[Nfbespanol-talk] La Educación de Niños Ciegos, Cambio del Paradigma

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Mon Sep 20 18:33:38 UTC 2010


BRAILLE MONITOR
Volumen 53, Número 8

Agosto/Septiembre 2010
                             Gary Wunder, Redactor

 

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[LEYENDA DE LA FOTO: Fred Schroeder se dirige a la Convención]


La Educación de Niños Ciegos

Cambio del Paradigma
por Fredric K. Schroeder, con licenciatura de Ph.D.


Nota del redactor: El Jueves, 8 de julio del 2010, el Primer Vicepresidente de la Federación, Fred Schroeder, profesor de investigación en la Universidad de San Diego State, pronunció el siguiente discurso:

Ninguna minoría emerge, del sometimiento a la igualdad, en un solo momento.
El paso de la opresión a la libertad, del aislamiento a la plena participación, de la segregación a la integración, es dolorosamente lento, marcado por largos períodos de tiempo de desesperanza, hasta que el peso aplastante de la injusticia se hace insoportable, forzando un cambio, haciéndo trizass de lo familiar, del orden social aceptado, del statu quo.


Hace años, me encontré con un poema de Emily Dickinson. Sus líneas de apertura tocaron una fibra sensible que me lleva de nuevo a la época, en que, de adolescente me quedé totalmente ciego. El poema comienza así:

"¡Soy un don nadie! ¿Quién eres? ¿También eres un don-Nadie tú?"

Estas palabras han capturado la desesperación y la sensación de inutilidad que sentí en ese tiempo. Sabía con la certeza de los condenados que era un don nadie, y sería un don nadie mientras que viviera, un don nadie, que vive de acuerdo con la dicta y la caridad de los demás.

 

Pero estába equivocado. En 1940, un puñado de personas ciegas se unieron para fundar la Federación Nacional de Ciegos. Ellos se unieron para abogar por sí mismos, rechazándo la creencia de la sociedad de que los ciegos no eran más que una comunidad de don nadies. Hoy, setenta años después, hemos hecho avances inimaginables, sin embargo, nuestra labor está lejos de terminar. Seguimos la lucha, Seguimos presionando hacia adelante hacia la plena participación.


En ninguna parte es la lucha por la igualdad de oportunidades más urgente que en la educación de los niños ciegos. Los niños ciegos siguen sufriendo deficiencias en alfabetización, deficiencias en matemáticas y ciencias, y, más preocupante aún, deficiencias de confianza en sí mismos, y deficiencias en la esperanza para una vida productiva.


En 1975, el Congreso promulgó la Ley Pública 94-142 (La Educación de Todos los Niños Físicamente Impedidos), ahora codificada como El Acto Educativo de Individuos con Discapacidad. Esta ley fué un paso importante hacia adelante, afirmando el derecho de los niños ciegos a "una educación pública gratuita y apropiada." Esta era buena en lo que cabe, pero el problema es que la ley establece una norma separada para educar a los niños con discapacidad, incluyéndo a los niños ciegos, una norma basada en un modelo de déficit, un modelo que supone que los niños ciegos son los don nadies de la sociedad.


La ley de educación especializada supone que la ceguera (o la presencia de otra discapacidad) automáticamente limita la capacidad del niño para aprender como otros. En consecuencia, la ley exige que los servicios se proporcionen para ayudar a compensar las limitaciones del niño, el déficit del niño. Por supuesto, la esperanza es que los servicios de educación especializada marcarán la diferencia, pero la suposición subyacente es que el niño ciego estará siempre atrasado, no puede mantenerse a la par, y ciertamente no puede superarse, un modelo de déficit, un modelo basado en la suposición de que los niños ciegos son don nadies, don nadies, parados a un lado, mirando con anhelo el formar parte, siempre siéndo negados la igualdad real, y una verdadera integración. Tal vez estoy siendo duro, pero, al examinar leyes especiales de educación, usted encuentra que las escuelas son absueltas de cualquier real responsabilidad para el logro educativo de un niño ciego.


En cada deficiencia se presume que es la consecuencia de la ceguera del niño. No importa que tan lejos esté atrasado, no importa cuán limitado sea el rendimiento académico del niño, el modelo de déficit supone que la causa debe ser la ceguera. Las escuelas no enfrentan ninguna consecuencia por el mal entrenamiento, los servicios de mala calidad, o las bajas expectativas. El modelo incorpora el supuesto déficit condescendiente de que el niño está haciendo lo mejor que puede (dadas sus limitaciones), y por supuesto, las escuelas están haciendo todo lo posible para ayudar.


Es cierto que la ley requiere que las escuelas proporcionen servicios de educación especializada, pero el tipo y la cantidad de servicios son casi determinados exclusivamente por las escuelas. La rendición de cuentas sólo es para que las escuelas proporcionen lo que han acordado ofrecer. Eso es todo.


Para cambiar esta condición, las escuelas tienen que rendir cuentas, ser responsables de proporcionar las herramientas y el entrenamiento para que los niños ciegos puedan lograrlo en condiciones de igualdad con sus compañeros videntes. A continuación, debemos asegurar para todos los niños ciegos el derecho a la alfabetización, la alfabetización verdadera, y esto significa el derecho absoluto, incuestionable de aprender y utilizar Braille. Pero, se preguntarán, ¿No tienen los niños ciegos ya ese derecho? ¿Acaso no luchamos por, y ganamos ese derecho hace más de una década?


Es cierto que en el año 1997, la Federación Nacional de Ciegos, tuvo éxito en persuadir al Congreso para modificar el Acto de Educación para Personas con Discapacidades, presumiéndo que el Braille es el medio de lectura para los niños ciegos. Específicamente, la ley (iii) dice:

"En el caso de un niño que es ciego o con deficiencias visuales, se proporciona la instrucción en Braille, y el uso del Braille, a menos que el equipo de IEP, (Programa Individual Educativo), después de una evaluación de la lectura del niño y las habilidades de escritura, determine las necesidades, y los medios adecuados de comunicación para leer y escribir (incluyendo una evaluación de las necesidades futuras del niño para instrucción en Braille, o el uso del Braille), que la instrucción en Braille o el uso de Braille no es apropiado para el niño."

20 U.S.C. 1414(d)(3)(B)(iii)
     


Una vez que se corta a través de la jerga jurídica, el significado es claro: El distrito escolar local debe "proporcionar instrucción en Braille y el uso del Braille, a menos que, el equipo del IEP determine "lo contrario." Sin embargo, cuándo el Departamento de Educación de los Estados Unidos publicó las modificaciones de reglamentos de aplicación en 1997, había completamente anulado la presunción del Braille. Por supuesto, el reglamento reconoce que el uso del Braille se presume, a menos que, el equipo de IEP del niño decida lo contrario. ¿Pero qué sucede si el equipo de IEP no puede alcanzar un acuerdo sobre cuán apropiado es el Braille? Aquí es donde la presunción del Departamento de Educación es eviscerada. La lógica dictaría que el Braille, el medio de lectura, se presume, enseñaría mientras que el equipo de IEP trabaja en su desacuerdo, pero eso no es lo que el Departamento de Educación dijo. ¿Por qué no? Debido a que el Departamento considera al Braille ser un servicio de educación especializado, y cuándo un equipo de IEP no puede llegar a un acuerdo, la regla llamada Quédate Quieto se aplica, lo que significa que los servicios actuales del niño continúan hasta que el equipo del IEP llegue a un acuerdo, o hasta que un cambio es pedído a través del proceso de audiencia imparcial. Por lo tanto, si el niño no está recibiendo instrucción en Braille, a pesar de que sus padres quieren que el Braille sea proporcionádo, hasta que se resuelva la disputa, probablemente, años en el futuro, no se le enseña el Braille. No importa que se presuma que la ley afirma que el Braille es el medio de lectura, el niño tiene que esperar. ¿Cómo el Departamento de Educación explica, tal contradicción evidente del lenguaje claro de la ley? Esto es lo que dijo el Departamento:
Contrariamente a la sugerencia de comentaristas, una disposición reglamentaria que hace obligatorio el Braille para enseñarlo a cada niño que es legalmente ciego, sería contrario al enfoque individual orientado de la Ley, así como el requisito estatutario legal de que el equipo IEP debe tomar decisiones individuales para cada niño que es ciego o con deficiencias visuales basadas en los datos pertinentes de evaluación.

(Federal Register, Volumen 64, 48, p. 12589 (12 de marzo, 1999).
En otras palabras, no existe la presunción del Braille.

No debemos permitir que esto continúe. Necesitamos una declaración clara y directa en la ley que reconoce que el Braille es el medio de la alfabetización de los niños ciegos, y tenemos que hacer que las escuelas sean responsables de la alfabetización de los niños ciegos, y no sólo en un sentido general, sino realmente responsables.

¿Cómo podría parecer una verdadera responsabilidad?
Parece razonable esperar que los niños ciegos leerán de forma independiente a nivel de su grado al final del tercer grado.
Me parece razonable evaluar el nivel de lectura de los niños ciegos a través de pruebas nacionales estandarizadas.
Me parece razonable requerir que los maestros, en particular aquellos que trabajan con el kindergarten a través de los estudiantes ciegos de tercer grado, completen desarrollo profesional intensivo para que puedan enseñar a leer en Braille hábilmente.
Me parece razonable hacer un llamamiento a los recursos del gobierno federal para financiar la preparación de miles de profesores en todo el país a fín de  ayudar a los niños ciegos a aumentar su alfabetización en Braille.
¿Ridículo? ¿No es razonable? ¿Poco práctico? Tal vez, pero estos son los objetivos precisos que el Departamento de Educación de los Estados Unidos propuso para los niños videntes en 1997 en respuesta al Desempeño del Gobierno y los Resultados de la Ley.
La única diferencia es que el Departamento de Educación estába hablando de los niños videntes leyendo en inprenta, y parafrasí cada declaración, con el fín de aplicarlo a la lectura de Braille de los niños ciegos. Al mismo tiempo que el Departamento de Educación propuso un alto nivel de estándar de lectura para los niños videntes, estába desarrollándo una normativa vaciando la presunción del Braille para los niños ciegos.
Nadie se opuso a tener un objetivo nacional para que los niños videntes leyeran de manera independiente a finales del tercer grado. Nadie se estremeció ante la idea de que ese objetivo violaría el principio sacrosanto de la individualización; y, por cierto, nadie culpó a los niños por el fracaso escolar; sin embargo, los niños ciegos, particularmente aquellos con discapacidades multiples, son rutinariamente culpados por las deficiencias de las escuelas.



Por supuesto, algunos niños ciegos tienen discapacidades adicionales, y en muchos casos, presentan retos reales y significativos, pero la presencia de las discapacidades adicionales no niega el derecho del niño a una educación igual. La presencia de discapacidades múltiples (o en el idioma de la profesión médica, la comorbilidad) no se debe permitir como una excusa pobre de servicios educativos. A las escuelas no se les debe permitir que se retuercen las manos, y le hechen la culpa al niño y a sus discapacidades multiples, por su propio fracaso; por su propia falta de imaginación, falta de recursos, y, lamento decir, su falta de interés.



Queda mucho trabajo por hacer:
Necesitamos más profesores bien entrenados para los niños ciegos.
Necesitamos profesores que están bien preparados para enseñar a niños ciegos a leer y escribir en Braille, y eso significa que tenemos que trabajar para que todos los estados adopten la Certificación Nacional en Braille literario.
Tenemos que desarrollar una nueva tecnología que permitirá a niños ciegos competir en todas las materias, especialmente en ciencias y matemáticas.
Tenemos que promover la investigación, investigación significativa que apoya la plena integración de niños ciegos en la sociedad en condiciones de igualdad, y esto signifíca, proyectos de investigación diseñados y dirigidos por personas ciegas.

Con este fín, nosotros, la Federación Nacional de Ciegos, estableció el Diario de Innovación e Investigación Sobre la Ceguera, (Journal of Blindness Innovation and Research), la primera revista internacional, interdisciplinaria y de acceso abierto, creada por la misma gente ciega, junto con los padres de familia, los maestros, los administradores y los investigadores académicos a fín de  hacer frente a los problemas reales de la ceguera.



Por supuesto, algunos niños ciegos aprenden rápidamente, y otros luchan.
Algunos albergan aspiraciones elevadas, y otros albergan objetivos más modestos. Algunos son impulsados, y otros no tanto. Algunos son seguros de sí mismos, y otros son tímidos. Algunos son sobresalientes, y otros son reticentes. Algunos están listos y dispuestos a enfrentar de frente retos de la vida, y otros desesperan de vivir una plena vida productiva. Para marcar una diferencia, debemos comenzar por ayudar a niños ciegos a entender que, sin importar las creencias erróneas de la sociedad, ellos no son don nadies, y otras personas ciegas no son don nadies. Entonces, debemos seguir nuestras palabras con acciones. Tenemos que cambiar la ley; tenemos que entrenar a más maestros; debemos desarrollar nuevas tecnologías; debemos llevar a cabo investigaciones significativas, Acción que cambia el paradigma; acción que rechaza el modelo de déficit; acción que convierte la esperanza en realidad, y la participación plena en la experiencia común.


Cuándo tenía dieciséis años, las palabras de Emily Dickinson: "¡Soy un don nadie! ¿Quién eres? ¿También eres un don-Nadie tú?" Expresó la desesperación que sentía. Sin embargo, el sentido de ser un don nadie no tiene por qué persistir. A través de nuestros esfuerzos colectivos estamos marcándo una diferencia, una diferencia de gran alcance, sustituyéndo la incertidumbre con la esperanza, la duda con la confianza en sí mismo. Cada año, más y más niños ciegos toman conciencia de su propia habilidad, talento, capacidad y derecho a vivir como los demás. A través de nuestra labor continua, la labor de la Federación Nacional de Ciegos, un día, ojalá que ún día muy pronto, los niños ciegos tendrán las habilidades y la confianza en sí mismos para decirse los unos a los otros: "Leo diferente a los demás, y viajo diferente a los demás, pero ¡soy Alguien! Y ¡también lo eres tú!" Y esta es la Federación Nacional de Ciegos.
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