[Nfbespanol-talk] ¿De Quién Es esta Niña Si Mamá y Papá Son Ciegos

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Thu Dec 30 01:04:11 UTC 2010


Braille Monitor

Número 10, Noviembre, 2010, Volumen 53.

Gary Wunder, Redactor

 

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[LEYENDA DE LA  FOTO: Blake Sinnett y Erika Johnson sentados esperando.]


¿De Quién Es esta Niña Si Mamá y Papá Son Ciegos?
por Gary Wunder

En mayo del 2010, Blake Sinnett y Erika Johnson estaban alegres, a medida que se preparaban para celebrar uno de los eventos más benditos de la vida, el día en que se convertirían en padres de una niña sana que con alegría llamarían Mikaela, que significa, "una que se asemeja a Dios." La pareja que llegó al hospital fué bendecida con juventud, buena salud, y cerebro. Lo único insólito acerca de ellos era que eran ciegos. El nacimiento de Mikaela era de rutina. Vino al mundo con un peso de seis y media libras, y tenía diecinueve y un cuarto de pulgadas de largo. Cuándo había sido limpiada, fué llevada a su madre para ser alimentada.



Mientras luchaba para ayudar a su bebé a mamar, Erika sintió que algo andaba mal, por lo que, llamó a su enfermera, una mujer identificada como la Enfermera Dixie, para preguntar si Mikaela estába en realidad lactando. La enfermera le informó que Mikaela se estaba empezando a poner morada, y ayudó a Erika a su reposición. La enfermera Dixie le mostró a Erika cómo colocar los dedos sobre la nariz de Mikaela para que Mikaela pudiera respirar durante la lactancia. Al darse cuenta de que Erika estába alterada por los problemas con su primer intento de lactancia, la enfermera Dixie le aseguró que las nuevas madres a menudo necesitan ayuda para dominar la técnica, y que ahora ella y la bebé estaban bien.


Imaginen la sorpresa y consternación de la pareja cuándo unas cuatro horas después de la llegada de su hija, fueron reunidos por una trabajadora social de la División Infantil, Unidad de Servicios de Protección, una mujer llamada Tía Wilson.
Ella había sido llamada al hospital cuándo la enfermera Dixie informó sobre el nacimiento de Mikaela a los padres que eran ciegos. La señora Wilson primero quería saber qué tan bien cada miembro de la pareja podía ver. Al enterarse de que la vista era mínima, por consiguiente, quería saber cómo iban a hacer un seguimiento de su hija recién nacida; cómo iban a saber cuándo tenía hambre, cuándo estaba mojada, o cuándo estába sucia; ¿cómo sabrían si tenía una temperatura y, por último, cómo la iban a transportar si atención médica era necesaria.


Los padres contestaron a estas preguntas con tanto respeto y con tanto esmero como pudieron. La pareja sabría dónde estaba su hija, por lo menos mientras que era muy joven, al recordar donde la habían puesto; y más tarde sabrían donde estaría por el sonido. Sabrían si tenía hambre porque ella lloraría, y porque ambos podrían saber a que hora comería, y cuándo habría pasado la hora de comer. La pregunta sobre cómo iban a saber si estába mojada o sucia parecía demasiado obvia de explicar, pero cortésmente abordaron la cuestión. Sabrían si su hija tenía una temperatura por utilizar su sentido del tacto, y para medidas más precisas mediante el uso de un termómetro parlante. Decidirían sobre la forma de su transporte para atención médica dependiendo de la razón de la atención. Si la visita al médico era de rutina o para el tratamiento de un resfriado, irían en taxi. Si había sufrido una lesión o enfermedad que amenaza la vida, llamarían a una ambulancia. A fín de cuentas, para la trabajadora social, la respuesta a la primera pregunta era lo único que importaba: ¿Cuánto pueden ver? Antes de que Erika fuera dada de alta, una simple pregunta se convirtió en dos: ¿Cuánto pueden ver, y estará alguien con vista presente para supervisar el cuidado de esta bebé las veinticuatro horas al día, siete días a la semana?


Ya que no habría ninguna supervisión vidente de la niña, cuándo llegó el momento de que Erika fuera dada de alta, se le dijo que su bebé no se iría a casa con ella, sino que sería tomada en custodia por el estado. El razonamiento de la trabajadora social: "No puedo, de buena fé, enviar a esta bebé a casa con dos personas que son ciegas."


Erika fué dada de alta el domingo, dos días después del nacimiento de Mikaela. A eso del lunes, estuve viendo los mensajes de la lista de nuestros padres de familia de la Federación, y una nota de preocupación de la señora Maurer. El problema era que nadie me estaba dando un nombre, una ciudad, o un número telefónico al que podríamos llamar. No sé si esta resistencia provino de Erika y Blake, o si alguna de nuestra gente cayó en la trampa de creer que nosotros trabajamos bajo las mismas reglas de confidencialidad que las de las agencias estatales y federales. No fué sino hasta tarde en la tarde del martes que recibí un número telefónico y podía hablar con la pareja de ciegos directamente. El retraso fué lamentable puesto que tenían una audiencia programada para el día siguiente.


En nuestra primera conversación, Erika y Blake se mostraron muy agradecidos de que Me preocupara lo suficiente como para llamar, pero no estaban del todo seguros que necesitaban nuestra ayuda. Parecían creer que lo que había sucedido hasta ahora era tan indignante que alguien con autoridad que tuviera que lidiar con la cuestión vería la insensatez de la trabajadora social, y su hija sería devuelta. En sus mentes, no era necesario causar un gran alboroto, involucrar a un grupo de extraños, y arriesgarse a hacer olas. " Sabíamos que si Sólo alguien diera un vistazo a lo que la trabajadora social había hecho, nos devolverían a Mikaela"
Blake dijo más tarde.


Yo tenía dudas acerca de estos dos jóvenes que iban solos contra una agencia de servicio social que ya les había arrebatado a su hija, pero la experiencia me ha enseñado que lo peor que una persona con conocimiento en la abogacía puede hacer es tomar el control de aquellos cuyas vidas son las más afectadas. Cuándo aquel con conocimiento en la abogacía decide que sabe más que la gente a la que está tratando de ayudar, les hestá dando una nueva razón para creer que alguien tiene dudas, y quiere quitarles todo su control.


Mi temor era que la agencia de servicio social que les había arrebatado a la bebé Mikaela, presentara su recurso al juez como un ejercicio prudente de precaución, y que la respuesta inicial del juez sería diferir el caso hacia los expertos hasta que hubiera más hechos sobre los que se disponía a tomar una decisión. Esto es, de hecho, lo que sucedió, y Blake y Erika me llamaron al día siguiente para decir que estaban listos para nuestra ayuda.


El comportamiento indignante del hospital, y de los Servicios de Protección Infantil, parecían tan extraño que nuestro primer trabajo fué ver si la ceguera fue realmente el problema, o si se estába utilizando a fín de obtener la ayuda de la Federación. Para todos los casos que nos han traído en los que la ceguera es la cuestión central, en al menos cinco, la ceguera no tiene nada que ver con la acción de la persona que llama y se queja. Shelia Wright, nuestra primera vicepresidente de Missouri, y su esposo Jeff, visitaron a Blake y Erika. Su informe fue que eran gente normal, inteligente y que no había ninguna razón para creer que habría algún problema inesperado en la crianza de su bebé. Luego vino la contratación de Amy Coopman, una abogada de Kansas City que ha trabajado con nosotros para ganar otros dos casos. En el primer caso, ayudó a Larry Murphy cuando el Departamento de Caminos de Missouri le pasó por encima una promoción porque era ciego. En el segundo, ayudó a Grace Haner, que fué despedida después de veinte años de servicio debido a que su nuevo supervisor consideró que el tener a una persona ciega trabajando alrededor de los pacientes era demasiado peligroso.


La primera tarea que se le asignó a Amy fué ver los expedientes de ambos Puntos Centrales, el Centro Médico y la División de Servicios para Niños, a fín de  ver qué dijeron acerca del nacimiento de Mikaela, y la estancia de Erika. Amy también visitó a la Pareja para poder escuchar de primera mano lo que le había sucedido a ellos. Los expedientes del hospital confirmaron el nacimiento, el problema en el primer intento de amamantar a Mikaela, y el avance posterior después de haber sido enseñada por la enfermera correctamente. Los expedientes de los Servicios de Protección Infantil tampoco revelaron otra cosa, que la ceguera como una razón para remover a Mikaela de sus padres, y ponerla en custodia de protección con una madre de crianza.


Ya que los Servicios de Rehabilitación para Ciegos (RSB) en Missouri se encuentran en el mismo departamento que la División Infantil, establecimos contacto con el director de la agencia, Mark Laird, para conseguir su ayuda. Él estába sorprendido y enojado, y se ofreció a ayudarnos en todo lo que pudiera. Dijo que iba a comenzar por hablar con el director de la División Infantil, que nos dio alguna Esperanza de que podríamos ser capaces de evitar el sistema legal. Al igual que Erika y Blake, estábamos pensando ilusoriamente que puede ser que consiguiéramos una persona razonable para echar un vistazo en esta situación, y decir: "Esta atrocidad no irá más lejos", pero tal no iba ser.


En los casos de custodia de los hijos y la Unidad de Servicios de Protección, las personas que deciden los casos se llaman comisionados, no jueces. El 18 de junio se llevó a cabo una audiencia ante la comisionada Martina Peterson, pero su propósito no era determinar cuál sería la ubicación de la Bebé Mikaela, sino un estudio a la existente ubicación para asegurarse de que estaba a salvo. Aunque la comisionada no podía solicitar o admitir pruebas, ella escuchó e hizo preguntas como nuestra abogada, como los representantes de la División de Niños, y como los Servicios de Rehabilitación para Ciegos lo habían discutido en cuánto a Mikaela y sus padres. La comisionada parecía estar enojada por su incapacidad para revisar la decisión de la ubicación, e hizo comentarios tales como, "Ciertamente, estas no son las únicas personas ciegas que han tenido hijos", "No puedo creer que este es el primer caso en Kansas City donde hemos tenido que hacer frente a la crianza de los hijos de las personas ciegas", "¿Quiénes somos para decirle a esta gente que no puede hacerse cargo de esta niña, simplemente porque son ciegos?" No hizo daño que la maestra asignada por el Servicio de Rehabilitación para Ciegos, RSB, estaba ayudando a Blake y a Erika a hacer frente a cualquier técnica como padres, en caso de que puede que la División Infantil tuviera preguntas, pues ella misma era una madre ciega de niños videntes.


Gran parte de nuestra angustia fue que la comisionada de revisar este caso, dijo que tenía unas vacaciones programadas. Tuvimos la opción de esperar a su regreso o transferir el caso a otra persona. La llamada fué compleja, pero la comisionada había parecido tan perpleja y tan enojada por el arrebato de Mikaela que decidimos esperar a su regreso. Esa decisión añadiría casi un mes a la separación de Mikaela de sus padres, por lo que, la pregunta que teníamos que responder era si era mejor sufrir molestias o el riesgo de volver a comenzar con un juez que podría ser menos favorable a la injusticia que había caído sobre esta familia.
Teniendo en cuenta la reacción de la comisionada, la incertidumbre sobre cuánto tiempo se tardaría para transferir el caso, y sin garantía de que se ahorraría tiempo al reasignar el caso a otro comisionado, la recomendación de nuestra abogada fué esperar a que la actual comisionada regresara, y esto fué lo que hicimos.


Antes de sus vacaciones, la comisionada escribió una orden exigiendo que Mikaela pudiera ver a sus padres por lo menos tres veces a la semana, y que la leche de Erika se utilizara para la alimentación de Mikaela. Aunque no apareció en la orden por escrito, la juez también sugirió que la División Infantil, Unidad de Servicios de Protección, proporcionara algunas visitas sin supervisión.


El interés de los Federacionistas siguió aumentando a medida que se acercaba la convención nacional. La gente quería saber qué podía hacer para detener este comportamiento atroz. La mayoría quería saber por qué no habían oído hablar de este incidente desagradable en la prensa, y ofrecieron su ayuda para ver que el relato fuera recogido. Una vez más, tuvimos que hacer una difícil elección. O bien seguir el procedimiento descrito en la ley de Missouri, y buscar la justicia de ese sistema, o bien íbamos a ir fuera de ella y esperar que la prensa no endureciera la posición de la División, o hacer que la comisionada pensara que estábamos tratando de ejercer una presión indebida. Decidimos trabajar en el sistema, pero este caso era tan escandaloso que hablábamos de ello en la comunidad de los ciegos, y nos preparábamos para una rueda de prensa, a fín de llamar la atención en los medios de comunicación si Mikaela no era devuelta por el sistema legal.


Al momento de la convención nacional, ya se había recibido más de cien consultas y ofertas de ayuda. La junta directiva de la Federación de Missouri ya había votado a favor de llevar el caso con el apoyo del presidente Maurer. La Junta Directiva También decidió examinar el caso abiertamente en la convención, y pedir a aquellos que deseaban ayudar si podrían donar a un fondo específico para llevar a Mikaela a casa. Como era de esperarse, un número de miembros Federacionistas respondió, y recaudó cerca de $3.000 mientras que en Dallas.


En la convención, los rumores acerca de la bebé Mikaela estaban en todas partes. Fuí abordado por miembros experimentados de la Federación que estaban tristes al pensar que todavía estábamos luchando la batalla de ser padres. Una batalla que se pensaba había sido ganada hace años. Los jóvenes estaban casi desesperados en su súplica  de que les dijera que todo esto era un gran malentendido. La mayoría de quienes se acercaron a mí tenían sus propias suposiciones sobre lo que había sucedido realmente.
Un grupo llegó a conjeturar que lo que habían oído y leído era poco más que una leyenda urbana creada en el Internet, y que de alguna manera estaba ligada a mi nombre.
Una segunda escuela de pensamiento pensó que se trataba de un incidente real, pero que había sido recirculado en el comienzo de la historia de la Federación. Como alguna de la gente jóven dijo: "Cuándo escuchamos por primera vez acerca de esto, pensamos que había ocurrido hace un largo, largo tiempo, en los años de los ochenta." No pude evitar reflejar que los años de los ochenta, de hace tiempo, mucho tiempo atrás en sus vidas, no parecía tan lejano para mí. En aquel entonces estábamos luchando por el derecho de los padres ciegos a adoptar niños, y yo era el joven que esperaba a su primer niño, e intentaba responder a las preguntas acerca de cómo un ciego podría tomar cuidado de un bebé. Es fácil entender el por qué los jóvenes que se acercaron a mí estaban tan alterados. Algunos estaban comprometidos, y otros estaban recién casados.
Los niños estaban sin duda en sus mentes, y tenían temor con razón.


Para Blake y Erika los tiempos eran difíciles. Erika trataba de usar un extractor de leche para proporcionar leche a Mikaela, pero, cuándo Mikaela fue traída por la orden de visitas, Erika se enteró de que ella acababa de comer, y en su tiempo juntas, Erika se la pasaba viéndola dormir. Sin el estímulo de la lactancia a un bebé, la leche de Erika dejó de fluir. Las visitas se supone que se producirían por lo menos tres veces a la semana, pero a Blake y a Erika se les dijo, por su nueva trabajadora social, Tara Perish, que habían otros clientes que también necesitaban su atención. "Ustedes no son los únicos padres de familia a los que sirvo, y están recibiendo más atención que cualquier otro padre que veo", dijo a la pareja. La madre de crianza de Mikaela ayudaba más para ver que se hicieran las visitas que lo que ayudaba la trabajadora social, y abiertamente expresó su sorpresa del por qué ella estaba cuidando a Mikaela. Tan agradecidos como Blake y Erika estaban por las visitas hechas posibles gracias a la madre de crianza, la experiencia fué dolorosa. "Lo más doloroso era escuchar a otra persona informarme a mí sobre el progreso de mi hija", dijo Erika con tristeza.
"Alguien que no era vio, vió su primera sonrisa, y escuchó su primera pequeña risa."


Erika y Blake dijeron que durante la ausencia de Mikaela una de la mayoría de las cosas desalentadoras fué la reacción de amigos y vecinos. "Fuí muy criticada porque la gente me decía que debe haber más aquí de lo que parece", dijo Erika. "Dijeron que la bebé debe haber nacido con drogas en su sistema. Algunos decían en tono acusador que debo tener algo de lo que no sabían acerca. Algunos incluso me preguntaron si habían problemas mentales que yo no había compartido."


Entre la convención nacional y el día del juicio, luchamos continuamente con la cuestión de la publicidad. Con el paso de casi seis semanas desde el nacimiento de Mikaela, la gente comenzó a preguntar que si el relato que estábamos contando era cierto, y, si lo era, ¿por qué no era cubierto por la prensa? ¿Por qué esperamos tanto tiempo? ¿Por qué no organizábamos una protesta, hacíamos un llamado a los funcionarios políticos, y exponíamos el caso vergonzoso para que todos lo vieran?
Bajo la ley de Missouri, el camino para la resolución de los casos de protección de custodia es claro, y hay pocas posibilidades de hacer algo más allá de los siguientes procedimientos prescritos.


La audiencia fué programada para el martes, 20 de julio, a las 3:00 pm, cuándo por último seríamos capaces de argumentar por el derecho de Erika y Blake de ser los padres de la bebé Mikaela. El lunes, nuestra abogada Amy recibió una llamada de los Servicios de Protección que indicaba que un acuerdo podría estar en camino. Esperó al texto por fax, pero nada llegó. El martes todos estábamos preparados para asistir a la audiencia. Shelia Wright y su esposo Jeff viajaron a reunirse con nosotros en el aeropuerto, y nos acompañaron en el juicio. Mi esposa Debbie y yo cogimos una camioneta temprana para el aeropuerto de Kansas City, y justo antes de llegar tuvimos dos noticias. Una fué que un fax fué recibido a las 11:00 AM. diciendo que la custodia se concedería a Blake y Erika. La segunda era que a las 9:00 de la mañana, la trabajadora social había entregado a Mikaela a Blake y Erika junto con el mensaje de que, aunque no podía decir con certeza, pensaba que la división había abandonado el caso.


Puesto que no tendríamos nuestro día en la corte, pensamos que había llegado el momento de hablar con la prensa. Cobertura de las dos estaciones de televisión, así como dos días de exposición en los principales periódicos de la zona, el Kansas City Star, fué uniformemente positivo. Todos los adultos tuvieron mucho que decir, y fuimos ampliamente citados, pero lo que se ganó el corazón de los lectores, y los espectadores, fué la imagen de Mikaela durmiendo plácidamente en el regazo de su madre.


En su mayoría, miembros de la prensa entendieron, y estaban enojados, e informaron la injusticia que tuvo lugar cuándo una bebé fue arrebatada porque sus padres eran ciegos. La pregunta que todos teníamos problemas en hacer en forma civilizada era "¿No hay un resquicio de esperanza aquí, en que los Servicios Infantiles devolvieron a la niña sin tener que ir a una audiencia?" A lo que nuestra respuesta es amable pero firme, "De ninguna manera." Por ley, los casos de este tipo deben ser abordados dentro de sesenta días.
Cincuenta y siete de ellos pasaron mientras que Mikaela vivía con alguien que no era sus padres. La División Infantil no aprovechó los recursos que ofrecemos para enseñarles sobre la ceguera. No se volvieron a su hermana agencia, Servicios de Rehabilitación para Ciegos, que podría haberles dado innumerables ejemplos de éxito de padres de familia ciegos que educan a sus hijos. No aceleraron este caso para alentar la vinculación de Mikaela con sus padres. Esperaron hasta el mismo día en que eran obligados a justificar sus acciones ante un comisionado abiertamente escéptico antes de devolver a la bebé Mikaela, a donde debería haber estado desde el principio. Ellos Nunca han pedido disculpas a la familia por la alteración que han causado, y nunca ofrecieron un centavo para compensar a los ciegos de este país, quienes llegaron juntos para defender el derecho de Blake y Erika de ser padres. Resquicio de esperanza:
¡Tonterías! El proceso burocrático se movió a paso de tortuga, mientras dos padres de familia capaces se perdieron los primeros dos meses de desarrollo de su hija bebé.


"Una vez que tuvimos de regreso en casa a Mikaela, la misma gente que había puesto en duda nuestra aptitud como padres comenzaron recordándonos que nos habían apoyado en todo, y que era una barbaridad que alguien arrebatara a nuestra niña",
Erika dice. "Algunos de ellos han sugerido que podría haber dinero en esto para nosotros, y nos han recordado que estuvieron con nosotros en todo. Nos pidieron que Recordemos con qué frecuencia durante la ausencia de Mikaela, ellos habían dicho que el hospital y la agencia estaban equivocados. Estoy muy tentada de hacerles frente con lo que realmente habían dicho antes, tales como las cuestiones que simplemente no habían salido, y mi propia aptitud mental. En lugar de eso, sólo sonrío y dejo que ellos admiren a nuestra bebé, y escucho que nos dicen lo hermosa que es," dice ella.


Cuándo se le preguntó como es tener en casa a Mikaela, Erika dice: "Saben, he escuchado que algunas madres se quejan cuándo su bebé llora por la noche y las hace levantar cada dos horas, pero mi primer pensamiento cuándo Mikaela llora en la noche es que ella está llorando por mí, y ahora soy la que llega a tener que cuidar de ella. No me importa levantarme. Es mucho más fácil de lo que era cuándo yo yacía despierta preocupándome de si alguna vez ella tendría la oportunidad de conocernos como mamá y papá. Ahora vemos las cosas que hace. Vamos a ser los que la ven gatear, escuchar sus primeras palabras, y ver como ella aprende a caminar."
[LEYENDA DE LA Foto: La bebé Mikaela]
Ahora que la bebé Mikaela está en casa, ¿hacia dónde vamos desde aquí? Devolverla a su casa tuvo un costo de $10.000, pero nada en la ley ha cambiado para evitar que algo como esto suceda la próxima semana o el próximo año. El personal en el Punto Central del Centro Médico tiene necesidad de entrenamiento. La División Infantil debe aprender mucho más sobre la ceguera, no sólo para proteger a otros padres de familia ciegos, y a sus hijos, sino para asegurar que la agencia pueda pasar su tiempo haciendo frente a las necesidades sociales reales por las que fue creada a fín de enfrentarlas. Este caso debe tenerse en cuenta por las agencias estatales y federales encargadas de la protección de los derechos civiles de las personas ciegas, y sus resultados deben ser una cuestión de registro. Los derechos constitucionales de Erika y Blake se deben afirmar, y ser reflejados en la jurisprudencia. Por último, los estatutos de Missouri se deben cambiar para que la presunción no sea que los padres de familia ciegos son incompetentes hasta que se demuestre lo contrario, sino que, se supone que son capaces hasta que algún acontecimiento demuestre que son abusivos o negligentes, las mismas normas que se aplicarían a los padres de familia con vista. Nuestras opciones legales son claras. Estamos firmes en nuestra determinación de hacer algo más que traer a la bebé Mikaela a casa. Queremos dejar en constancia que la historia de los resultados de esta lucha no sólo devolvieron a una niña a sus padres, sino que sentó las bases cambiando la forma en que padres de familia ciegos son tratados en todo el país.

 

En caso de que la narración lo tiene un poco confuso, he aquí una nota de Amy Coopman y los archivos reales de trabajo anunciando la cronología:

Los documentos que he recibido de la División Infantil reflejan la siguiente cronología de los hechos:
21 de mayo del 2010: Mikaela fue nacida; la enfermera hace un informe a la línea directa del sistema de distribución de archivos, DFS, a 3:15 pm.
24 de mayo del 2010: Mikaela dada de alta del hospital y colocada bajo cuidado de crianza.
25 de mayo del 2010: Petición presentada por el oficial de menores.
26 de mayo del 2010: Audiencia de custodia de protección (audiencia de detención inicial); note que la trabajadora social le informa a Johnson y a Sinnett de la audiencia, pero no los informa del derecho a ser representados por un abogado; la orden judicial refleja que abogados serán nombrados para la madre y el padre.
16 de junio del 2010: Audiencia previa al juicio; asistí con Johnson y Sinnett; negamos las acusaciones de petición y solicitamos la eliminación inmediata de cuidado de crianza de Mikaela, y la colocación con sus padres; sin permitir otras pruebas o testimonios para la presentación; caso previsto para la adjudicación (juicio) del 20 de julio del 2010 (Por ley, la adjudicación se debe establecer en un plazo de 60 días de cuándo el niño es removido de la patria potestad; aquí estába previsto el día 57ª).
20 de julio del 2010: Adjudicación establecida para las 3:00 pm; a las 11:00 am el agente de menores me envió por fax la desestimación voluntaria.
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