[Nfbespanol-talk] Una Historia de Valentía, Sabiduría y Fé

Frida Aizenman aizenman at earthlink.net
Sun May 8 21:28:43 UTC 2011


Braille Monitor

Volumen 51, Número 6

Junio, 2008
Barbara Pierce, Redactora


Una Historia de Valentía, Sabiduría y Fé
(Cómo una Familia Pobre de Puerto Rico Ha Abrazado la Riqueza de la Vida)
por Eileen Rivera Ley

 

Puede ver las fotos en HTML en su navegador 

http://www.nfb.org/images/nfb/Publications/bm/bm08/bm0806/bm080604.htm

[LEYENDA DE LA FOTO: La familia Rivera alrededor del tiempo del nacimiento de Suzanne. (De izquierda a derecha), Edwin, Mildred, Edwin Jr., Eileen, Sandra, magdalena, y Caroline]


Nota de la redactora: Este homenaje a Edwin y Magdalena Rivera fué escrito por su hija mayor, miembra por largo tiempo, líder de la Federación, Eileen Rivera Ley. Es un saludo conmovedor a los padres de familia que lo hicieron bien. Publicamos esta breve composición, en el momento del año, en que honramos a las madres y padres, como un homenaje a todos los padres de familia, que han criado a niños con discapacidad, con respeto y altas expectativas. Aquí está:

Días después del Día de la Madre, de 1967, mis padres, Edwin y Magdalena Rivera, con cariño nos acorralaron en nuestra humilde sala en 26 Siebert Place en Rochester, Nueva York, para nuestra reunión familiar por primera vez. Habíamos cinco de nosotros, niños entonces. Edwin tenía casi seis años de edad. Yo tenía cuatro años, Sandra tres, Mildred dos, y Caroline con su cabeza rizada tenía sólo dieciséis meses de edad.

"Tenemos algo muy importante que decirles a todos ustedes," Me acuerdo de ellos diciéndo. "Dios ama mucho a nuestra familia. Somos muy especiales para él." Mamá continuó, "Es por eso que, de todas las familias en el mundo entero, él eligió la nuestra por esta bendición muy especial. Nos ha enviado un regalo muy especial, un angelito, nuestro, propio. Se llama Suzanne".

Los niños Rivera se quedaron sentados en respeto a este decreto increíble. Nunca habíamos sentido la enormidad de la responsabilidad a la mano. Tampoco sentimos la tremenda preocupación de nuestros padres, que sin duda llevaban en su corazón.


[LEYENDA DE LA FOTO: Suzanne Alrededor de los cuatro años.]
Fueron en contra de todos los consejos médicos, trayendo a Suzanne a casa en lugar de la institucionalización de ella. Después de todo, esta niña de salud frágil, se esperaba que viviera sólo unos pocos meses.

Nosotros, los niños, por nuestra parte, teníamos la sensación de que acabábamos de ganarnos un millón de dólares. Dios nos había elegido. ¡Él nos había elegido para esta labor sumamente importante del cuidado de esta hermana muy especial! Nosotros respetuosamente nos reunimos alrededor de nuestra madre mientras que colocaba este paquete delicado y frágil de cinco libras en nuestra desgastada aparentemente gigantesca, cuna de bebé.

En los siguientes días y años, le dimos la bienvenida a la bebé Susie en nuestra casa, y en nuestros corazones. La arrullábamos, le cantábamos, hacíamos todo lo posible para hacerla reír.

El hecho de que Suzanne nació en una familia que ya tenía otras dos hermanas ciegas, Mildred y yo, nunca fué lamentado. De acuerdo con nuestros padres, eso no era realmente gran cosa. La ceguera era nuestra única lucha, ¿y que era la ceguera frente a las graves condiciones discapacitantes a las que Suzie se enfrentaba?

A medida que nos enseñaron a apreciar a Suzanne, nuestros sabios padres nos pusieron a Mildred y a mí en los mismos estándares que pusieron a nuestros hermanos videntes. Tuvimos que hacerlo bien en la escuela, a pesar de que no podíamos ver nuestros libros o leer la pizarra. Insistieron en que intentemos patinaje, trineo, y andar en bicicleta. (Nunca tuve que andar en bicicleta, pero Mildred si.

Se nos asignó nuestra parte justa de las tareas también, al igual que a cualquier otro niño puertorriqueño a quien se esperaba que lo hiciera en aquel entonces. Los visitantes a la casa de los Rivera estaban seguros de encontrarnos haciendo la limpieza de la cocina, barriéndo hojas, haciendo de niñeras , horneando galletas, haciéndo el reparto de periódicos, aspirando las escaleras, o lavando la ropa. No había tiempo para la lástima, o excusas mezquinas en esta casa agitada, y feliz.

Lo mejor de todo, es que nuestros padres nos animaron a participar en el cuidado de nuestra pequeña especial Suzie, que a la edad de diez años pesaba sólo dieciocho libras. Nosotras, amorosamente la arrullábamos, la alimentábamos con biberón, la bañábamos, y le cambiábamos sus pequeños pañales. La vestíamos, en su mayoría, con preciosa ropa de tamaño de muñecas. Ella nunca aprendió a hablar o a caminar. Ni una sola vez hubieron palabras tales como "profundamente retrasada mental", "gravemente deformada", y "ciega", jamás pronunciadas en nuestra casa. Para nosotras, ella era simplemente el regalo más adorable y angelical que mamá, Papá, y Dios quisieron que fuera.

Al darle la bienvenida a nuestra, poco delicada, hermana en nuestras vidas, nuestros sabios padres nos enseñaron determinación, el trabajo en equipo, la dulzura, el ingenio, sacrificio personal, y el amor incondicional. Nos enseñaron a Mildred y a mí a mantener nuestra ceguera en perspectiva. A Suzanne, (que por cierto celebra su cumpleaños número cuarenta y uno esta primavera), pero aún más, a nuestros padres increíblemente valientes, sabios y llenos de fé, les estamos eternamente agradecidas.
-------------- next part --------------
A non-text attachment was scrubbed...
Name: Una Historia de Valent?a, Sabidur?a y F?.doc
Type: application/msword
Size: 52224 bytes
Desc: not available
URL: <http://nfbnet.org/pipermail/nfbespanol-talk_nfbnet.org/attachments/20110508/c14407d5/attachment.doc>


More information about the NFBEspanol-Talk mailing list