[Nfbespanol-talk] La Búsqueda Normal de la Independencia

Frida Aizenman nfbfrida at gmail.com
Sat Feb 11 16:49:37 UTC 2017


Braille Monitor

  Volumen 60, Número 2

Febrero de 2017

Gary Wunder, Redactor

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[LEYENDA DE LA FOTO: Chris Nusbaum.]

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La Búsqueda Normal de la Independencia

por Chris Nusbaum

Nota del Redactor: Este fue el discurso de presentación hecho en la 
reunión de la Organización Nacional

de Padres de Niños ciegos (NOPBC) en 2016, llevada a cabo en la 
Convención 2016 de la Federación Nacional de Ciegos. Chris Nusbaum no es 
extraño a aquellos

que leen regularmente estas páginas, pero la introducción de Melissa 
Riccobono bien sirve para refrescar nuestras memorias.

Introducción por Melissa Riccobono:

Conocí a Chris

Nusbaum hace unos años en una convención de la Federación de Maryland. 
Era un niño pequeño lleno de preguntas sobre todo. Recuerdo que fue muy 
curioso acerca de mi

perro guía. Los padres de Chris han participado con la Federación desde 
el momento en que él era un bebé. Pero fue cuando Chris asistió a un 
programa de la Federación llamado, El Programa de Derecho,

liderazgo y Abogacía en Washington, que en realidad comenzó a aprender 
acerca de la historia de la Federación y a abogar por nuestros 
problemas. Fue entonces cuando la Federación se convirtió en

la Federación de Chris. No era sólo para sus padres ya. Él pasó a 
convertirse en miembro de la organización con pleno derecho. Se dio 
cuenta de lo que la Federación podía hacer por

él, y entendió que podía ser más poderoso si se convertía en parte de 
ese proceso de creación. Chris es un graduado de la escuela secundaria. 
Está en la junta directiva

de la Asociación Nacional de estudiantes Ciegos, y es presidente de la 
Asociación de Estudiantes Ciegos de Maryland. En el otoño no va a ir 
directamente

a la universidad. En primer lugar, va a obtener alguna formación de 
calidad en el centro para ciegos, Louisiana Center for the Blind. Quiero 
presentarles a Chris Nusbaum:

Gracias Melissa, y gracias al liderazgo de la Organización Nacional de 
Padres de Niños ciegos, NOPBC. Es un gran honor hablar hoy con ustedes. 
Se me ha pedido que hable con ustedes acerca de mi

viaje educativo y la transición hacia la edad adulta. Aquellos de 
ustedes que me conocen bien saben que soy irremediablemente dedicado a 
nuestra historia de la Federación. Perdóneme por ceder

a la tentación y referenciar mi discurso favorito de uno de nuestros ex 
presidentes, el Doctor Kenneth Jernigan. En su discurso de 1993, "Sobre 
la Naturaleza de Ser Independiente",

el Doctor Jernigan propone que hay tres etapas por las cuales una 
persona ciega debe pasar para llegar a ser verdaderamente independiente: 
El miedo e inseguridad, independencia rebeliosa , y, finalmente, 
independencia normal. No todo el mundo llega a la tercera fase. Cada 
etapa es inevitable para la evolución de una persona ciega, desde la 
desvalidez

hasta la desesperación, y luego a la autoconfianza y a la esperanza. 
¿Qué, puede preguntarse, esto tiene que ver con la educación y la 
transición a la edad adulta? Puedo responder señalando

el número de veces que escuchamos la palabra independencia cuando 
hablamos sobre la crianza y la educación de niños ciegos. El 
desplazamiento independiente. La independencia en la

vida diaria. La mejora de la independencia en las aulas. Las metas del 
Programa Individualizado Educativo, IEP, que habla de independientemente 
completar esta o esa tarea en la escuela. La palabra es omnipresente en el

campo de la ceguera, ¡incluso en esta misma convención! Dado que la 
independencia es el principal tema de preocupación relacionado con la 
transición a la edad adulta, considero que es

imprescindible que comencemos con una definición operativa del término. 
Las tres etapas del Doctor Jernigan son la mejor definición que puedo 
encontrar. Así que, a riesgo de robar

una idea de un orador mucho mejor de lo que soy, me gustaría ampliar 
sobre el tema del Doctor Jernigan a medida que puedo hablar de mi propio 
viaje educativo. Quiero referirme a

cómo he ido a través de cada una de estas tres fases en mi vida hasta 
ahora. Estoy totalmente ciego y lo he sido de nacimiento. Naturalmente, 
mi viaje educativo en el mundo

de la ceguera comenzó a una edad muy temprana. Tenía lo que todos los 
demás niños ciegos tenían en aquel momento: los servicios de bebés y de 
los niños pequeños, un afiliado programa especial educativo preescolar, 
el desplazamiento con el bastón, un maestro para aquellos con 
discapacidad visual, TVI, y todo lo demás. También he sido bendecido con 
algunos de los beneficios que, lamentablemente, muchos niños ciegos no

tienen. Tuve apoyo de mis padres que eran decididos, un maestro para 
aquellos con discapacidad visual, TVI, que también sirvió como un 
defensor de las altas expectativas, y un asistente de uno-a-uno que 
utilizó su posición

para alentar mi libertad más que para sofocarla. Lo que es más 
importante, a través de mi familia y de mi maestro, tuve una primera 
conexión con la Federación Nacional

de Ciegos. No pensé mucho sobre la ceguera en aquellos primeros años. 
Cuando lo hice, supe una cosa a ciencia cierta: ¡Sabía que está bien ser 
ciego!

No sabía entonces, pero ahora sé que incluso en el kindergarten, mis 
padres me enseñaban la filosofía que habían aprendido a través de la 
Federación. Entonces la escuela

comenzó. Siempre he sido incorporado, y cada día estoy agradecido por 
ello. Pero recuerdo que en la escuela, yo era de alguna manera 
diferente. Todos los otros

niños hablaban de lo que podían ver, y por alguna razón, no tenía ni 
idea de lo qué estaban hablando. Pero bueno, pensé que ya había aprendido

de mis padres que la ceguera no iba a impedirme alcanzar mis sueños. En 
el verano después de primer grado, cuando tenía seis años, fui a mi

primer campamento relacionado con la ceguera. Era un programa que es 
difunto ahora, que buscaba enseñar los principios básicos de la 
independencia para los estudiantes de primaria ciegos. Esta fue la primera

vez que viví lejos del hogar. Aunque estaba muy entusiasmado con la 
experiencia, tenía miedo de hacer la mayoría de las cosas que me 
pidieron que hiciera. No entraré en detalles,

pero baste decir que había terminado esa semana con más temor e 
inseguridad de lo que estaba cuando empecé. No sólo me sentía seguro de 
mis capacidades como una

persona ciega; sino que también pensé que yo era un fracaso, que no 
podía estar a la altura de las normas de independencia que se esperaba 
de mí. Mirando hacia atrás, creo que la

gente que funcionaba ese programa tenía su corazón en el lugar correcto. 
No obstante, puede que no hayan tenido mucha experiencia en la enseñanza 
de niños pequeños. No supieron

adecuadamente juntarse conmigo y suavemente guíarme hacia la 
independencia. Cuando escuché sus solicitudes de adhesión a la filosofía 
de la Federación, mi antigua mentalidad de seis años estaba

hecha. No quería tener nada que ver con esa organización, ¡y no tenía 
ninguna intención de hacer nada nunca jamás con su gente! Había 
continuado con esta mentalidad

a través de la escuela primaria y en la escuela intermedia. Estaba 
conforme de dónde era y quién era en términos de habilidades de la 
ceguera. No pensé que me gustaría

avanzar mucho más. Mis profesores parecían pensar de mí como un niño 
bastante brillante. Además estaba en la actuación y la música y otras 
actividades extracurriculares, y

tenía un estrecho círculo de amigos. En lo que a mí respecta, yo estaba 
bastante bien. Adultos y estudiantes empezaron a llamarme increíble e 
inspirador.

Me había tragado cada palabra, envuelto en la gloria de ser ese valeroso 
niño ciego. Aún así, Acechando bajo esa contenta fachada estaba ese 
mismo temor subyacente

y la inseguridad del (miedo al fracaso, el miedo a la frustración, el 
miedo al futuro. Estos temores me mantuvieron complaciente, me redujeron 
al statu quo. Después de

todo, si podía ser increíble sin siquiera tratar, ¿por qué desperdiciar 
el esfuerzo de elevar la barra? A medida que la adolescencia se acercó, 
comencé a añorar de nuevo una comunidad

de personas ciegas que pudieran entender los problemas singulares que 
enfrentaba. Sin embargo, en toda mi terquedad, yo estaba decidido a que 
esa comunidad no se encontraba

en la Federación Nacional de Ciegos. Todo eso cambió en la primavera de 
séptimo grado. Por cuatro cortos días, participé en mi primer Programa 
Juvenil del Instituto Jernigan, el Programa de Derecho. ¡Esto cambió mi 
vida! Allí conocí a los mentores que me mostraron por primera vez cómo 
yo también puedo vivir la vida que quiero. Me dieron

una razón para elevar las expectativas de mí mismo. Lo que es más 
importante, con la Federación encontré porqué verdaderamente es una 
familia que se aman unos a otros, alienta a

cada uno de los demás, y trabaja en conjunto con un objetivo común. 
Conocí entonces mi pasión por la labor de nuestra comunidad. La pasión 
que ha alimentado gran parte de mis energías

durante los últimos cinco años. Confesaré, sin embargo, que regresé de 
mi experiencia con el Programa de Derecho de la Federación con un poco 
de independencia rebelde. Armado

con las nuevas habilidades que había aprendido, junto con el ímpetu de 
un adolescente, quería demostrar al mundo que podía hacer absolutamente 
todo ¡por mi mismo!

Creo que este período podría compararse a un niño que se enfrenta a una 
difícil tarea, y proclama: "¡Yo hago lo mismo! [Risas] Afortunadamente, esta

actitud ha cambiado, a medida que pasé por la escuela secundaria. He 
aprendido aún más habilidades en el centro Para ciegos, Louisiana Center 
for the Blind, en el programa Buddy de verano, y STEP (Programa de 
Adiestramiento y Trabajo de Verano). He aprendido

que la actitud que se me había inculcado en el programa de Derecho es 
tan aplicable a mí, así como para cualquier otra persona. Lo que es más 
importante, mis

padres y mis amigos de la Federación me enseñaron a tomar mis propias 
decisiones. Esto puede parecer extrañamente simple, pero es crucial. Por 
primera vez, aprendí que

podía elegir por mí mismo cuál sería el aspecto de mi independencia. Me 
enteré de que está bien tener mis propias opiniones informadas, incluso 
si las opiniones difieren

de las de mis padres o mis maestros. Por aprender esta habilidad 
esencial, he podido desempeñarme como mi propio defensor, dejando claro 
a mis

profesores y omólogos videntes qué puedo hacer y qué necesito realmente. 
En resumen, ahora puedo decir con autoconfianza, "Puedo hacer esto, y e 
aquí cómo me gustaría hacerlo.

Para mí, entonces, esta capacidad para tomar decisiones es el mejor 
indicador de que he alcanzado la fase normal de la independencia. Así 
que, a medida que me tropiezo en mi camino con la edad adulta,

me doy cuenta de que estoy casi tan listo como voy a llegar a estar. 
Ciertamente, hay muchos alicientes a la infancia, y el no tenerlos 
llevará algún tiempo para acostumbrarme.

Sin embargo, debido a las habilidades que he aprendido, la autoconfianza 
que he adquirido durante mi viaje educativo, tanto en el aula como fuera 
de ella, sé que puedo

hacer frente a los retos de la edad adulta, con autoconfianza, 
determinación y optimismo. Todavía hay mucho trabajo por hacer, pero voy 
a llegar a ello,

incluso si lleva nueve meses en Louisiana. Todavía hay mucho que 
aprender, y estoy ansioso por aprender. Sobre todo, estoy seguro de que 
puedo vivir la vida

que quiero y que tengo una familia nacional que estará conmigo en cada 
paso del camino. Para terminar, ¿qué consejos puedo ofrecer a ustedes 
como padres de familia para ayudar a que su

niño ciego realice una suave transición a la edad adulta? Si lo piensa, 
es realmente muy sencillo. En primer lugar, hay que llegar a saber por 
sí mismo que está bien

ser ciego. Muestre a su hijo la actitud positiva por medio de sus 
palabras y con el ejemplo desde una edad temprana. En segundo lugar, 
empiece a enseñar las habilidades de la ceguera en

casa desde el principio. Cultive en casa los conocimientos que se 
imparten en la escuela a lo largo de los años de la niñez. En tercer 
lugar, enseñe a su hijo a tomar sus propias

decisiones. Permita que su niño tenga éxito o fracase en su propio 
mérito. Esto le ayudará a su niño a desarrollar aptitudes de toma de 
decisiones que son esenciales

para la independencia completa, normal. Por último, y aún más 
importante, conéctese y mantenga a su hijo conectado con el cariño y 
apoyo familiar, edificante que

es la Federación Nacional de Ciegos. Como muchos de ustedes ya saben, la 
Federación y nuestra filosofía tiene el poder de cambiar vidas. Permita 
que sus hijos experimenten

ese cambio por sí mismos. Cuando nos comprometemos con estos principios 
básicos, creo que ustedes y yo, trabajando juntos a través de la acción 
colectiva de este

gran movimiento, podemos y debemos asegurar que la próxima generación de 
personas ciegas pueden vivir la vida que quieren.

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