[NFBEspanol-Talk] De Regreso a Notre Dame

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Tue May 2 15:41:19 UTC 2023


BRAILLE MONITOR
Tomo 66, Número 5
Mayo de 2023
Gary Wunder, Redactor
De Regreso a Notre Dame
Un Discurso Pronunciado por el Presidente Marc Maurer, Federación
Nacional de Ciegos
Durante el Banquete de la Convención Anual en Phoenix, Arizona, 2 de
Julio de 1987
Nota del  Redactor: Una de las cosas que hacemos en el Braille Monitor
es decirles a nuestros lectores lo que está sucediendo en el presente.
Otra es soñar juntos
en lo que haremos todo lo posible para que suceda en el futuro. Pero
una función igualmente importante de esta publicación es recordarnos
nuestro pasado, regocijarnos en
nuestras victorias, y entender cuánto nos queda por hacer para tener
equidad o igualdad de oportunidades.
Para muchos de nosotros, vivir cada día no solo significa lidiar con
lo que se dice y se hace, sino que también reaccionamos para bien o
para mal a lo
que se ha dicho y se ha hecho en el pasado.
No pasa una semana sin que me acuerde de mi abuela diciéndome que,
cuando fuera mayor, la asistencia social tendría que visitarme todos
los días para estar
segura de que mis dientes estaban cepillados y mi cara estaba limpia.
Fui desdeñosa hasta que un día ella me detuvo antes de que saliera por
la puerta, me puso una toallita en la cara y me dijo
acerca de la pasta de dientes que estaba quitando.
Estaba obsesionada hasta que me di cuenta de que la secuencia no
debería ser lavarme la cara y luego cepillarme los dientes
sino que se debe invertir.
Así que hay momentos en mi vida en los que ese recuerdo todavía me
persigue, cuando en secreto me pregunto si realmente puedo ser tan
independiente como
creo.
Aunque nunca he estado en Notre Dame, comparto la experiencia de
regresar;; en mi caso es de regreso a casa de la abuela, el cepillo de
dientes y la toallita.
Ojalá que  los lectores disfruten el primero de los discursos del
banquete presentado por el Ex Presidente Maurer:
Muy de vez en cuando viene un cambio dramático, un evento tan
destacado en su efecto que por siempre una nueva dirección es
inevitable.  Pero muchas veces, el cambio no tiene la aparencia del
drama sino que en vez, hay un pequeño cambio en el énfasis, y
alteración del modo.  Amenudo el cambio que decide la cuestión es tan
pequeño que (en el momento en que sucede,) es completamente
irreconocible.  Solo más tarde, con la larga perspectiva de la
historia, se puede ver que este era  el momento en particular, el
punto decisivo, la coyuntura crítica.
Hoy, el mundo (cristiano y no cristiano,) lleva la cuenta del tiempo
desde el nacimiento de Cristo; por solo hace 20 ciglos.  En la época
en que el evento ocurrió, la vasta mayoría de ciudadanos romanos no
estaban consientizados totalmente sobre ello.  Aunque lo hubiesen
sabido, les hubiera parecido insignificante.
El fuego es generalmente, a pesar de todo visto como la esencia del
drama.  Las llamas se alzan (docenas o aún miles,) de veces al aire,
pero el fuego es casi óccido a un paso rápido.  Aunque es
momentáneamente espectacular, sus consecuencias son mucho menos
significativas que las de otras formas de occidación.  En el total
alcanse del óccido, putrefacción, descomposición, y el metabolismo, el
fuego (por así decirlo,) es solo un brillo en la extracción del oro,
una aberración momentánea.  De más vasta importancia para la gente del
mundo, es el cambio lento, espectacular, y químico, el cual  tiene
lugar todos los días, y la occidación de millones de toneladas de la
materia que ocurren tan lento que pasan sin comentario.
Esto no quiere decir que el drama no sea importante y que el fuego
pueda ser descartado quitándole importancia con un bosteso.  No quiere
decir que las acciones de la vida diaria no tienen efecto o drama.
Los eventos que causan la esperanza y la desesperación, gozo y
depresión, son de significado tremendo aún cuando pasan sin ser
advertidos y sin comentario.  El proceso del cambio dramático y
silencioso es una parte integral del ser humano.  Es también la misma
esencia de la Federación Nacional De Ciegos.  El efecto acumulativo
del drama sin fanfarria el cual se refleja en el crecimiento de
nuestro mobimiento y en las vidas de nuestros miembros es quizá más
espectacular que cualquier otro evento singular que las décadas hayan
traído, a pesar de que este depende del lejano alcanse que el evento
parezca tener en ese momento.
En 1940 el doctor Jacobus tenBroek y un pequeño  grupo de otros
formaron la Federación Nacional De Ciegos.  Solo después fué
plenamente reconocido que estos pioneros habían hecho algo tan
dramático que las vidas de los ciegos atravez del mundo nunca jamás
serían iguales.  El espíritu que vino a convertirse en nuestro
cimiento en Wilkes-Barre, Pennsylvania, echó raíces silenciósamente.
No habían redobles de tambores, ni truenos, ni ardor de llamas para
celebrar el evento, solo el doctor tenBroek y el pequeño grupo que se
reunió con él para soñar y planear para el futuro y tomar los primeros
pasos para hacer que esto sucediera.  Ellos no savían, efectivamente,
cual sería el resultado final.  Eran gente de dicernimiento y tremenda
perspicacia, pero no se hubieran podido imaginar que de ese humilde
comienzo surgiría el mobimiento de los ciegos organizados de hoy, la
poderosa Federación De Ciegos con 50.000 miembros que somos, y en la
que nos hemos convertido ahora.  Sin embargo, ellos creían que un
futuro podía ser creado, que los años no pasarían con solo el vacío
para los ciegos, que era possible para los ciegos el construir y
crecer y juntarse para ser una gran familia.  Ese sueño, esa fé, ha
sido parcialmente realizada, pero el camino se extiende a lo lejos
hacia adelante, y el resto está para que nosotros lo hagamos.
Nosotros lo haremos.  Lo haremos con educación y cambio no
espectacular si podemos.  Nosotros lo haremos por medios más
dramáticos si debemos, pero lo haremos.  Como el doctor Jernigan
muchas veces ha dicho: Simplemente no estamos dispuestos a ser
ciudadanos de Segunda clase.
Por cuarenta y ciete años hemos estado trabajando silenciosamente (y
algunas veces no tan silenciosamente,) para ganar nuestro camino a la
condición de primera clase en la sociedad.  Claro que han habido
manifestaciones públicas y enfrentamientos dramáticos, y documentos
históricos; pero estos no han sido los vehículos primordiales en los
cambios y los logros, sino que en vez, las esperanzas y sueños
individuales de los ciegos, el efecto acumulativo de sus no
espectaculares decisiones, y acciones cotidianas se han juntado para
crear la fuerza positiva y poderosa la cual está aquí representada
esta noche.  Nadie quien está en este salón o quien está de alguna
manera conectado con los asuntos de los ciegos necesita que se le diga
cual es esa fuerza.  Es la Federación Nacional De Ciegos.
Cuando me uní a la Federación en 1969, ya habían 29 años de ardua y
dedicada labor; y los resultados eran sencillos.  La Federación
construyó un historial sólido de logros.  Había conjunta literatura
acerca de la ceguera la cual prepara y da dirección a nuestros
esfuerzos.  Las ideas y suposiciones básicas contenidas en las
escrituras del doctor tenBroek y el doctor Jernigan habían sido
puestas a prueba.  No había duda de que los ciegos podían competir
exitosamente en los negocios o las profesiones.  Los programas de la
Federación han demostrado que estos no son especulaciones sino hechos.
Las teorías funcionaron.  Los ciegos obtuvieron empleos.  La pregunta
no era si o no, sino como y cuando.  El problema de 1969 era el
expandir el alcanse de nuestras actividades. Necesitábamos más que una
manifestación.  Necesitábamos oportunidad, y no solo para unos
cuantos.
En 1969, cuando vine a ser parte del mobimiento, no savía que estas
cosas eran realidad.  Solo en retrospectiva lo supe.  Hasta cierto
punto (cuando me uní a este mobimiento,) no comprendía en absoluto la
organización, pero hasta en mi ignorancia, la Federación me habló con
silenciosa fuerza.  Por primera vez en mi vida lo que yo pensaba
afectaba.  Era absolutamente asombroso que esto fuera así, que alguien
hacía algo porque yo, un ciego, deseaba que fuera hecho.  No
comprendía la razón por tal insólito comportamiento, o apreciaba su
significado; y aunque estaba facinado con la Federación, debo confesar
que pensé que no iba a cambiar mi vida, por lo menos, no mucho.
Al ir creciendo, (al igual que todos los demás, ciegos y no ciegos,)
yo estába acondicionado a mi cultura y sociedad.  Esperaba que hubiera
algo interesante o importante que pudiera hacer, pero tenía miedo que
la ceguera no me dejara hacerlo. Cuando vine a la Federación, encontré
a la gente ciega trabajando y haciendo importantes contribuciones.  Me
dijeron que la ceguera no necesitaba ser una limitación terrible.
Deseaba que la Federación estuviera en lo correcto, pero tenía mis
dudas.  No obstante, me dije que lo creía, y traté de actuar como si
de verdad lo creyera.  No fué sino hasta después y (con algo de
impacto,) que me dí cuenta que la creencia había llegado a ser una
realidad en mi vida, por un largo tiempo antes de que lo reconociera.
El Doctor Jernigan me enseñó en relación a la ceguera lo mismo que
acerca de la organización de los ciegos, y de otras organizaciones.
Más hablé, con personas ciegas que eran avogados, maestros,
trabajadores de fábricas, y finqueros.  En las reuniones de la
Federación los líderes ciegos hablaban de la fuerza de la acción
colectiva.  Al poco tiempo empecé a repetir lo que decían los que
estaban a mi alrededor: que la ceguera podía ser reducida al nivel de
una molestia física, que con el entrenamiento adecuado y con una
oportunidad la persona ciega común puede hacer un trabajo usual en el
campo habitual de los negocios, en resumen que el ser ciego era
respetable.
Después, fuí a la universidad de Notre Dame, y fué una repentina
sambullida en agua fría. En una ciudad universitaria con otros seis
mil estudiantes, me sentí completamente aislado y solo.  No pude
encontrar ni una tan sola persona que me entendiera lo que yo pensaba
y entendía, o que creyera lo que yo decía, y creía.  La simple verdad,
que las personas ciegas eran capaces de poder competir.  No conocí a
nadie más que pensara que el ser ciego es respetable.  El entrenador
del departamento atlético me dijo que no debía tomar ninguna clase de
jimnacia porque me podía lastimar.  Cuando me inscribí en una clase de
contabilidad, el professor me alabó por mi gran valor.  Entonces, (sin
ni siquiera cambiar de ridmo,) me prometió una Buena nota.  Lo que yo
entendí fué que no tenía que ganármela, que con solo estar ahí, y ser
valiente era suficiente.  Estudié mucho para merecerme esa nota, al
igual que estudié mucho para ganarme las otras notas que me dieron,
también.  Fué una experiencia inolvidable; y aúnque he regresado a la
universidad físicamente una vez desde que me gradué, en una forma u
otra atravez de los años, He regresado (sociológicamente hablando)
muchas veces a Notre Dame.  Ese primer semestre aprendí con verdadero
aínco, (pudiera decir con aínco dramático,) que la ceguera, no podía
detenerme, pero también aprendí que el perjuicio y el mal
entendimiento si podían hacerlo.  Algo tenía que ser hecho.  Ya que la
situación era intolerable.  Se les tenía que informar a todos esos
profesores y alumnos.  Pero necesitaba ayuda.  Necesitaba a la
Federación Nacional De Ciegos.  Al ir pasando los años en la
universidad, fuí siendo más activo en nuestro mobimiento.  Y mis
prioridades se cristalizaron y fueron claras.
Después de la universidad hice trabajo de graduado, y en 1977 terminé
mis estudios en la facultad de derecho.  En 1978, con la ayuda de los
miembros de la Federación, conseguí un trabajo en la oficina del
Consejero General de la Junta de Aeronáutica Civil.  Empecé ese
trabajo con mi filosofía e idealismo a la mano, ancioso y deseoso de
trabajar.  Quería dar mi tiempo, mi esfuerzo, y mi energía.  Quería
avanzar yo mismo y hacer avanzar la causa de los ciegos.  En la Junta
de Aeronáutica Civil formulaban la política de la aviación civil de
los Estados Unidos.  Pensé, que allí, había una oportunidad para mí en
la cual podía hacer algo realmente útil.  Sin embargo, pronto me dí
cuenta que ya existía un patrón, que me recordó el professor que me
dijo que yo era valiente, y que me prometió una Buena nota.  Me sentí
exactamente en casa.  Fué como aber regresado a Notre Dame.
Mis asignaciones eran casi siempre una rutina.  Si había un viaje a
Londrez para una negociación internacional, le pedían a alguien más
que fuera, si un official de audiencia necesitaba tomar declaraciones
en una ciudad pequeña para determinar la avaliabilidad del servicio
aéreo, nunca me mandaban.  Estas asignaciones (calculadas para variar
la rutina,) eran altamente apreciadas.  Y tenían mucha demanda otros
iban mientras que yo me quedaba en casa, siendo valiente.  Algunas
veces no había suficiente trabajo rutinario para llenar mi día.
Entonces me dejaban que yo ocupara mi tiempo como me pareciera. Mis
superiores habrían estado contentos si yo me hubiera puesto a oír la
radio o a leer. Ellos habrían estado contentos, pero yo no lo hubiera
estado.  Yo no quería que el resto de mi vida fuera un engaño y una
desepción, ni una suceción garantizada de interminables aumentos de
sueldo y con una falta de trabajo importante.  La discriminación no
está limitada a la entrevista de trabajos o al nivel de entrada.  Sino
que puede también suceder después que el trabajo es permanente y
seguro.
Mi trabajo con el gobierno federal era absolutamente seguro.  Y
hubiera durado atravez de una vida larga y occidada.  Hasta el momento
del retiro había algo más: todos nosotros tendemos a estar
acondicionados por nuestro medio ambiente.  Savía que si me quedaba
bastante tiempo y mi salario subía lo suficiente, podía acostumbrarme
a la falta de actividad útil, y gradualmente perder mi iniciativa, mi
sentido de los valores, mi perspectiva, y el deseo de irme, y mi alma.
La Federación me había enseñado no solo en relación a la ceguera sino
que también acerca del examen de uno mismo, de la objetividad, y de la
perspectiva.  En 1981 me fuí de la Junta de Aeronáutica Civil para
abrir mi propia oficina de avogado.  Savía que a lo mejor iba a
aguantar hambre, pero también savía que si la aguantaba sería hambre
del cuerpo, y no del alma.  Savía que iba a ser libre no sería ni un
signo, ni un número.  La esclavitud no tiene que ser un asunto de
cadenas y látigos.  También puede ser de un cautiverio de la mente y
un encadenamiento del espíritu.  Todas las personas en este salón
pueden dar testimonio de ello.  En la Federación nosotros lo hemos
aprendido desde hace mucho tiempo, y nunca dejamos de saberlo.
Diariamente nos lo repetimos a nosotros mismos.  Y se lo dejamos saber
en docis grandes a los nuevos reclutas.  Esta es la razón por la que
algunos, que no conocen nuestra filosofía, nos llaman militantes.  En
la práctica y la ley mi sueño de hacer algo que valiera la pena y que
fuera útil se hizo una realidad.
Nuevamente, miembros de la Federación y líderes me ayudaron y me
motivaron.  como parte de mi práctica en la ley yo frecuentemente me
encontraba representando a personas ciegas.  Los libros de texto nos
dicen que la ley Americana está basada en la imparcialidad y la
justicia sin tener en cuenta quien está incluido o cuales puedan ser
las circunstancias.  Mi labor era hacer aplicable este principio para
los ciegos al igual que para los videntes.
Cuando yo representaba a la gente ciega, mis adversarios amenudo eran
empresarios importantes, aerolíneas, departamentos de gobierno, o
agencias que hacen labores con los ciegos.  Aunque el enfoque de estas
diferentes entidades podía variar, no así habitualmente sus opiniones
acerca de la ceguera.  Si era una aerolínea, un empresario, un
departamento de gobierno, o una agencia de servicios para ciegos, lo
que decían acerca de la ceguera era siempre prácticamente lo mismo.
Yo me sentí justamente en casa.  Era exactamente como estar de regreso
a Notre Dame.  Los ciegos son valientes; ellos sacarán buenas notas;
no hay necesidad de trabajar; y bastantes asignaciones sin sentido.
Por su puesto, cuando yo insistí en igual trato para mis clientes, las
actitudes se endurecieron.  Aquellos al otro lado de la mesa ahora
pensaban que los ciegos, (y esto me incluía a mí,) éramos
desagradecidos, poco razonables, y poco realistas, no valientes en
absoluto sino solo sencillamente radicales y militantes.
Si (después de mis experiencias en Notre Dame y en la junta directiva
de la Aeronáutica Civil,) yo algo más necesitaba para que me
confirmara mi opinión de que La Federación Nacional De Ciegos no
solamente era necesitada sino necesaria, lo allé en la práctica de
derecho.  No es que la gente quiera ser poco razonable o que sean
deliveradamente crueles.  Mejor dicho, es que tienen el anticuado
miedo a la obscuridad, y que comparan la ceguera con la obscuridad y
la obscuridad con la maldad y la falta de abilidad con el saber
desempeñarse.  A pesar del progreso que hemos hecho, (y hemos hecho
mucho de ello), las actitudes regresivas acerca de la ceguera son por
desgracia aún la norma.
El director de ventas para Elsafe Hawaii, Incorporated,(una compañía
que lanza al mercado cajas fuertes), escribe para decir que él está
vendiendo una caja fuerte especial para los ciegos.  Él dice:
Me gustaría tener esta oportunidad para que conozcan este producto, ya
que parece ser particularmente bién apropiado para las necesidades de
los ciegos.  Esta caja fuerte es operada por medio de una combinación
entrada vía una clave idéntica a la clave de las normas del teléfono.
No requiere llaves para la operación normal, y por lo tanto, no hay
nada que perder.  Me gustaría que los miembros de su organización
sepan acerca de este producto.
La conclución es inevitable.  Este hombre cree que los ciegos, tan
incompetentes como somos, no podemos mantener objetos más sencillos,
incluyendo llaves.  Para ayudar a los desafortunados ciegos él nos
quiere vender cajas fuertes especiales, pero uno se pregunta si él
comprende las implicaciones de su propia carta.  Si los ciegos no
pueden arreglárselas con las llaves, como nosotros podemos colectar
algo de suficiente valor para meterlo en su caja fuerte?
Un commercial de radio de la compañía Corning Glass para lentes Corlon
se abre con un hombre que habla con un perchero de abrigos.  Él no
posee lentes Corlon, por lo que comete el error de pensar que el
perchero de abrigos es una asistente en la oficina del oculista.  Como
el commercial sigue, el hombre causa un revuelo al casi sentarse,
(inadvertidamente,) en la rodilla de una dama en la sala de espera.
Sin los lentes él no la puede ver.  Finalmente, este poblre
desafortunado, (enceguecido por la ausencia de lentes Corlon,) intenta
dejar la oficina atravez de un armario y se queda completamente
atontado. La vista, de acuerdo con este commercial, es requerida para
prevenir que una persona cometa el error de pensar que un perchero de
abrigos es un ser humano, de quedarse perdido en un armario, y
torpezas sociales tales como sentarse en las rodillas de otra gente.
La ineludible conclución es que la ceguera quiere decir casi invalidés
total con un poquito de payasada echada para que no falte.  Yo no
recuerdo recientemente aber hablado con un perchero de abrigos, y dudo
que ustedes lo hacen; ni pienso que la razón por la que los ciegos se
sientan sobre las rodillas es porque habitualmente no saben lo que
están haciendo.  Nosotros somos frecuentemente explotados por
compañías que se aprovechan de los estereotipos acerca de nosotros
para vender productos, sin tomar en cuenta la veracidad de sus
reclamos o el daño que hacen.
El Konica Medical Corporation de Wayne, New Jersey,probehe equipo de
cuartos obscuros a los hospitales.  Hace poco, Konica se dió cuenta de
dos personas ciegas que trabajaban como tégnicos en los cuartos
obscuros en la planta del centro médico.  Como un gesto de Buena
voluntad, Konica publicó un comunicado de prensa acerca de la valiosa
labor de estos dos empleados ciegos.  El comunicado dijo en parte,
"Tégnicos invidentes encuentran carreras recompensadas en el centro
médico."  El artículo siguió diciendo, "Imagínense, si pueden, como
sería el vivir sin la abilidad de ver el mundo a su alrededor.  Tareas
sencillas tales como caminar, comer, y leer tomarían una total nueva
complejidad."
Al estudiar esta comunicación de prensa, sentí emociones conflictivas.
El titular nos dice que la gente ciega está trabajando en carreras
recompensadas en un hospital; y aúnque yo considero que la gente ciega
muchas veces es empujada hacia los cuartos obscuros en la creencia
errónea de que la ausencia de luz ordinaria hace que este empleo sea
particularmente apropiado para ellos, reconozco que el trabajo de los
cuartos obscuros es una actividad útil en la ocupación competitiva.
Pero la comunicación arruina el titular y lo quita todo.  Este declara
que los ciegos tienen problemas con las tareas más mundanas.  ¿Es tan
difícil para nosotros caminar? ¿Y que les parece comer? Nosotros no
parecemos tener mucho problema en este banquete.  Claro que la lectura
requiere el uso de tégnicas alternativas tales como el Braille,
gravaciones, lectores videntes y cosas iguales; pero aún aquí la
situación es más un asunto de darse abasto que de llorar.  El mensage
de las compañías y la industria privada está basado en un tema común.
Ellos dicen que los ciegos son diferentes y menos capaces que otros.
Aún cuando estas compañías intentan ser positivas y ofrecen elógios,
ellos dicen que nosotros no podemos hacer nada tan bién como los
videntes y que somos muy limitados, muy especiales, muy necesitados,
muy valientes, y muy retrasados.  La gente con esa índole de actitud
se refiere a los ciegos y otros grupos como"gente con impedimentos" y
"físicamente retados," y usan tales otros cortantes eufemismos,
eufemismos los cuales son poco necesarios, poco saludables, poco
útiles, poco convincentes, y poco favorecedores.
Si la industria privada está mal informada, siendo relativamente poco
expuesta a los ciegos y a los hechos acerca de la ceguera, sin duda
las agencias haciendo labores con los ciegos tienen más información.
Uno así lo pensaría, pero como lo hemos aprendido a nuestro costo,
exactamente lo opuesto es muchas veces el caso.  Consideren, por
ejemplo, la Comisión para Ciegos de South Carolina.  Esa agencia fué
formada a mediados de los años del sesenta atravez de los esfuerzos de
Don Capps y los otros líderes de la Federación Nacional De Ciegos de
South Carolina.  Havía también asistencia de más allá de la frontera
estatal.  El doctor Jernigan fué a South Carolina para testificar ante
el comité que la legislatura havía establecido para estudiar el
asunto, y a Iowa vino el principal legislador de South Carolina para
examinar los programas los cuales el doctor Jernigan estaba operando
en la Comisión Estatal Para Ciegos.  Justificadamente los ciegos de
South Carolina miraban a la Comisión Para Ciegos como sulla.
Imagínense, entonces, como se sienten, (y el personal de la Comisión
de South Carolina se siente,) cuando una publicación official de la
comisión personifica lo peor de los estereotipos dañinos acerca de la
ceguera y es masivamente circulada atravez del estado.  Ellos se
comprende están indignados.  Pero dejen que el folleto hable por sí
mismo.  Este consiste en cincuenta y ocho llamadas sugerencias "útiles
para familias y amigos de personas ciegas," agrupadas bajo los
siguientes seis titulares: "General," "Con gente," "En la casa,"
"Viajando," "Guiando," y "En la mesa," ustedes podrían aber pensado
que la propuesta en el comunicado de prensa de Konica (de que comer
para una persona ciega tomaba complejidad especial,) era solo
simplemente para ser descartada como el parloteo de un bién
intencionado cocinero.
Escuchen, entonces, a los expertos.  Esto es lo que el folleto de
South Carolina dice acerca del comer.  Doce "sugerencias útiles" están
en la lista bajo el titular "En la mesa."  Yo no puedo hacer nada más
que brindárselas como vienen, palabra por palabra del folleto.  Aquí
están:
1. Mantengan normas habituales.
2. Díganle lo que está en el platillo o plato que está siendo pasado
3. No pasen cosas al otro lado en frente de la persona ciega.  Cuenten
con que él comparta el pasar la comida.
4. Diríjanse a la persona ciega directamente para que él sepa que se
le pide que pase algo.
5. Mencionen lo que hay en su plato para que él sepa como
arreglárselas con la comida.
6. Al principio, si él lo desea, corten la carne, y unten la
mantequilla en el pan.
7. Acostúmbrense al hábito de poner la carne en frente de su plato.
Es más fácil cortarla allí.
8. Utilicen servilletas de gran tamaño.
9. No hagan comentarios poco necesarios cuando la comida es derramada.
10. Si la comida es derramada en la ropa, menciónenlo casualmente para
que esta pueda ser remobida inmediatamente.
11. Pregúntenle al individuo si desea azúcar o crema ya que estas son
para él difíciles de servir a menos que el azúcar esté en terrones y
la crema en jarras individuales.
12. Al servir la comida, mencionen donde esta ha sido puesta para que
el individuo accidentalmente no tire un baso, taza de papél,sorbete
(pequeño)taza y platillo, etc.
Aunque estas "útiles sugerencias para familias y amigos" no pueden, ni
por asomo, ser llamadas sutíles, el folleto no dice precisamente lo
que quiere decir.  Déjenme ofrecerles a los escritores de la Comisión
Para Ciegos de South Carolina algunas "sugerencias útiles" mías
propias.  Déjenme decir en declaraciones claras lo que su folleto
necesariamente implica, y que (aúnque lo puedan negar) considero que
ellos quieren decir.  Tomen en cuenta que ellos están hablando de
usted y de mí.  Aquí, entonces, está la verdadera nueva versión:
"Mantengan normas habituales."  Ustedes no necesitan ser descuidados
solo porque una persona ciega (que sin duda es descuidada) está en la
mesa.
"No pasen cosas al otro lado en frente de la persona ciega.  Cuenten
con que él comparta el pasar la comida."  La persona ciega, al igual
que un niño de tres años, se sentirá alagado si ustedes dejan que
ayude.  Si él no está motivado por los alagos, ustedes tendrán que
estimularlo un poquito.
"Mencionen lo que hay en su plato para que él sepa como arreglárselas
con la comida."  La persona ciega probablemente no está acostumbrada a
comer en sociedad cortez y probablemente no podrá identificar la
comida sin su ayuda.  En todo caso, es su responsabilidad, no la de la
persona ciega.
"Utilicen servilletas de gran tamaño."  Claro, la persona ciega se
ensuciará y derramará cosas, y ustedes deben cuidarlo o cuidarla.
Después de todo, es su responsabilidad.  Ciertamente la persona ciega
no está a cargo.  Ustedes lo están.
"Pregúntenle al individuo si el quiere azúcar o crema ya que estas son
para él difíciles de servir a menos que el azúcar esté en terrones y
la crema en jarras individuales."  Después de todo, la persona ciega
puede pedir lo que quiere.  Ustedes deben tomar la iniciativa y
cuidarlo.
La primera vez que encontré este folleto, yo sentí que había regresado
a Notre Dame, porque trata con algo mucho más lejano del alcanse que
la etiqueta de mesa.  Este personifica todo un modo de vida, una
filosofía entera, y una completa cultura tradicional.  Atravez de cada
línea está la suposición implícita de que alguien más está acargo y
que aúnque la casa y la mesa le pertenecen a la persona ciega, él o
ella ya no tienen control, ya no es un anfitrión, ya no es un igual
entre iguales.  Si todavía no están convencidos después de todo lo que
han oído, consideren estos otros ejemplos del folleto. Aquí están
exactamente tal como aparecen:
Hablen y actúen de modo natural cuando están con una persona ciega.
Sean francos.  Si él necesita brillar sus zapatos, díganselo. No
apresuren sin necesidad a una persona ciega.  Él apreciará un enfoque
calmado del asunto a la mano.  Déjenlo hacer todo lo possible por sí
mismo.  Al ayudar a una persona ciega, no llamen la atención por el
modo en que ustedes hacen las cosas.  Lean su correspondencia
prontamente y absténganse de comentar sobre el contenido de la carta a
menos que le sea pedido.  Una segunda lectura es muchas veces
apreciada.  Absténganse de ser maleducados en presencia de una persona
ciega; el lo puede oír escarbándose los dientes.  Estén alerta pero
absténganse; no sobresalten a una persona ciega sin necesidad.  No
dejen que la mano de una persona ciega cuelgue en el aire.  Si
oviamente su razón es un apretón de manos, alcansen su mano y
salúdenlo.  No limiten su conocimiento e interés en los ciegos
generalmente al ciego mendicante quien es algunas veces un parásito
social por elección.  No traten con condesendencia a las personas
ciegas ellos son gente normal más de lo que ustedes se dan cuenta.  En
conversación, diríjanse a la persona ciega por nombre si esperan que
él conteste.  De otro modo, tal vez no sepa que el comentario es
dirijido a él.  Dejen las poseciones de una persona ciega donde las
colocó.  A menos de que ustedes indiquen específicamente donde las
puede encontrar.  Al viajar, describan ecenas interesantes y bellas.
Comenten casualmente acerca de sensaciones de las cuales una persona
ciega puede gozar tales como olores placenteros, una brisa
refrescante, el tintineo de un arrollo, etc.  Cuando lleven a un
individuo al baño indíquenle la posición del inodoro, papél, lava
manos, jabón, y toallas.  Al caminar con una persona ciega, mencionen
puntos de referencia para que él pueda mantener su orientación.  No
empujen a una persona ciega en frente sullo.  Caminen directo al otro
lado de la calle.  El hacer esto diagonalmente puede causar que la
persona ciega se caiga al llegar a la acera.
Ahí tienen en suma la filosofía de la Comisión Para Ciegos de South
Carolina, y creo que nunca en toda mi vida he visto tal dosis de
concentración de la distorción y de las nociones falsas.  ¿Hay que
preguntarse porqué los ciegos del estado están en Guerra con la
agencia? ¿como podría ser de otro modo? no tengo la menor duda de que
Don Capps y los otros Federacionistas en South Carolina le enseñarán a
la Comisión un modo Nuevo de mirar a la ceguera.  Nuestro papél puede
que no sea tan limitado o nuestro temperamento tan pacivo como lo
piensan los encargados de South Carolina.
Y, por su puesto, no es solo South Carolina.  Hay otras agencias y
otros estados.  Consideren, por ejemplo, el Mary Bryant Home for Blind
Men and Women, Hogar Para Hombres y Mujeres Ciegos, ubicado en
Springfield, Illinois.  Tengan presente, que mientras les describo
esta instalación, este no es un lugar exclusivamente diseñado para los
ancianos.  Este también está dirigido a los jóvenes.  Considero que es
necesario tocar este punto ya que de otro modo pueda que ustedes
tengan dificultad en creer lo que están a punto de escuchar.  Por lo
tanto, ofrezco en evidencia una carta fechada 23 de marzo, 1987, para
los directores de agencias de reabilitación en un número de estados
del medio occidente.  La carta está firmada por el administrador del
hogar Mary Bryant Home, quien tiene, el algo intrigante nombre de
Frances Trees. La carta dice:
Estimado director:
Como usted lo habrá notado, llega el momento en las vidas de muchas
personas invidentes cuando ya no pueden vivir independientemente.
Algunas personas jóvenes regresan a sus casas seguidas de su educación
en un plantel para los invidentes.  En muchos casos, estos hombres y
mujeres jóvenes están regresando a hogares donde ambos padres de
familia están empleados fuera del hogar, y ellos encuentran que se
quedan solos todo el día sin hacer nada.
Algunas personas de más edad ya no tienen un sistema de Apollo para
ayudarlos y asistirlos a vivir independientemente. Muchos están
enviados inapropiadamente a los acilos, donde muchas veces están
puestos en peligro al no poder protegersen ellos mismos.
El hogar Mary Bryant Home es un recurso que desearía que usted
considere cuando se trata dayudar a individuos o familias para lidiar
con la cuestión de colocación…. Actualmente nuestros residentes varían
desde 24 hasta 96 años de edad….
Cordialmente, Frances J. Trees administrador
al examinar lo que el hogar Mary Bryant Home dice acerca de sí mismo,
recuerden que algunos de los residentes son jóvenes de 24 años y que
están en la instalación Mary Bryant debido, a que tal como el
administrador Trees dice, "estos hombres y mujeres jóvenes están
regresando a hogares, donde ambos padres de familia están empleados
fuera del hogar y ellos encuentran que se quedan solos todo el día sin
nada que hacer. " E aquí citaciones directas del paquete de literatura
enviada por el administrador Trees para los directores de
rehabilitación:
El edificio es en forma rectangular, lo cual permite a los residentes
caminar en una estructura circular para el ejercicio, en particular
durante tiempo inclemente…. El hogar está arreglado para la
conveniencia sobre un nivel, sin escaleras…. Barandas son instaladas
atravez del hogar…. Nuestro personal de jornada completa y media
jornada probehe servicio a los residentes día y noche vigilando su
salud, seguridad, nutrición, recreo y necesidades emocionales….
Salidas pueden ser tomadas por los residentes por un corto periodo con
tal de que la persona que lleva fuera al residente firme una directiva
de responsabilidad por leciones, accidentes, o enfermedades que puedan
ocurrir durante el tiempo en que estén fuera del hogar Mary Bryant….
Propiedad personal salvo que sea ropa, puede ser traída al hogar solo
con la aprovación previa del administrador…. La comida está proibida
en las habitaciones de los residentes.  Cervesa, vino, y otros licores
intoccicantes: Solo cuando aprobados por el doctor del residente por
favor, y todas las cosas de esta naturaleza deben ser mantenidas en el
cuarto de medicina, no en la habitación de los residentes…. Llamadas
de entrada para los residentes pueden ser recibidas en los teléfonos
caseros, pero causaría menos confución y menos interrupción si estas
llamadas fueran hechas entre las horas de 1:00 pm. y 4:30 pm. horas de
visita son de 10:00 am. hasta 8:00 pm. las visitas serán restringidas
desfavorablemente si así es indicado en la opinión del doctor del
residente y así documentado en el historial clínico…. El fumar en las
habitaciones de los residentes está prohibido para ambos residentes y
visitantes. los residentes quienes pueden arreglárselas con los
materiales del fumar con seguridad pueden fumar en el salón de
actividades, y les pedimos a los visitantes el fumar solo en estas
áreas también….
Hay más, mucho más, pero considero que les he dado suficiente para
hacer observaciones.  Cualquier ciego que se respete a sí mismo
enfrentado con tales indignantes conglomeraciones de reglamentos
insultantes, directivas, requisitos, y restricciones saldría por la
puerta tres minutos después de haber llegado.  Por su puesto, la
mayoría de ciegos que conozco se resistirían a ir a tal instalación en
primer lugar.  Con toda la labor que hemos hecho para cambiar las
actitudes públicas, mucha gente aún piensa que los ciegos deberían
vivir en hogares segregados, y algunas veces en acilos.  Sobre esta
conección yo recientemente recibí la siguiente carta:
Estimado señor:

Mi madre ha sido legalmente ciega por alrededor de veinte años.
Durante todo ese tiempo ha estado en un acilo en Rochester, Indiana,y
ella solo tiene cuarenta y tres años de edad, en todo ese tiempo no ha
tenido ningún entrenamiento como los ciegos necesitan, tal como leer
el Braille.  El acilo ha sido su único mundo debido a su incapacidad
de moberse.  Considero que mi madre necesita ayuda desesperadamente.
Ella necesita ser enseñada cosas que los ciegos necesitan para
funcionar en la sociedad.  Está demaciado jóven para estar en un
acilo.
Me pregunto si la Federación Nacional De Ciegos podría ayudar en este
asunto.  No tengo dinero ni conocimiento de como ayudarla y me digeron
que tal vez usted podría ayudar, ella se quiere salir del acilo.
Cordialmente,
veinte años en la vida de una persona es mucho tiempo, (y para esta
mujer y muchas otras como ella) esos veinte años son un recuerdo
sombrío de infierno retorcido, y desolación, dolor, y falta de
oportunidad.  Nosotros en la Federación Nacional De Ciegos estamos
organizados para asegurar que folletos, como el publicado por la
Comisión Para Ciegos de South Carolina, sean detenidos para no ser
escritos, que las instalaciones tales como el Hogar Mary Bryant Home
cambien su filosofía o quiebren, y que hombres y mujeres ciegos tengan
algo mejor que hacer con sus vidas que ir a acilos a los veinte.
Estamos comprometidos a cambiar actitudes sociales para que los
manufactureros no crean que no podemos cuidar nuestras llaves, para
que las compañías ya no puedan inpunemente tener la impreción de que
somos inútiles y patéticos a menos que tengamos gafas, y para que el
público ya no tolere anuncios los cuales explotan el concepto de que
somos en particular apropiados para trabajar en la obscuridad.
Tenemos la determinación de educar no solo al público en general sino
que también a nuestros compañeros ciegos y a nosotros mismos, y, por
su puesto, lo estamos haciendo.
El Sábado, 23 de mayo, de este año yo físicamente no salí de
Baltimore, pero ese día, (tal como muchas veces lo he hecho,) regresé
a Notre Dame.  Estaba en una tienda de ropa, probándome el mismo
sastre que tengo puesto esta noche.  En la coyuntura crítica de la
prueba, el vendedor le dijo a la persona vidente que estaba conmigo:
"¿Puede quitarle los zapatos?" supongo que no necesito decirles que yo
no caminé descalzo a Notre Dame.  Remobí mis propios zapatos.
Los cambios que estamos haciendo en las actitudes públicas muchas
veces parecen lentos y duran tiempo en venir, pero (como el óccido)
estos remueben más basura y restos que las llamas de la conflagración.
Desde nuestra fundación en 1940 hemos remobido una cantidad tremenda
de basura, alguna por conflagración, y mucha más por continuo óccido.
Nosotros también, (aún aquellos de nosotros quienes no hemos estado en
Indiana,) continuamos regresando a Notre Dame, pero (afortunadamente,)
las visitas se han convertido de muy pocas, a muchas menos.
Para aquellos de nosotros quienes somos ciegos, el mundo nos depara
más promesa hoy de lo que siempre ha sido en la historia.  No es que
los incidentes de la índole que yo he descrito sean más numerosos
ahora de lo que eran antes.  Mejor dicho, Es que nos hemos
consientizado de aquello y estamos más preparados para tomar acción
apropiada.  En otro tiempo eran universales.  Ahora, estos solo son
habituales.  Pero desde 1940 ha habido un elemento Nuevo, una nueva
fuerza que ha cambiado el equilibrio.  Ustedes saben cual es esa tal
como yo lo sé.  Es la Federación Nacional De Ciegos.  Como todos en
este salón saben, estamos totalmente organizados, plenamente
consientizados acerca de donde es que hemos estado y a donde es que
nos dirigimos, absolutamente inparables.
No hay poder en la tierra que nos pueda volver atrás o nos detenga en
ir el resto del camino hacia la libertad y la ciudadanía de primera
clase.  Nosotros lo sabemos; nuestros adversarios lo saben; y el
público en general está comenzando a aprenderlo.  Mientras que nos
aproximamos al final del ciglo veinte, nuestro ambiente es optimista,
y nuestros corazones están gozosos.  Hermanos míos y hermanas mías,
¡marchemos juntos hacia el futuro!



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