[Nfbespanol-talk] De Cables, de Abismos, y del Salón de Clase

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Fri Aug 28 06:21:36 UTC 2009


Braille Monitor                                                                    Octubre, 2006

Volúmen 49, Número 9                                                                        Octubre 2006

Barbara Pierce, redactora

 

De Cables, de Abismos, y del Salón de Clase

por Norman D. Gardner


      
De la redactora: El Doctor Norm Gardner ha sido miembro por largo tiempo en la Federación Nacional de Ciegos, y ha sido un líder en cada afiliado donde él ha vivido. El artículo siguiente ilustra el principio de que la filosofía positiva de la Federación sobre la ceguera puede ayudarnos a todos a crecer si estamos dispuestos a permitir que funcione en nosotros. Esto es lo que dice:

 

Participé recientemente en una actividad de grupo que requería a todos poner vendas en los ojos y caminar en un cable suspendido entre los árboles. Otros cables estaban disponibles para el equilibrio, y nos permitían ayudarnos a permanecer en el cable. El objetivo era progresar a lo largo del curso del árbol entre árbol y árbol sin caer del cable principal. Al principio ello era algo desafiador; pero, a medida que nos acostumbramos a la manera en que el cable se movía en respuesta al peso de la otra gente, aprendiendo la mejor manera de utilizar los cables de equilibrio, ello no era demasiado difícil. Después de todo, el cable principal estába tan solo a un pie de la tierra, así que, incluso si perdíamos nuestro equilibrio mientras que nos trasladábamos de árbol en árbol, la tierra sólida no era lejana.

Al final del curso del cable, sin embargo, nos dijeron que debíamos ahora tener cuidado ya que el último tramo del cable estaría sobre un barranco a veinte pies de ancho y treinta pies de profundo desde un árbol, al otro lado del barranco. Aunque no me había caído del cable desde el principio del curso, a ese punto experimenté mucho temor. Algunos en el grupo comenzaron a temblar y a perder su equilibrio. Algunos comenzaron a gritar y se reusáron a continuar. En verdad, no había barranco. Cruzar ese tramo final no era más difícil que cruzar los anteriores. La única diferencia era que asumimos que caerse sería mucho más devastador. Sencillamente el continuar utilizando las técnicas que habíamos estado utilizando hasta ahora, lo hubiéramos podido cruzar sin ningún problema.

 

Una cosa similar ha sucedido con respecto a mi pérdida reciente de la vista. He sido legalmente ciego desde la niñez temprana. Los doctores siempre me decían que mi vista seguiría siendo igual por el resto de mi vida, pero estában en un error.

 

Cuándo primero conocí a la Federación, hace treinta años, mi vida estába fuera de equilibrio. Estába avergonzado de mi ceguera, y dudaba de mis capacidades. La filosofía De la Federación me ayudó a alcanzar más estabilidad y amor propio. Llegué a creer que es respetable ser ciego, y que con entrenamiento apropiado y oportunidad, la ceguera puede ser reducida a un mero fastidio.

 

Aunque confieso  que algunas veces confié un poco demasiado en mi vista parcial. Dependí de ella cómo de una muleta, por si acaso la filosofía no funcionaba en un caso específico, y me caía de mi cable psicológico. Es decir, sentía que mi vista todavía era importante para mí en lograr muchas tareas cada día. Gradualmente, con la ayuda y el ejemplo de otros, y con la asistencia a nuestras convenciones nacionales, comencé a entender, intelectualmente por lo menos, que incluso sin la vista en absoluto podía ser que todavía podría tener éxito en mi trabajo.

 

Desde 1974, he enseñado clases de Universidad, en las finanzas corporativas. Las técnicas alternas que utilicé eran simples y no muy creativas. Solo escribía en carácteres grandes en el tablero. Puesto que yo era el más cercano al tablero, podía leer las letras grandes, y los números sin problema. Durante mis años de universidad cómo estudiante, utilizába un pequeño par de prismáticos para explorar el tablero. Nunca pude leer más del 40 por ciento de lo qué fué escrito allí. Las cosas eran mucho mejor cuándo conseguí ser el profesor puesto que  podía ahora leer todo en el tablero. Pero cuándo hice frente a la posibilidad de perder el resto de la vista, comencé a tener pánico. pues me sentía mucho cómo cuándo me imaginaba que tenía un abismo profundo a cruzar.

 

A pesar de nuestra filosofía excelente, me desalenté absolutamente. Preví una deterioración significativa en la eficacia de mis conferencias, puesto que no podría más escribir en el tablero. En mi enseñanza he hecho siempre uso pesado de ejemplos, diagramas, fórmulas, y ilustraciones numéricas. Sin mucho optimismo comencé a buscar alguna técnica alterna que me permitiera continuar enseñando. Intenté utilizar las transparencias, pero la luz dolorosa brillante del proyector hizo imposible que me colocára doquiera cerca de ella.

 

Después de admitir que mis conferencias pronto llegarían a ser extremadamente ineficaces sin la capacidad de referirme eficientemente a los ejemplos y a las ilustraciones numéricas, comencé a considerar utilizar diapositivas del PowerPoint.

 

Con el tiempo me convencí de que al utilizar presentaciones diapositivas del PowerPoint bajo condiciones apropiadas, podría ser solo tan eficaz cómo había sido cuándo podía escribir en el tablero.

 

Mi objetivo aquí es compartir algunas de las maneras específicas en que he utilizado diapositivas del PowerPoint en el salón de clase, con la esperanza de que otros puedan encontrarlo provechoso. Con la ayuda de un estudiante ayudante, ahora he preparado varios cientos de diapositivas del PowerPoint dispuestas por tema, a fín de acompañar mis cursos de finanzas corporativos. He unido a cada diapositiva, un pequeño octeto con sonído de mi propia voz que anuncia el título, o el tema de cada diapositiva. Este octeto de sonído se activa cuándo la diapositiva viene a la pantalla. Esta, confirma para mí, el hecho de que realmente ha aparecido una nueva diapositiva, y también el tema de esa diapositiva. He unido notas de la conferencia a cada diapositiva, mucho cómo un archivo de MS Word para cada diapositiva. Este archivo nunca es visto por los estudiantes, pero está disponible para mí antes o durante la clase. En este archivo, me escribo notas deletreando detalladamente cada aspecto de la diapositiva. Incluyo todos los números y fórmulas de la diapositiva, y de su relación de una con otra. De esta manera no tengo que recordar todo en cada una de centenares de las diapositivas.

 

Antes de cada conferencia reviso las notas unidas a las diapositivas que utilizaré durante esa clase. A fín de facilitar esta revisión, copio secuencialmente las notas de la conferencia para cada diapositiva en un documento de MS Word, y después copio ese archivo a mi carpeta de documentos en mi computadora, mi apuntador de notas, y mi BookPort. Esto me permite que elija la fuente más eficiente de la cual repasar mis notas de la diapositiva en el momento que lo deseo hacer.

 

Aquí están algunas otras sugerencias para preparar las diapositivas para el salón de clase:

1. Elija y dé instrucciones cuidadosamente a la persona que le asistirá en la preparación de las diapositivas. El primer ayudante que contraté se tomó la libertad de vestir las diapositivas con colores brillantes, varios patrones con bordes, cuadros de flores, e incluso pequeños osos de peluche que se movían alrededor en la pantalla bailando la rumba. Me desconcertó más a fondo cuándo también encontré el deletreo y otros errores en las diapositivas. Innecesario decir que conseguí a otro estudiante ayudante.

2. Limite el número total de diapositivas. Al principio me encontré preparando las diapositivas que contenían esquemas, párrafos, listas, e incluso mis propias notas de la conferencia. Entonces noté que los estudiantes participában poco o nada en la discusión durante mis conferencias. Parecían siempre estar ocupados copiando lo que estába en las diapositivas. Sentía que tenía éxito solamente en la transferencia del material de mis notas a las de los estudiantes sin que la información pasara a la mente de alguno. Se me ocurrió que, si hiciera copias de las diapositivas y las diera a los estudiantes, ellos incluso no necesitarían venir a clase.

 

Ahora he decidido que no prepararé ni utilizaré las diapositivas que contienen el material que no haya escrito realmente en el tablero durante mis conferencias. Es decir que he adoptado la filosofía de que las diapositivas del PowerPoint son sencillamente una alternativa a la escritura en el tablero, nada más. Esto ha mantenido el número total de diapositivas manejable, y ha permitido la discusión sana del salón de clase.

3. Utilice las diapositivas múltiples para edificar conceptos paso por paso. Por supuesto, con utilidades del PowerPoint es posible hacer que cada paso sucesivo venga volando a la pantalla a partir de la primera dirección, y entonces otra hasta que todos los pasos sean visibles. Esto se puede hacer en una diapositiva. Yo no lo hago de esa manera. Prefiero mantener más control sobre el progreso de la discusión en la clase. Durante la construcción de las diapositivas, comienzo con la ilustración básica e incluyo solamente los números necesarios a fín de ilustrar el primer paso del concepto total. Entonces copio esta primera diapositiva a la segunda de modo que ahora tengo dos diapositivas idénticas. Entonces agrego las figuras para el paso siguiente a esta segunda diapositiva, a veces utilizando un color diferente. Cuándo la segunda diapositiva es tan completa como quiero que sea, la copio a una tercera diapositiva y después agrego las figuras para el tercer paso a ella. De esta manera puedo detenerme brevemente, y apropiadamente en cada paso durante la conferencia a fín de discutir los conceptos y para comprobar la comprensión de los estudiantes antes de que saque la diapositiva siguiente con el paso siguiente.

 

Desde el punto de vista de los estudiantes, parece cómo si cada paso adicional se ha agregado sencillamente a la diapositiva original. No es obvio para ellos que están viendo realmente una serie de diapositivas. Es decir, solo parece como si escribiera la cosa en el tablero, agregando los números apropiados, y llegando a conclusiones lógicas paso por paso .

4. Utilice un mouse remoto. Utilizo un mouse remoto que me permite colocarme doquiera que deseo estar en el salón de clase. Una vez que la presentación de la diapositiva ha comenzado, un empuje simple de un botón en el mouse remoto, trae la diapositiva siguiente a la pantalla. Cuándo aparece, los estudiantes oyen el sonido octeto de mi propia voz a través de los parlantes de la computadora, y continúo sencillamente con mi conferencia.

 

Cuándo perdí la vista parcial que había tenido toda mi vida, experimenté muchos de los mismos temores, y emociones que la gente vidente tiene cuándo pierden su vista. Al principio no me fué muy bien en la aplicación de la filosofía de la Federación Nacional de Ciegos en mi situación individual. Después de un breve período de pánico, sin embargo, comencé a poner esa filosofía a prueba, y puedo decirles que funciona.

 

Al principio, cuándo consideré ir nuevamente al salón de clase sin poder escribir en el tablero, me sentí cómo lo hice cuándo consideré cruzar el abismo en un cable. Al principio parecía imposible. Sin embargo, siguiendo el mismo proceso que antes me había ayudado, encontré que la filosofía de la Federación, sostenida, sólida cómo una roca, y las buenas ideas de gente bien informada que en su alcance ayuda a todo, vinieron juntas a traerme a través del abismo y nuevamente dentro del salón de clase.

 

La verdad es que, respirando profundamente, y continuando en aplicar la filosofía de la federación, encontré que no importa realmente si la tierra es un pie o treinta pies debajo. No Importa realmente si todavía tengo alguna vista, o ningúna en absoluto. La filosofía es verdadera. Esta funciona. Al encontrar las técnicas alternas apropiadas, los ciegos pueden realizar y continuar realizando los requisitos de su empleo y tener tan solo tanto éxito y ser tan competentes como sus socios videntes. 
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