[Nfbespanol-talk] Jacobus tenBroek: El Hombre Más Allá del Movimiento

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Sat Aug 6 17:47:29 UTC 2011


Braille Monitor

Volumen 54. Número 7

Julio, 2011

Gary Wunder, Redactor

 

Jacobus tenBroek:
El Hombre Más Allá del Movimiento


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[LEYENDA DE LA FOTO:  El Doctor tenBroek sentado en su escritorio con una máquina de escribir en Braille.]

http://www.nfb.org/images/nfb/Publications/bm/bm11/bm1107/bm110709.htm


El Doctor tenBroek siempre estaba rodeado de libros. Su esposa Hazel, dijo a la audiencia en la cena testimonial, que dos de las razones por las que la pareja compró la casa de Shasta Road en la que vivieron durante muchos años fué por su familia en crecimiento, y la cada vez, mayor biblioteca. En esta imagen del Corredor con la máquina de escribir  Braille del Doctor tenBroek, se encuentra el puesto hecho de madera de nogal que siempre usaba, y sus libros de derecho arreglados detrás de él mientras trabaja en su escritorio.

Del Redactor. En febrero de 1993, en el Braille Monitor informamos sobre una reunión de ciento cincuenta hombres y mujeres que habían tomado cursos con el Doctor tenBroek, y que habían llegado de todo el país para honrar su memoria. Lo reproducimos aquí, comenzando por la nota del redactor asociado:

Del Redactor Asociado: Es probable que todas las filiales estatales de la Federación Nacional de Ciegos aún cuentan con algunos miembros que tuvieron la suerte de haber conocido al Doctor tenBroek, o incluso de haberlo conocido bien. En mis viajes a las distintas convenciones estatales, me encuentro con estas personas, y lo que me sorprende es el deleite y la reverencia que parece impregnar a cada una de ellas, a medida que los recuerdos comienzan a fluir, y las anécdotas de sus actividades y pronunciamientos son contadas y saboreadas. Lamento profundamente que nunca conocí a nuestro querido fundador, pero no puedo, realmente, ponerme triste por mi pérdida, porque en un sentido muy real, él vive en todo lo que hacemos y en cada paso que se toma hacia la igualdad como movimiento. Como el Doctor Jernigan dijo: "También sería exacto decir que el hombre era la encarnación del movimiento, o que el movimiento era la expresión del hombre."

Todos nosotros reconocemos en diversos grados la verdad de la declaración del Doctor Jernigan. Lo que tomamos con menos seriedad y entendemos con mucha menos claridad es el efecto profundo que el Doctor tenBroek ha tenido en el mundo más allá de la Federación Nacional de Ciegos, y más allá del ámbito de la ceguera. El Doctor Jernigan cuenta el relato, de a bordo de un tren en Boston, cuatro o cinco años atrás, y de oír a varios jóvenes, obviamente, estudiantes de derecho, argumentando con vehemencia sobre el efecto de tenBroek en el punto de vista jurídico que se debatía. De alguna manera, nuestra mucha reverencia por el Doctor tenBroek en el contexto de nuestro propio conocimiento de su grandeza ha servido para disminuir nuestro reconocimiento a su contribución más grande a la escena Estadounidense, y la dirección del pensamiento jurídico en el siglo XX.

Se le ha dado a ese otro grupo de personas cuyas vidas han sido irrevocablemente cambiadas y enriquecidas profundamente por la influencia del Doctor tenBroek de (sus alumnos) para ampliar nuestra comprensión y profundizar aún más nuestra apreciación de la contribución de nuestro fundador para el mundo. En septiembre de 1992, el boletín, California Monthly, la publicación de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de California en Berkeley, uno de esos estudiantes, Frank Winston, expone sus recuerdos del Doctor tenBroek. Aquí está lo que dijo:

Sobre Jacobus tenBroek
por Frank D. Winston

En febrero de 1951, yo era un estudiante de diecisiete años, de primer año, que necesitaba satisfacer la Oratoria 1A, o el Inglés 1A. Con confianza, pensando que tenía un don de la palabra, me matriculé en una clase de preley a las ocho, impartida por el profesor Jacobus tenBroek, en Berkeley, clase de 34, de la clase del colegio de derecho, Boalt School of Law, de 38. Él era un abogado, después de haber ganado el doctorado en Derecho en el Colegio de Boalt, y en la Universidad de Harvard. Su clase se centró en el análisis de escritos académicos y casos de la Corte Suprema de los Estados Unidos en materia de derecho constitucional. Resultó ser una clase más milagrosa de lo que cualquier estudiante de primer año con gorro deportivo tenía derecho a esperar.

Un factor único era que tenBroek tenía, lo que para la mayoría de nosotros sería una desventaja , que era ciego. Un visitante ajeno a su curso nunca lo hubiera adivinado sin embargo. En la clase, de apertura, cuando llamó la lista de sus veinticinco estudiantes en las tarjetas de Braille, hasta la próxima clase cuando lo miró directamente a usted antes de llamar su nombre (le pedía que se sentara en la misma área cada vez, aunque sin algún asiento asignado), se sabía que estaba en un viaje muy brillante.

El terror fué inculcado si alguna vez se atrevió a llegar tarde a su clase. Tan pronto como entró en su salón de clases, él realizaba un seguimiento después de dos pasos, e identificaba quién era y a dónde iba. El coloquio temido era algo como esto:

T.B.: "¿Greenwood, tiene alguna idea de qué hora es?"
G.: "Sí, señor. Diez minutos después de la hora."
T.B.: "Han pasado quince minutos después de la hora."
G.: "Sí, señor."
T.B.: "Greenwood, ¿sabe usted a qué hora empieza la clase?"
G.: "Sí, señor. Diez minutos después de la hora."
T.B.: "Después de que hora?"
G.: "A las ocho en punto, señor."
T.B.: "¿Y por qué reloj, The Campanile?"
G.: (Con resignación) "Sí, señor."

Jacobus tenBroek les recordó que no tenía sentido levantar la mano en su salón de clases cuando querían llamar la atención, ya que no la podía ver. Tampoco tenía sentido llamarlo por su nombre, ya que todo el mundo lo sabía. La solución del profesor tenBroek fué invitarlo a interrumpirlo (o a un compañero de estudios) al gritar su propio nombre con la esperanza de reconocimiento. Por tal sencilla técnica, todos supimos los nombres de nuestros compañeros de clase menos tímidos con gran rapidez.

TenBroek llevó a cabo sus clases mientras que metódicamente estaba acariciando su barba roja, tal vez para frenar el ritmo de su constante inquisición. Tenía una gran capacidad de tomar cualquier lado de la discusión. No importaba qué lado se tomó, porque él confirmaba o creaba una polémica de todos modos, a su gran malestar. Y, si leía en voz alta cualquier caso, y dejaba fuera una palabra, el inmediatamente saltaba para corregirlo.

Los compañeros ex alumnos y colegas de tenBroek, bien pudieron haber sido inspirados a sus logros por su tutoría. Estos incluyen a los Magistrados jubilados de la Corte Suprema de California, Allen Broussard '50, Boalt '53, y Frank Newman, Boalt '41; el Senador Estatal Dan Boatwright '56, Boalt '59; El Magistrado de la Corte de Apelaciones, Robert Puglia, Boalt '58; Fred Marler '54, Boalt '59; y Coleman Blease '52, Boalt '55; el ex Comisionado de Inmigración de los Estados Unidos, Alan C. Nelson '55, M.B.A. '58; Universidad de Texas, professor de derecho (y Chicago Eight co-asesor) Michael Tigar '62, Boalt '66; y muchos otros destacados graduados de la universidad de California.

TenBroek siempre fué un fuerte defensor de los derechos de los discapacitados. En 1940, fundó la Federación Nacional de Ciegos (NFB), la más grande e influyente de las organizaciones que representan a las personas ciegas. Su esposa Hazel había trabajado con él en las actividades de la Federación, y se mantiene activa en la organización. Hazel tenBroek también se convirtió en una miembra clave de un grupo asesor de Alan Nelson '55, cuando se desempeñó como director estatal de rehabilitación en la temprana década de 1970.

El Profesor tenBroek falleció en 1968, pero generaciones de estudiantes recuerdan su encanto e ingenio, lo divertido que eran sus clases, y su beca. Michael Tigar, al recordar a tenBroek, dijo a la convención de la Federación en 1968: "El profesor tenBroek enseñaba el método Socrático, [pero] era socrático no sólo en la técnica. Realmente nos obligó a hacer frente a cuestiones fundamentales .... En la comunidad universitaria. También fué un defensor feroz y formidable de la libertad académica para estudiantes y profesores. Si Sócrates hubiera tenido un defensor como él, el suministro de cicuta de Atenas no se habría agotado."

Recientemente, a medida que leía cuidadosamente una decisión importante de plazo de 1991-1992, de la Corte Suprema de los Estados unidos, me estremecí con el reconocimiento de que si me atrevía a saltar o leer mal una palabra, la voz de tenBroek sonaría en mis oídos, y, a la fuerza me recordaría la importancia de la lectura racional. Tampoco voy a olvidar su preocupación por los pobres y desfavorecidos, que defendió mucho antes de ser políticamente correcto. ¡Que viva la Universidad de California! ¡Que viva tenBroek!

Ahí tiene el recuerdo de un estudiante del Doctor tenBroek, y no está solo en la calurosa gratitud que siente hacia su profesor y guía, por el impacto que tuvo en la vida de sus alumnos, y su molde de la mente. Un grupo de alumnos de Berkeley que recuerda la influencia del Doctor tenBroek sobre ellos comenzó a planear una cena en honor a su profesor y mentor el 30 de octubre de 1992. Para juntar la lista de invitados, se le pidió a la señora tenBroek merodear por los archivos viejos en busca de las listas de la clase del Doctor tenBroek. La tarea era enorme, pero era absolutamente necesario que todos los ex alumnos que deseaban venir, iban a ser notificados. Más de ciento cincuenta de ellos dejaron todo y vinieron, muchos de ellos de todo el país, a fin de estar juntos para esta noche absolutamente única de homenaje, recuerdo y risa.

Entre los invitados, por supuesto, el Doctor Jernigan y el Presidente Maurer. Por desgracia, la asamblea general de la Unión Mundial de Ciegos se llevaba a cabo esa semana en El Cairo, y la presencia de ambos líderes de la Federación se requería. El Doctor Jernigan, sin embargo, preparó un mensaje grabado en cinta, que se tocó a los invitados en el inicio de las festividades de la noche. He aquí el texto de sus comentarios:

[LEYENDA DE LA FOTO: Jacobus tenBroek y Kenneth Jernigan sentados en un escritorio, examinando unos planos de líneas en relieve de un edificio.]
 
En 1961, el Doctor tenBroek visitó al Doctor Jernigan en la Comisión para Ciegos, Iowa Commission for the Blind, en Des Moines. Aquí los dos examinan unos planos de líneas en relieve.

El propósito de esta cena de esta noche es para reunir a tantos de nosotros como sea posible, cuyas vidas fueron tocadas por Jacobus tenBroek. No sería posible, obviamente, traer a toda la gente que cae en esa categoría. Recientemente, cuando hablé con Alan Nelson, le dije que nada me mantendría lejos de esta cena, excepto el hecho de que voy a estar fuera del país. También le dije que me agradaría compartir con ustedes el prólogo que escribí en 1990 a un pequeño libro llamado,

Jacobus tenBroek: El Hombre y el Movimiento,

Jacobus tenBroek The Man and the Movement. 

Junté por primera vez este libro en 1968, cuando el Doctor tenBroek falleció, y fué reeditado en 1990, en el quincuagésimo aniversario de la Federación Nacional de Ciegos.

El prólogo dice, así tal como lo sé, al menos en forma breve, algunas de las cosas que el Doctor tenBroek decía, que tenían significado para mí, y la relación que teníamos. Aquí está el prólogo:

Conocí a Jacobus tenBroek en el verano de 1952. Estaba en la plenitud de su vigor como autor, profesor universitario, y líder del movimiento organizado de ciegos en los Estados Unidos; y yo era el recién elegido presidente de la filial de Tennessee de la Federación Nacional de Ciegos. Nos atrajimos inmediatamente el uno al otro . Él como mentor y modelo a seguir, y yo como estudiante protegido y dispuesto. Pero nuestra relación no era una de diferencia y distancia. Más bien, era una de colegialidad y colaboración en un esfuerzo conjunto. La de traer la igualdad de derechos y condición de primera clase a los ciegos.

En 1953, me trasladé a California para trabajar en la facultad de orientación y adaptación estatal del centro para ciegos, y debido a que el Centro estaba en Oakland, y el Doctor tenBroek vivía al lado, en Berkeley, estábamos en constante comunicación. Durante los próximos cinco años, pasé muchas horas agradables en el hogar tenBroek, donde el doctor y la señora tenBroek servían comidas suntuosas, entretenían invitados interesantes cerca de la ardiente chimenea en su sala de 1.600 pies cuadrados, y brindaban estimulación mental y conversación animada. Para mí fué un momento de crecimiento , de encontrarme a mí mismo, de hacer compromisos duraderos, y de determinar cual sería el trabajo de mi vida.

En 1958, me trasladé a Iowa para convertirme en director estatal de la Comisión para Ciegos, Commission for the Blind, pero mi relación con el Doctor tenBroek no se debilitó. Año tras año, se hizo más fuerte a medida que trabajábamos en la causa común de la construcción de la Federación Nacional de Ciegos. A través de los problemas de la guerra civil de la organización, la reconstrucción de a mediados de los años de los 60, y el período después de enterarse que tenía cáncer en 1966, el Doctor tenBroek y yo fuimos un equipo inseparable. Se enfrentó a su enfermedad terminal como se enfrentó a todo lo demás en su vida, como si nada, con la mayor naturalidad y mirando hacia el futuro.


En el otoño de 1967, era claro que sólo tenía unos pocos meses, y me puse a escribir y juntar,

Jacobus tenBroek: El Hombre y el Movimiento,

Jacobus tenBroek: The Man and the Movement.

Nunca fué concebida como una publicación impresa o en Braille, sino como una grabación de los sonidos reales de sus discursos. Falleció el 27 de marzo de 1968, y esa misma tarde (con el corazón apesadumbrado) terminé mi trabajo en las cintas maestras de grabación y las envié al estudio de grabación.

La Convención Nacional se celebró en Des Moines ese verano, y a cada persona que asistió se le dio la grabación,

Jacobus tenBroek: El Hombre y el Movimiento,

Jacobus tenBroek: The Man and the Movement.

Eso fué hace veintidós años atrás, y han pasado muchas cosas durante el tiempo transcurrido. La Federación ha crecido en poder e influencia; el Centro para Ciegos, National Center for the  Blind, se ha establecido en Baltimore, y toda una nueva generación de estadounidenses ciegos ha llegado al liderazgo en el movimiento. Pero esencialmente, la Federación Nacional de Ciegos sigue siendo la organización que Jacobus tenBroek había planeado y amado y trabajado para construir. La filosofía básica es la filosofía que él propuso, la estructura subyacente es la estructura que él estableció.

Por lo tanto, parece especialmente adecuado en este año del cincuentenario de la Federación Nacional de Ciegos que,

Jacobus tenBroek: El Hombre y el Movimiento,

Jacobus tenBroek: The Man and the Movement,

vuelva a ser reeditado, y esta vez no sólo en forma grabada, sino que también en forma impresa y en Braille. Él fué el primer presidente de la organización, y será un elemento principal en la administración del anterior presidente, sea quien sea. En escribir este prólogo, y trabajar para la edición de esta publicación, doy la expresión tangible de la deuda que debo a Jacobus tenBroek, y el cariño que le tenía. Fué la fuerza motriz de mis años de formación y la piedra de toque de integridad con la que he medido las acciones de mi vida posterior.

La tercera generación del movimiento está en la flor de su fuerza, y la cuarta generación está llegando a su madurez. La Federación Nacional de Ciegos está en buenas manos, y el espíritu de Jacobus tenBroek está vibrante con vida en la unidad de propósito, y el impulso a la libertad de sus líderes y miembros.

Kenneth Jernigan
Baltimore, Maryland
18 de mayo de 1990

Eso es lo que dije en 1990, y no puedo hacerlo nada mejor en esta ocasión. Que este sea un evento maravilloso agradable, lleno de gusto , justo la clase de cosa que el Doctor tenBroek habría disfrutado.

Ahí tiene las observaciones del Doctor Jernigan a la cena testimonial, entregadas por la grabación en cinta a causa de su ausencia del país. Como recuerdo de la noche, a cada invitado se le presentó una copia impresa del libro,

Jacobus tenBroek: El Hombre y el Movimiento,

Jacobus tenBroek: The Man and the Movement.

Como presidente de la Federación Nacional de Ciegos de California, Sharon Gold también fué invitada a hablar a los invitados como parte del programa de la noche. Aquí están sus palabras:

Señor Director, miembros del comité de la cena, y distinguidos invitados: Es un privilegio participar en este homenaje al gran profesor y líder, Jacobus tenBroek. No tuve la oportunidad de conocerlo, ni conocerlo y estudiar con el Doctor tenBroek personalmente; sin embargo, Jacobus tenBroek ha sido mi mentor y ha dirigido mi vida y las vidas de todas las personas ciegas, si conocimos o no al hombre en vida.

El periodista y escritor estadounidense Walter Lippmann, dijo, "[L]a prueba final de un líder es que deja tras de sí en los demás hombres la convicción y la voluntad de seguir adelante." Medido por los estándares más altos, el Doctor tenBroek ha reunido esta prueba, y esta reunión de sus estudiantes esta noche no es sino un ejemplo más de la fortaleza de su liderazgo.

Mucha gente conoció a Jacobus tenBroek como un autor, un erudito, un profesor universitario, y un abogado constitucionalista. Tan profundos eran los escritos del Doctor tenBroek, que sus tratados siguen siendo estudiados por los estudiantes de derecho en todo el país. Otros lo conocen como el fundador y primer presidente de la Federación Nacional de Ciegos. Jacobus tenBroek concibió esta organización como un vehículo que permite a las personas ciegas hablar sobre temas de interés para ellos. Fué su llamado a los ciegos en 1940 que dio lugar a una convención constitucional en Wilkes-Barre, Pennsylvania, en la cual, dirigió un puñado de personas ciegas que representaron a siete estados en la fundación de la Federación Nacional de Ciegos.

Durante veintiocho años, el Presidente tenBroek dirigió a los ciegos de esta nación y del mundo. Nos enseñó que a través de la organización y la acción colectiva, podemos ser socios iguales en la sociedad. Nos enseñó que las personas ciegas no tienen por qué ser floreros que se aferran a la periferia de la vida, sino que debemos salir y entrar en la corriente principal, caminando por las calles y caminos con la cabeza alta y el espíritu orgulloso.

Los discursos y documentos escritos por el Doctor tenBroek, que se refieren a los derechos de las personas ciegas y con discapacidad, son la base de la filosofía de la Federación Nacional de Ciegos. A medida que viajaba a lo largo y ancho de este país, y a otras naciones, a raíz del Presidente tenBroek, sus seguidores aumentaron, y líderes jóvenes surgieron. Cuando Jacobus tenBroek falleció en 1968, la antorcha pasó a su protegido Kenneth Jernigan, el líder de la nueva generación de estadounidenses ciegos informados. Ampliando la base que el Doctor tenBroek había construido, el Doctor Jernigan había impulsado el crecimiento de la Federación para una membresía de más de 50.000 personas ciegas.

La tercera generación ha asumido el liderazgo de la Federación Nacional de Ciegos. Bajo la presidencia de Marc Maurer, un joven abogado que se crió en Iowa, la organización sigue creciendo y madurando. A medida que crece, las enseñanzas de Jacobus tenBroek viven, y aquellos de nosotros que hemos llegado a la organización desde finales de 1960, a su vez, seguimos mirando sus escritos para tener fortaleza y orientación.

En los últimos años de vida, el Doctor tenBroek puso mucho esfuerzo en organizar a los ciegos de otros países. Esta misma noche, el Doctor Jernigan y el Presidente Maurer no pueden estar con nosotros debido a que continúan los esfuerzos del Doctor tenBroek en nombre de los ciegos del mundo. Como presidente de la Unión Mundial de Ciegos de Norte América, Región del Caribe, el Doctor Jernigan está en El Cairo asistiendo a la reunión cuatrienal de la UMC, en la que el Presidente Maurer es también un delegado.

Ningunas observaciones sobre el Doctor tenBroek estarían completas sin una palabra acerca de su viuda Hazel, que ha dedicado más de cincuenta años de su vida a mejorar las vidas de los ciegos Estadounidenses. Durante los veinticuatro años desde la muerte del Doctor tenBroek, Hazel ha trabajado diligentemente para promover la organización que ella ayudó a fundar con su amado esposo. Durante estos años, ha continuado honrando su asociación, y ha mantenido la fé que compartían. Con afecto la llamamos "la señora T." Es una líder por derecho propio y, para mí, una amiga personal maravillosa. La actividad favorita de la señora T en la noche, es la de invitar a miembros de la Federación a cenar a tantos como la mesa del comedor acomoda para discutir el trabajo actual de la Federación. Por supuesto que la noche nunca es completa sin uno o dos relatos sobre Chick y la casa de Shasta Road.

Los ciegos son una minoría emergente, y la Federación Nacional de Ciegos ha liderado el camino en la búsqueda de la ciudadanía de primera clase. Con convicción y con la voluntad de seguir adelante, seguimos adelante en nuestra marcha con la canción de la Federación en los labios:

TenBroek ha sonado la trompeta que nunca sonará retiro;
Hemos escudriñado los corazones de los ciegos ante nuestro Trono del Juicio;
¡Oh, todos los ciegos, se rápidos para responder, y se jubilosos en vuestros pies;
Nuestra causa va marchando.

Esas fueron las declaraciones que hizo Sharon Gold en la cena de homenaje al Doctor tenBroek. Cuando pronunció su informe anual a la convención de 1992, de la Federación Nacional de Ciegos de California el 7 de noviembre, trató de capturar el espíritu de la cena para sus oyentes. Aquí se presentan extractos de su informe:

Para los miembros de la Federación Nacional de Ciegos, la vida y el liderazgo de Jacobus tenBroek fueron profundos. El Doctor tenBroek ha concebido un movimiento nacional de personas ciegas que sería auto-dirigida, y que establece el derecho de las personas ciegas a determinar su propio destino. Dirigió a las personas ciegas para formar la Federación en un tiempo en que, a los ciegos se les prohibió, prácticamente, estar en la corriente principal de la vida comunitaria. Debido a su sabiduría y visión del futuro, estamos reunidos hoy aquí para compartir nuestras ideas e ideales a través de la Convención de 1992, de la Federación Nacional de Ciegos de California.

Jacobus tenBroek fué un gran estadounidense. Era un abogado constitucionalista, un autor de renombre, un respetado profesor, y colega profesional. Durante veinticinco años, el Doctor tenBroek fué un miembro de la facultad de los Departamentos de Oratoria y de Ciencias Políticas en la Universidad de California en Berkeley. También se desempeñó por un periodo como director del Departamento de Oratoria.

El pasado viernes por la noche, 30 de octubre, una reunión testimonial se celebró en San Francisco por los antiguos alumnos del Doctor tenBroek. Estos hombres y mujeres viajaron desde cerca y lejos para honrar y rendir homenaje al profesor Universitario que les ha enseñado nucho más que Oratoria 1A. El Doctor tenBroek no sólo tuvo una profunda influencia en la vida de sus compañeros ciegos, sino que también tuvo una profunda influencia en la vida de sus estudiantes universitarios, muchos de los cuales han pasado a convertirse en señalados abogados, profesores universitarios, y decanos, legisladores, magistrados estatales de apelación, Magistrados de la Corte Suprema de California, y un Comisionado de Inmigración de los Estados Unidos.

El Doctor tenBroek falleció en 1968. Ahora, veinticuatro años después, más de ciento cincuenta de sus antiguos alumnos se reunieron para celebrar la influencia que este gran hombre ha tenido en sus vidas. Frank D. Winston, un abogado de inmigración de San Francisco, y uno de los organizadores de la Cena de Homenaje de tenBroek, fué el maestro de ceremonias del evento. El señor Winston dijo acerca del Doctor tenBroek, "Hay un número increíble de gente en la que él tuvo un impacto. En muchos casos, es el único profesor que recuerdan de su entera carrera universitaria".

En su discurso de apertura, el señor Winston dijo en parte: "En la década de 1930, cuando Jacobus tenBroek solicitó por primera vez enseñar en la Universidad, se le negó ese privilegio, así como después se le negó en otros colegios y universidades. Sabemos de su erudición y su intensidad. Pero amenazó a la universidad, no con el entable de una demanda, sino con su propio estilo, diciendo: "Voy a enseñar de forma gratuita; y si al final del semestre, si está convencido de que un profesor ciego no puede funcionar, entonces me despide". Más tarde se convirtió en director de ese mismo departamento que no quiso contratarlo. Es debido a esa fortaleza, que estamos aquí esta noche ."

Durante el programa de la noche, uno de los miembros del comité recorrió la multitud con un micrófono portátil. Antiguos alumnos, de pie, hablaron con el corazón, de la vida y enseñanzas del Profesor tenBroek, y la forma en que él tocó sus vidas y carreras. Uno de los estudiantes del Doctor tenBroek dijo: "Tengo recuerdos con mucho cariño, recuerdos de respeto de Jacobus tenBroek. La capacidad que tenía de ser abierto, te hace pensar, te hace leer, sustituir la razón por la parcialidad y el prejuicio. Me siento muy contento de que se me pidió venir aquí esta noche para recordar a este gran hombre. Jugó un gran, gran papél en mi vida."

Otro estudiante planteó la pregunta, "¿Qué tipo de ocasión es ésta?" Entonces, respondió con su propia respuesta: " Voy a decirles una cosa que es. Es una tremenda alegría y placer, saber que muchos de nosotros nos hemos unido simplemente para celebrar el hecho de que este gran hombre ha afectado nuestras vidas. Considero que tenemos que dar un montón de aplausos a la gente que se tomó el tiempo para organizar este evento esta noche."

Otro de los ex alumnos del Doctor tenBroek optó por asistir a la Cena de Homenaje de tenBroek a pesar de que estaba celebrando la conclusión de veinticinco años de dirección de la Educación Continua en la Barra de la Universidad de California en el Servicio de Extensión. Él dijo: "A pesar de que es el día de mi jubilación, mi último día, lo voy a compartir con la gente que tomó a tenBroek como yo."

Otro estudiante dijo: "Considero que tenBroek ha tocado nuestras vidas, y, como se ha señalado, muchos de nosotros hemos sido influenciados por él, más que cualquier otra persona que tuvimos en la universidad. Me recuerda a algunos versos del poema de Henry Wadsworth Longfellow , "El Salmo de la Vida." Dice así:

Las vidas de los grandes hombres nos recuerdan
que Podemos sublimar las nuestras
Y al partir tras de sí dejan
Huellas en las arenas del tiempo.
Considero que tenBroek dejó grandes huellas".

[LEYENDA DE LA FOTO:  La familia tenBroek sentada en un sofá mirando un álbum de fotos.]
Este retrato de familia fué tomado en 1958. El jóven Jacobus (Dutch) tenía trece años, Anna tenía diez años, y Nick tenía cinco. La familia está sentada en la parte inferior de la gran sala de la casa en Shasta Road.

El Doctor Jernigan ha dicho del Doctor tenBroek, que una parte sumamente importante de la vida del Doctor tenBroek fué la Federación Nacional de Ciegos, que no se puede separar al hombre del movimiento o el movimiento del hombre. Aunque no lo dijeron de esta manera, a lo largo de la cena de homenaje, las declaraciones de antiguos alumnos del Doctor tenBroek reflejan el sentimiento de que, no se puede separar al hombre de sus enseñanzas, o separar a las enseñanzas del hombre. Los estudiantes vinieron a celebrar la grandeza de Jacobus tenBroek. Ya que él era un hombre ciego y el fundador y primer líder de la Federación Nacional de Ciegos, los estudiantes del Doctor tenBroek no pudieron rendir homenaje a su profesor y mentor, sin traer la honra a la Federación Nacional de Ciegos. Así que, estos maravillosos estudiantes han avanzado la causa de la ceguera, y han tocado cada una de nuestras vidas y las vidas de todos los ciegos que nos siguen por todas las palabras testimoniales que dijeron.

Esa es la forma en que Sharon Gold evaluó la importancia de la cena testimonial de tenBroek. A mediados de enero, la grabación de vidéo del evento estuvo disponible, y estaba claro para todos los que la vieron que la señorita Gold había estado en lo correcto cuando dijo en su informe que había citado sólo algunas de las muchas anécdotas y testimonios conmovedores. Sería injusto negar a los lectores del Monitor el placer de compartir un número más de los puntos destacados de la noche. Por lo tanto, lo que sigue son resúmenes y transcripciones de los comentarios de muchos más, y los recuerdos:

[LEYENDA DE LA FOTO: El Doctor tenBroek abrazando a su hijo Nicolaas.]
El Doctor tenBroek y Nicolaas

Frank Winston, el escritor del artículo de la revista impresa anteriormente, se desempeñó como maestro de ceremonias de la noche. Pocos minutos después de que la cena comenzó, dirigió la atención de la audiencia a la parte posterior del salón, donde al parecer, el desventurado Greenwood de la reminiscencia de Winston del Monthly, de la Universidad de California, se veía deslizarse tarde. Luego de que siguió un interrogatorio tenBroekiano acerca de la hora de la cena, la hora actual, y el reloj por el que el tiempo iba a ser determinado. Estaba claro que todos en el grupo reconocieron el estilo de intercambio, y estableció el tono de la noche.

Después de las observaciones del Doctor Jernigan que se habían tocado, el señor Winston señaló que era digno que esta cena se estuviera llevando a cabo en 1992, ya que en el previo mes de julio, la Ley de los Americanos con Discapacidad, Americans with Disabilities Act, había iniciado la protección de un grupo aún más amplio de personas con discapacidad. Continuó diciendo, que el comentario sobre la ley y el testimonio ante el Congreso llegó a todos de vuelta con el lenguaje de abogacía que los estudiantes del Doctor tenBroek recuerdan y reconocen de su abogacía de los ciegos en los años cuarenta y cincuenta. Leyendo la historia de lo que siguió, el señor Winston continuó, esto muestra claramente que el pensamiento del Doctor tenBroek se tradujo en abogacía, no sólo para todas las personas con discapacidad física y mental, sino que también para todos los que están en desventaja. Cuando el movimiento de derechos civiles ganó fuerza y poder en los años sesenta y setenta, su temática y estilo de liderazgo se basan en lo que los estudiantes del Doctor tenBroek habían observado en él en los años cincuenta. "Sus mensajes de esos primeros años son vibrantes en la sociedad actual".

Uno de los invitados informó que había trabajado como lector de uno de los colegas del Doctor tenBroek en el Departamento de Oratoria. Un día, el profesor mencionó que el Doctor tenBroek iba a construir un muro de contención en su propiedad el siguiente fín de semana, y que él suponía que yo sería un buen tipo y voluntario para ayudarle. El lunes por la mañana, el estudiante indagó que de que manera el proyecto de la edificación había ido. La respuesta del profesor fué corta y muy al grano: "Tuve una lección infernal de cómo construir un muro de contención".

El orador continuó diciendo: "Cuando tomé Oratoria 1A,  no sabía qué esperar , si iba a ser una clase en la retórica o en la forma de ponerme de pie y dar un discurso. Me enteré de que era un curso en la forma de pensar. Como la mayoría de estudiantes de primer año, yo era una pizarra en la que nada se había escrito cuando entré a la universidad, y cuando el [Doctor tenBroek] escribió, lo hacía muy rápidamente y muy bien."

Una temática recurrente en los comentarios era el asombro de los disertantes en la habilidad del Doctor tenBroek para hacerlos pensar, y de tomar un argumento en contra del suyo propio, con el fín de ampliar sus mentes. Un orador describió un discurso de cinco minutos de oratoria, que había dado en apoyo de un seguro nacional de salud. Presentó su argumento, aniquiló los puntos de vista opuestos, y concluyó con la declaración, "el seguro nacional de salud es tan estadounidense como el pastel de manzana y se necesita más." El Doctor tenBroek, un hombre de ascendencia Holandesa, inmediatamente replicó: "¿Quién les dijo que el pastel de manzana es Estadounidense?"

Un hombre señaló que en su Discurso de la clase 1A un compañero presentó una copia del libro del Doctor tenBroek,

Orígenes Antiesclavistas de la Decimocuarta Enmienda,

Antislavery Origins of the Fourteenth Amendment,

y comenzó a usar argumentos de tenBroek para reforzar su propia posición en las discusiones en clase. El orador informó de que no había ninguna diferencia; el Doctor tenBroek le había destruido sus argumentos.

Varias personas hablaron de una gran humanidad del Doctor tenBroek. Un orador recordó el día en que él y otro estudiante llegaron tarde a clase. Él iba a una ronda electoral del gobierno estudiantil en el momento, y se encontraba bajo una gran presión como resultado. Cuando los estudiantes llegaron, el Doctor tenBroek comenzó  a incitar al otro estudiante de la manera acostumbrada. El estudiante respondió señalando que no era el único que llegó tarde ese día. El Doctor tenBroek inmediatamente replicó: "No veo en ninguna parte su nombre como candidato a un cargo público." Y la señora tenBroek recorddó un momento en que su marido se enteró de que uno de sus alumnos iba a perder una beca muy necesaria para el colegio de medicina, ya que había ganado una B en oratoria. Cuando se enteró sobre el problema, el Doctor tenBroek dijo: "Él va a ser un buen médico algún día, sus calificaciones lo demuestran. ¿Por qué debo detenerlo?" Por lo que cambió la calificación a una A.


[LEYENDA DE LA FOTO: El Doctor tenBroek repara el patinete de los niños, mientras que Anna y Nick lo miran.]
Otro hombre recuerda un incidente durante una clase de tenBroek en la que una joven mujer que parecía estar asistiendo a la universidad solamente con el fín de encontrar un marido, con timidez dijo su nombre en la discusión de un día. Nunca había hecho una contribución antes, en parte porque no estaba segura de sí misma en la brusquedad académica de la clase, y en parte porque habían tantos estudiantes atrevidos y seguros de sí mismos que competían por la oportunidad de hablar. Pero el Doctor tenBroek oyó su voz y la reconoció. Suavemente, con ninguna de las incitaciones que se reservaba para la mayoría de los estudiantes, sacó las ideas de las que ella sólo había tenido la mitad formadas, y le ayudó a construir sus ideas y argumentos. El orador concluyó diciendo: "he aprendido de ello, lo que significaba ser un gran profesor, y estoy seguro de que ella también lo hizo."

Un número de personas en la audiencia eran altos funcionarios docentes en las universidades de todo el país. Varios hablaron del impacto que el Doctor tenBroek tuvo en su propia enseñanza. Frank Winston mencionó que a los estudiantes del Doctor tenBroek se les requería decir su nombre cuando solicitaban reconocimiento. Ya que el Doctor tenBroek era ciego, esto parecía una adaptación razonable. Pero Winston hace la misma exigencia a sus alumnos hoy, porque ha encontrado que estimula la participación oral mucho más eficaz que el levantar la mano lo hace.

 

El Doctor Stanley Lyman, un profesor de sociología en la Universidad de Southern Florida, contó con mucho gusto el relato de su primer trabajo como profesor. Tenía veintidós años de edad, y era un recién graduado de la Universidad de California en Berkeley. Nunca había estudiado con el Profesor tenBroek, pero otro miembro de la facultad de Oratoria le dijo que fuera a ver a tenBroek porque estaba preparado para ofrecerle a Lyman un trabajo como profesor en el Departamento de Oratoria. Estaba muy nervioso durante la entrevista, y vacilante preguntó qué libro de texto se espera que utilice en la enseñanza de Oratoria 1A y 1B. El Doctor tenBroek le tiró un folleto mimeografiado y dijo: "Utilice este." Era una colección de los casos de la Corte Suprema: Yick Wo contra Hopkins, Buck contra Bell, Korematsu contra los Estados Unidos, y otros.

El Doctor Lyman dijo, "Doctor tenBroek, nunca he tenido un curso en Derecho Constitucional. My licenciatura bachelor es en sociología."
Y el Doctor tenBroek dijo: "Lyman, puede usted leer?"
"Sí, señor", dijo Lyman.
"Bueno," dijo el Doctor tenBroek. "Me siento muy contento de saber eso. Llévese este libro de casos a la casa, y léalos. La próxima semana empezará la enseñanza, y cinco semanas a partir de ahora voy a venir a sentarme en su clase, y si no es bueno, lo voy a despedir. ¿Tenemos un trato?"

El Doctor Lyman se fué a su casa y pasó un fín de semana difícil estudiando detenidamente el libro, pero en la mañana del lunes comenzó a enseñar. Cinco semanas después, al día, el Doctor tenBroek estaba allí, sentado en la parte de atrás del salón de clases. Lyman dijo: "Yo sabía que había una regla: no iba a haber una conferencia en Oratoria 1A . El profesor debía dirigir un diálogo socrático .... Se tenía que obtener la respuesta de los estudiantes. Yo estaba sudando y haciendo preguntas".

Al final de la clase, el Doctor tenBroek sugirió que caminaran de regreso a su oficina juntos. Mientras caminaban, el Doctor tenBroek dijo: "Bueno está bien, Lyman. Sólo tiene un problema: que se encuentra demasiado cerca de los asientos delanteros en el salón." Lyman se quedó asombrado de que el Doctor tenBroek sabía dónde había estado parado. El Doctor tenBroek explicó entonces que había notado que él estaba haciendo una buena discusión en respuesta a sus preguntas, pero sólo de la gente en la mitad delantera del salón. Él mismo había tenido algunas dificultades para escuchar lo que decía Lyman, por lo que llegó a la conclusión de que él había estado de pie cerca de los escritorios. Sugirió que a partir de entonces, Lyman estuviera de pie con la espalda apoyada en la pizarra para que pudiera recordar el lanzar su voz a la parte de atrás del salón.

Un orador dijo que el Doctor tenBroek hizo mucho más que utilizar el método socrático para enseñar a sus alumnos que podían emplear su inteligencia para explorar los dos lados de una pregunta. Para ellos era casi la encarnación de Sócrates. El abogado que hizo esta observación más clara, fué a contar un relato sobre un compañero suyo que era siempre el primero en gritar su nombre para su reconocimiento. Un día, cuando el Doctor tenBroek había llamado al joven, dijo con gran convicción, "Bueno, Doctor tenBroek, para la respuesta a esa pregunta sería necesario un juicio de valor".

Después de un breve silencio, el Doctor tenBroek respondió, "Phillips, Usted no sabe que los juicios más importantes que se hacen en la vida son juicios de valor?" El orador continuó: "Había un silencio absoluto en el salón. Era la primera vez, que el Doctor tenBroek nos había dicho que el contenido de nuestras vidas y de nuestras decisiones y de lo que realmente pensábamos era, en realidad, más importante que la argumentación que estábamos aprendiendo en su clase. Es cierto que los abogados sostienen ambas partes, pero lo más importante que un abogado puede hacer es tomar sus propios juicios de valor. Este fué uno de los legados del Doctor tenBroek, y yo quería pasarlo esta noche."

Uno de los miembros de la audiencia había traído a su esposa y a su hijo. Al igual que otros siete hijos de descendencia de los estudiantes de tenBroek, el niño fué llamado Jacobus tenBroek. Tras rendir homenaje a su anterior profesor, como el hombre que le había enseñado a pensar, y que primero lo había convencido de que hay cosas más importantes en la vida que divertirse, relató al recordar lo siguiente: "La gente ha mencionado su valor académico, pero También fué un defensor increíble. Recuerdo estar sentado en el pasillo de Wheeler Auditorium, cuando los proyectos de ley de diciembre se estaban discutiendo en apoyo del movimiento de la libertad de expresión [en Berkeley, en los tempranos años de los sesenta]. Nosotros [los estudiantes] no podíamos ir al interior del Senado Académico, pero nos podíamos sentar en el exterior y escuchar ese debate. He aquí, que nuestro querido Profesor tenBroek dirigía la palabra de los debates en nombre del proyecto de ley que habría apoyado a los estudiantes. Lo vimos en un papél muy diferente, no académicamente hablando sobre la importancia de la Primera Enmienda, sino que acerca de la vida, en la sala, como un defensor en la realización de ese debate. El hombre era absolutamente increíble. No me agradaría hacer frente a un defensor como el Profesor tenBroek en una sala del tribunal. Dudo que cualquiera de nosotros podría enfrentarse cara a cara con él. No era un académico en la configuración académica; también estaba en la calle con los estudiantes.

"Una de las impresiones duraderas que tengo de él es, sin duda, ese excelente comportamiento que tenía, y cómo era de erecto, parado en la esquina de Telegraph y Bancroft, después de que todos los estudiantes habían sido arrestados en el movimiento de la libertad de expresión. Estaba a punto de ir a la Corte Municipal de Berkeley para hacer un argumento de que todos los cargos debían ser desestimados en el interés de la justicia. Se quedó allí parado, un hombre muy alto en una subida pequeña, haciendo su argumento sobre por qué es injusto y está en conflicto con la Primera Enmienda el proceder con los enjuiciamientos. Aprendí mucho de él sobre la Primera Enmienda, que no era sólo un documento estéril; que era algo para ser vivido y luchado por los profesores, y en las calles del país. Lo otro que aprendí de él fué que era la importancia de la Decimocuarta Enmienda , y el verdadero significado de la Decimocuarta Enmienda. Desde entonces, me he convertido en un abogado de derechos civiles, y considero que de una manera pequeña, mi vida está dedicada a lo que aprendí de él sobre la importancia de la igualdad en la Constitución, y de lo difícil que es conseguir esa igualdad. Todas las lecciones se derivan de Jacobus tenBroek .... He aprendido mucho de las lecciones de él, y mi vida no sería lo que ha sido sin haber tenido la maravillosa oportunidad de conocer a este hombre realmente increíble."

Una mujer que había sido alumna del Doctor tenBroek en una clase de derecho constitucional durante los primeros años de los cuarenta, recordó el momento en que vio su pasión romper la calma de profesor. La clase estaba discutiendo el bienestar, y los estudiantes estábamos "soltando nuestras propias actitudes que habíamos recogido de la prensa popular." Se dio cuenta de que el rostro del Doctor tenBroek estaba creciendo más rojo y más rojo, hasta que finalmente explotó, "¡La pobreza no es un crimen!"

Ella continuó, "eso quedó grabado en mi mente; Nunca lo he olvidado, y considero que más que cualquier otra cosa me ha ayudado a guiar mi vida".

Un abogado con una carrera legal distinguida en particular, se puso de pie para hacer una confesión de lo que había aprendido del Doctor tenBroek acerca de la ética. En 1962, mientras que estaba en el colegio de derecho, recibió una llamada del Doctor tenBroek en la que le ofrecía un trabajo como lector. El día anterior, otro profesor también le había ofrecido un trabajo como lector del curso. El estudiante le dijo al Doctor tenBroek que tenía que llamar al otro hombre "ya que tenía una especie de acuerdo provisorio. Necesito hablar con él, y luego me pondré en contacto con usted." El Doctor tenBroek preguntó qué quería decir con la palabra "provisorio". El estudiante balbuceó que estaba seguro de que el otro profesor lo entendería.

El Doctor tenBroek, dijo con gran firmeza, "Bueno, yo entiendo. ¿Usted está en el colegio de derecho ahora?"
"Sí".
"¿Sabe lo que es una oferta?"
"Sí".
"Bueno, está retirada."

Un hombre invitó al público a recordar su consternación al decírsele que los discursos en las clases de tenBroek no podrían ser de más de cinco minutos. Cuando los estudiantes protestaron por la limitación, la respuesta del Doctor tenBroek fué: "No hay ningún tema sobre la Tierra del que alguno de ustedes sabe lo suficiente como para hablar durante más de cinco minutos".

El último orador de la noche fué Fred Korematsu, cuyo caso (Korematsu contra los Estados Unidos) fué a la Corte Suprema en 1944. Él había resistido el internamiento de japoneses americanos durante la Segunda Guerra Mundial, pero perdió el caso. En 1954, el Doctor tenBroek escribió un libro,

Los prejuicios, la Guerra y la Constitución,

Prejudice, War and the Constitution,

que argumentó con fuerza que los derechos de la Primera Enmienda de estadounidenses de origen japonés habían sido pisoteados por el internamiento en masa, y que la decisión de la Corte Suprema había sido un error. Como todo el mundo sabe ahora, el caso fué juzgado hace varios años, y esta vez, Fred Korematsu ganó. Todos aquellos que se refirieron a este caso durante la cena testimonial reconocieron lo que comúnmente se reconoce en los círculos legales: que el libro del Doctor tenBroek había alterado irrevocablemente la manera en que el mundo legal ve a Korematsu contra los Estados Unidos, y fué la causa directa de la inversión en la decisión de la Corte Suprema de Justicia.

Así que, la noche terminó. Sería bueno para todos nosotros el reconocer la importancia de lo que los antiguos alumnos del Doctor tenBroek nos han enseñado. Que el fundador de la Federación Nacional de Ciegos ha hecho contribuciones al mundo más allá de su trabajo en el movimiento de los ciegos organizados. Su influencia todavía se siente como una fuerza en el pensamiento jurídico actual. Sus alumnos recuerdan y transmiten los principios y hábitos de pensamiento que él les enseñó, al igual que nosotros lo hacemos, y su sabiduría, integridad y claridad de visión va a seguir cambiando al mundo en el próximo siglo, no sólo en el ámbito de trabajo con los ciegos, sino que en el barrido de toda la sociedad estadounidense.

Pero tal vez, la manera más adecuada a la conclusión de este homenaje a Jacobus tenBroek es citar un poema escrito por su nieta Kelly después de visitar a sus dos abuelas el año pasado, y ser leído en la cena por su padre Dutch tenBroek. La familia fué al cementerio en el que el Doctor tenBroek está enterrado, y este es el poema que ella escribió. Este expresa un sentimiento que es verdad para todos nosotros:

Su tumba es una de muchas,

Y tuve que ayudar a buscarla.
Ahí estaba, mirando al otro lado del valle,
De la bahía, y de los árboles.
Podía sentir el viento que soplaba a través de mi cabello
Mientras miraba la vista abrumadora.
Allí ha descansado durante veinticuatro años.
Mientras miraba el Braille desgastado

Las lágrimas fluían de mis ojos y no paraban,
Puesto que este hombre que nunca conocí era una gran parte de mi vida.
Él es más que una parte de mí de la que yo haya conocido.

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