[Nfbespanol-talk] Picada por el Bicho Espacial

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Mon Jan 14 18:04:26 UTC 2013


Braille Monitor

Volumen 56, Número 1

Enero, 2013

Gary Wunder, Redactor

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[[LEYENDA DE LA  FOTO: Chelsea Cook.]  

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Picada por el Bicho Espacial
por Chelsea Cook

Nota del redactor: Chelsea Cook es una estudiante universitaria ciega que vive en Virginia. Leyó el testimonio en Braille que se presentó al Secretario de Educación, Arne Duncan, y a varios de sus colegas. Ha estado durante mucho tiempo fascinada por los viajes espaciales, y en este artículo encantador explica cómo llegó a ser picada por el bicho espacial, y lo que está haciendo para viajar al espacio por ella, y por otras posibles personas ciegas.
Antes de llegar a su artículo, vamos a llegar a saber algo de lo real y los personajes de ficción que menciona. Noreen Grice es una autora que ha trabajado para hacer muchos objetos visibles utilizando sólo imágenes del telescopio hechos palpables para las personas ciegas. Jimmy Neutron es un personaje de dibujos animados que aparece en la Red Televisiva, Nickelodeon Television Network. Él es un niño genio, pero su intelecto no lo hace popular. Con estos antecedentes, disfruten de lo que Chelsea tiene que decir:

Jimmy estaba a punto de ir a otra aventura sin permiso de sus padres. En un cohete de fabricación casera. A una galaxia a la que ningún ser humano había visitado nunca antes. Y yo iba a ir con él.
En mi mente de diez años de edad, no había nada más emocionante que ver a Jimmy Neutron. Incluso sin la audiodescripción, todavía podía seguir lo suficiente para estar enamorada de la idea de que un niño genio ficticio de la misma edad que yo, podría lograr todas estas hazañas increíbles. Él no siempre se ajustaba , así que me podía relacionar con él. Su pura audacia y confianza en sí mismo me inspiraba y enseñaba que con trabajo duro podía ser igual de buena en matemáticas y ciencia. Pero, aún más importante, me enseñó que podía ir a las estrellas.
Ciertamente, la mayoría de los niños tienen la fantasía cuando son jóvenes de convertirse en astronautas. Ese sueño no murió para mí. Al mismo tiempo en que Jimmy era disparado en un cohete por la ciudad y la galaxia, cogí el libro titulado en inglés, Tocar las Estrellas II, de Noreen Grice, y leí acerca de Kent Cullers, el primer astrónomo de radio ciego. A medida que los gráficos de Braille me agitaron a las constelaciones, los planetas, galaxias y cúmulos de estrellas, me di cuenta de que una carrera en algún tipo de campo astronómico ya no era sólo un sueño de la infancia. Podría convertirse en realidad, y, se había convertido para otras personas ciegas. Pensé: "Si él puede hacer eso, también lo puedo hacer yo." Ahora tenía que trabajar para unirme a las filas.
Una vez que fuí picada por el bicho espacial, no me soltaba. Asistí a talleres de NASA para jóvenes, arrastrando a mis padres el sábado por la mañana a las conferencias sobre Marte, los cráteres de impacto, y las características básicas de vuelo. Tomé cursos avanzados de matemáticas en quinto grado, catapultándome en álgebra del séptimo y octavo. Nunca eran suficientes las ciencias que rodean la astronomía. Cuando el libro de ciencias física y química en Braille del octavo grado se pidió en lugar de la biología del séptimo grado, no dejé que alguien supiera que me colé tres volúmenes cada fín de semana, devorando bajo las cobijas el interior funcionamiento de la tecnología láser y las estrellas de neutrones. Había encontrado una manera de poner mis manos en todos los libros que Noreen Grice ha producido. Cuando entré a la secundaria, solía bromear diciendo que mi idea de pasar un viernes por la noche perfecto era al quedarme hasta tarde viendo documentales del canal televisivo, Discovery Channel, acerca de los agujeros negros y materia oscura, o navegar por la página web de la NASA cuando mis padres se habían ido a la cama y las páginas se cargaban rápidamente. La mayor parte de mi educación en la ciencia era auto-impulsada. Tuve que luchar para tomar cálculo de Colocación Avanzada y física mi último año.
La gente pensaba que era una persona ciega increíble por querer entrar en un campo científico. ¡Qué estupendo era que quería aprender estos difíciles conceptos abstractos en los que sus compañeros videntes no tenían ni idea. Pero era mucho más que eso: un impulso y una sed de conocimiento me impulsaron. Estoy convencida de que la lectura Braille temprana fué el catalizador de todas mis otras aventuras. Jimmy Neutron y Noreen Grice llegaron justo en el momento correcto para despertar mi amor por las matemáticas y la ciencia.
Durante mucho tiempo pensé que iba a combinar la astronomía y la química ... hasta que tomé la física en el décimo grado. Mi maestro no esperaba nada menos de mí que de cualquier otro estudiante, a pesar de que me daba una justa ventaja. En cada demostración que hicimos me ensucié las manos al empujar bolas de bolos como péndulos, con gráficos dibujados en mi mano, jugando furtivamente para simular las propiedades de onda, y pivoteando alrededor en una silla giratoria para apreciar la aceleración negativa. Me encantó tanto la física, que sentí su ausencia en el tercer año tan grandemente que tuve que escuchar conferencias de cálculo, basadas en el Internet. Por lo general podía seguir lo que los profesores decían, y entraba en algunos problemas en la mesa del almuerzo.
A pesar de que no había tenido entrenamiento formal en cálculo, física, lo cual, estaba conectado a la astronomía, era todo lo que me importaba.
Luego vinieron mis cumpleaños de quinceañera. La mayoría de las chicas quieren una fiesta, o chicos, o (para las personas videntes), un coche. Yo realmente no sabía lo que quería, pero lo que me dieron fué más allá de lo que podía haber esperado. La Convención de la Federación Nacional Fué en Dallas ese año, y mi mamá había desechado la idea de ir a Houston desde el principio, así que, no esperaba una grabación de ella en mis cumpleaños: "Tenemos un problema. Los boletos no son para Dallas. ¡Vas a Houston! "Durante dos días recorrí los edificios del Centro Espacial Johnson, pero Otra sorpresa estaba por venir en mi camino. Tuve un viaje privado, y un lugar que visitamos, fué el Control de Misión.
Esto no era una vista acristalada, ni una película o una fotografía.
Esta era la sala real utilizada desde 1965 hasta 1995 para controlar todas las misiones espaciales de los Estados Unidos. Los astronautas de todas las épocas, los controladores de vuelo de toda índole de competencias, y los directores de vuelo de todos los rangos se pusieron de pie y se sentaron donde yo ocupaba actualmente el universo durante la mayor parte de veinte minutos. "Awe, inspirador," era una palabra demasiado débil para describir la inundación de emoción poderosa que se apoderó de mí mientras que estaba parada en esa cámara tan grande que todo lo abarca. Me hundí en frente de uno de los puestos de trabajo, el cojín aceptaba que un nuevo ocupante había llegado. Aún no creyendo mis circunstancias, miré por encima de las consolas oscuras a la pantalla gigante negra en frente de la sala, imaginando controladores llenando cada una de estas sillas. Pensé en mí misma en la posición de Gene Kranz y me pregunté si tenía derecho de tomar su enorme lugar. Había oído su voz muchas veces en los últimos años (Apolo 13 es mi misión favorita), pero no podía entender el hecho de que en realidad estaba sentada en su silla.
Ahora estoy en la universidad, persiguiendo mis sueños de verdad. El primer año ascendió a cuatro cursos de astronomía y un curso de espacio de la encuesta. Actualmente estoy en una secuencia de astrofísica. Tengo libros de matemáticas y física en Braille, lectores bien versados en sus campos, y profesores que entienden que puedo aprender el material; a veces, todo lo que toma es una forma diferente de presentar. Pero las conexiones e influencias hechas cuando tenía diez años todavía están presentes. Tengo todos los cinco libros de Noreen Grice en mi estantería en Virginia Tech, y tengo muchos megabytes en mi computadora dedicados al niño genio con el peinado al estilo de un helado. (Piense en un cono bañado, en la parte superior de una cabeza grande). Sigo escuchando su sonido ambiental en la resolución de cálculo especialmente difícil o problemas de física; algo de esa época despreocupada cuando primero me di cuenta de que cualquier cosa es posible, pues eso ayuda a que la respuesta venga. Y siempre sueño con el día en que ya no esté obligada por la gravedad terrestre; estaré en un lugar donde el alcance del universo es tan ilimitado como mi imaginación.
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