento Estructurado era la mejor forma de rehabilitación y las vendas en los ojos eran la mejor práctica docente disponible. Tuvimos suerte, dije, en tener maestros dispuestos a guiarnos a través del proceso. Les aseguré a todos los que me podían oír que el temor se calmaría rápidamente. Y luego, otra estudiante, Janet, comenzó a llorar, y entonces yo lloré de nuevo. De poco me sirvió la mujer adulta racional y culta.
Sin embargo, mientras escribo esto, estamos casi terminando con la clase de vida independiente. Janet y yo no lloramos más. Planchamos camisas bajo vendas en los ojos, y no lloramos. Preparamos espaguetis bajo vendas en los ojos, y no lloramos. Incluso, hemos podido reír algunos días, casi todos los días.
Así que aquí está lo que aprendí bajo vendas en los ojos: aprendí a desplazarme con un bastón; aprendí a comer sin derramar aprendí a cocinar espaguetis.
Las vendas en los ojos me ayudaron a apagar los ojos, y aprender las cosas de una manera no visual, cosas importantes.
Pero aún más importante, fueron las cosas que mi niña interior aterrorizada había aprendido con las vendas en los ojos. Se enteró de que yo aún puedo hacer las cosas que tengo que hacer; se enteró de que todavía voy a reír; aprendió a no tener temor a la oscuridad; y se enteró de que a veces sólo tiene que llorar a moco tendido.
-------------- next part --------------
A non-text attachment was scrubbed...
Name: Llorando a Moco Tendido.doc
Type: application/msword
Size: 75776 bytes
Desc: not available
URL: <http://nfbnet.org/pipermail/nfbespanol-talk_nfbnet.org/attachments/20130108/c80aadca/attachment.doc>


More information about the NFBEspanol-Talk mailing list