[Nfbespanol-talk] La Filosofía de la Federación, Un Bastón Blanco, y un Viejo Perro Callejero con Determinación

[Frida Aizenman]

Braille Monitor

Volumen 55, Número 11

Diciembre, 2012

Gary Wunder, Redactor

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[LEYENDA DE LA FOTO: Pat y Jack Munson caminan en la Marcha por la Independencia en Detroit, en el 2009.] 

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La Filosofía de la Federación, Un Bastón Blanco, y un Viejo Perro Callejero con Determinación
por Pat Munson
Traducido por Frida Aizenman


Nota del redactor: El siguiente artículo apareció por primera vez en la edición de verano/otoño del 2012, de la recién nombrada, Perspectiva de los Mayores Ciegos, Blind Senior Perspective, la publicación de la División de la Gente Mayor de la Federación. Pat Munson, la redactora del boletín, lo escribió para un concurso de escritura del Día del Bastón Blanco hace algunos años. Aunque los acontecimientos descritos tuvieron lugar hace décadas, siguen siendo, a la vez, instructivos e inspiradores. Esto es lo que Pat dijo:


Jalé de mi silla y me dirigí a la puerta. Agarré mi bastón blanco largo y abrí la estúpida puerta. En ese momento aborrecía a todos mis amigos, porque uno a uno me habían dicho que no iban a arrastrarme alrededor una vez más. Habían visto a otros estudiantes ciegos en nuestra ciudad universitaria moverse muy bien con un bastón, y me dijeron que yo podía hacer lo mismo.
Pero esos amigos no habían conocido a mis compañeros de la escuela para ciegos que constantemente se burlaban de las personas ciegas que utilizaban bastones. Ellos arrastraban los pies alrededor lo mejor que podían, pero pensaban que eran realmente geniales sin el estúpido bastón largo blanco, que sólo le decía a todo el mundo que el usuario era ciego. Habían ganado su actitud espectacularmente triste de sus maestros y otras personas en la escuela, y así lo hice yo.
Todo estaba en mi contra en ese fatídico día; nadie estaba allí para ayudarme a pasar cuatro calles y abordar el primero de tres autobuses que me llevarían a la escuela donde yo era estudiante de enseñanza. Incluso, el clima estaba en su peor momento. Aún no había abierto la puerta del todo cuando el viento agarró mi bastón y casi lo sacó de mi mano. La puerta se cerró detrás de mí y lo mismo hicieron partes de mis actitudes negativas acerca de la ceguera. Allí en la puerta, Me hice a la idea de que iba a hacer este viaje por mi misma o morir intentando. Mi carrera como maestra nunca comenzaría si no tenía las agallas para llegar a la escuela y actuar como una adulta ciega competente.
Para cuando el primer autobús llegó, mi vestido, los zapatos, el pelo largo, y maquillaje habían sido arruinados por el viento y la lluvia, pero ¿qué importaba eso? Mi cuerpo todavía estaba intacto, y ese maravilloso bastón blanco largo estaba haciendo lo que mis amigos solían hacer por mí. Me proporcionaba una herramienta de independencia.
Recuerdo que finalmente subí los escalones de la escuela y me regocijé de que llegué. Me veía como si hubiera acabado de salir de la ducha, pero mi objetivo era conocer a los maestros y a la facultad, y a mi experto maestro, y yo había llegado allí para hacer precisamente eso. En la oficina me quité el abrigo que estaba goteando y lo colgué. Exprimí mi cabello largo empapado y entré en la reunión de la facultad. Más tarde, los maestros me dijeron que nunca habían visto a alguien con ese mirar tan determinado en su rostro. No sabían nada acerca de la Federación.
Completé el estudio de la enseñanza, y conseguí un empleo, pero sólo por el trabajo de muchos en la Federación Nacional de Ciegos. Hasta unos pocos años antes, los responsables de las credenciales de los maestros habían sostenido que la vista normal se debía requerir para enseñar en las escuelas públicas en los Estados Unidos. Miembros de la Federación sabían que esto era simplemente erróneo. Muchos, muchos miembros de la Federación habían introducido legislación en todos los estados, lo que eliminó el requisito de la vista, lo cual, llevó años.
Yo fuí una de las primeras en tomar el bastón blanco y marchar por mí misma en un trabajo en un empleo competitivo en las escuelas públicas en los Estados Unidos. Como miembra de la Federación Nacional de Ciegos, obtuve un trabajo, habilidades de la ceguera, y la filosofía de llevar una vida normal en la corriente principal de la sociedad. A veces no es fácil ser un federacionista cuando la gente vidente insiste, sin cesar, que saben lo que es mejor para nosotros, pero me encanta ser parte de la corriente principal, así que hago lo que debo hacer para cambiar las actitudes de la gente acerca de lo que realmente significa ser ciego. Soy como un muy decidido perro callejero viejo, ¡pero tengo una sonrisa de la Federación en mi cara! Como el Doctor Jernigan dijo muchas veces: "Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás." Ahora me gustaría agradecer a todos los perros callejeros de la Federación que me ayudaron a convertirme en lo que soy.
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