[NFBEspanol-Talk] Cuando Fui Casi la Víctima de Mis prejuicios Implícitos

Frida Aizenman nfbfrida at gmail.com
Fri Aug 20 00:44:50 UTC 2021


Braille Monitor

Tomo 64, Número 7

Julio de 2021

Gary Wunder, Redactor

Puede ver la foto en HTML en su navegador.

[LEYENDA DE LA FOTO: Patti Chang.]

https://nfb.org//images/nfb/publications/bm/bm21/bm2107/bm210706.htm

Cuando Fui Casi la Víctima de Mis prejuicios Implícitos

por Patti Chang

Nota delRedactor: Patti es una trabajadora incansable en nombre de la 
Federación Nacional de Ciegos, pero su vida no está capturada en esa frase.

Ella es esposa, madre y pensadora reflexiva.

Todos somos bendecidos por sus reflexiones, así que disfruten de una que 
ella ha elegido compartir:

Cuando estaba en la universidad, la forma más productiva de introducir 
material impreso en mi cerebro era trabajando con lectores humanos. A 
veces fui lo suficientemente afortunada

de tener un libro grabado en cinta, pero en general lo que quería no 
estaba disponible, y conseguirlo no era tan eficaz como utilizar a un 
ser humano competente quién podía ir directamente a la página que quería 
leer,

hojear por párrafo y ayudarme a revisar la información que había 
subrayado o resaltado. Esto me dio experiencia

en contratar, supervisar y ocasionalmente despedir a personas que 
simplemente no podían hacer el trabajo que necesitaba.

Sabiendo que utilizaba servicios de lectura en vivo, un día recibí una 
llamada de Fred Sanders quien dirigía la oficina de servicio para 
estudiantes discapacitados de la Universidad de Michigan State. Su 
solicitud fue que contratara a otro lector. Ya tenía unas tres semanas 
en el trimestre y tenía todas las personas que necesitaba, así que mi 
respuesta fue un no inmediato.

Su respuesta fue que tenía un tipo muy agradable que estaba en una 
sociedad de honor llamada TowerGuard, y a las personas en esa organización

se les pidió que dieran un cierto número de horas como voluntarios.

También explicó que el joven que deseaba que contratara había intentado 
grabar cintas, pero debido

a su acento, nadie podía entenderlo.

Mi no inicial, se reforzó con la idea de que no tenía ninguna razón para 
contratar a un lector que nadie puede entender,

y asumí que sería parte de ese grupo. Seguí mi camino, contenta de que 
se tomara la decisión y concluyera la conversación.

Pero resulta que el director fue muy persistente. Aproximadamente una 
semana después, me llamó y procedió a tomar otro rumbo para avanzar en su

argumento. Me dijo que yo estaba tomando Español, que este lector sabía 
Español con fluidez, que ciertamente me vendría bien una buena ayuda en 
esa área, y el director

simplemente no podía decirle a un hombre dispuesto a donar horas de 
servicio que no tenía interesados. Por razones que ahora no recuerdo, 
dije que sí.Quizás fue su

pura tenacidad, pero dejé perfectamente claro que el trabajo del joven 
era provisional y que no me comprometía a que saliera bien. pensé

que como mínimo podía trabajar en mi acento español, que en ese momento 
era atroz. Todavía lo es.

Así fue que este amable joven señor llamado Francisco nacido en Honduras 
de ascendencia china, vino a leerme.Curiosamente, no encontré ninguna 
dificultad

en comprender su acento; en todo caso, me costó mucho lograr que 
hablara, excepto cuando estaba leyendo. Era una de las personas más 
tímidas que conocía.

Lo encontré inteligente y bastante competente. Las sesiones de lectura 
fueron más o menos lo que esperaba, excepto que me di cuenta de que se 
quedaba

por un tiempo después de que terminábamos, y encontraba excusas 
convenientes para pasar por ahí. Esto casi no me impresionó en ese 
momento, pero mi compañera de cuarto me dijo

que era obvio que Francisco estaba interesado en mí. Con confianza 
respondí que no. Estaba segura de que la única razón por la que andaba 
por ahí era porque

él quería aprender Inglés y que yo le estaba haciendo un favor 
enseñándole pacientemente. Recibí un mensaje similar de mi entonces 
novio que dijo que Francisco

estaba interesado, y Le di a su preocupación toda la consideración que 
pensé que merecía, que era aproximadamente cero. Esta era simplemente 
una relación de trabajo, y

aunque podría gustarme, nunca consideraría salir con alguien que 
trabajara para mí. Cruzaría líneas que dificultarían la supervisión y, 
además,

solo estaban viendo cosas que no estaban allí.

Resulta que al principio de nuestra participación, Francisco le dijo a 
su hermano que estaba interesado en mí, y tomó la decisión consciente de 
esperar

a que se me pasara

eso de mi entonces novio con el que estaba seguro de que eventualmente 
yo terminaría ya que era un "idiota." Aproximadamente un año después de 
lo que pensé que era una buena relación de trabajo, después de que el 
novio pasó a la historia,Francisco anunció que renunciaría. Yo estaba 
impresionada; en ese momento, en realidad le estaban pagando, su trabajo 
voluntario

ya habiendo sido completado. Confundida, le pregunté por qué no quería 
trabajar más, y le aseguré que pensaba que nuestra relación de trabajo

iba bien. Su respuesta fue clara y directa: "Renuncio porque no saldrás 
conmigo mientras yo trabaje para ti". Estaba desconcertada pero tenía

que admitir que lo que dijo era verdad.

Al mirar hacia atrás en ese año, me di cuenta de que estaba ignorando a 
Francisco a pesar de las señales de mi compañera de cuarto y ex novio 
porque nunca

imaginé

casarme con alguien que no sea un hombre blanco. La idea de hacer algo 
diferente me resultaba inconcebible. Estaba limitando mis propias 
posibilidades por

los prejuicios implícitos que llevaba conmigo, los que simplemente veía 
como verdad por la forma en que funcionaba la vida, y la forma en que 
iban a ser las

cosas. Me di cuenta de que este particular

prejuicio era uno en el que nunca había pensado detenidamente, pero que 
simplemente lo había considerado tan evidente que no requería pensarlo.

Una vez que reconocí mi prejuicio y decidí ir más allá, no me tomó más 
de dos o tres citas para darme cuenta de que estaba enamorada de Francisco

también. Pero, ¿no es sorprendente que tuviera que hacer algo tan 
dramático como dejar su trabajo para que yo le diera la más mínima 
consideración como pareja romántica? Ahora, después de treinta y siete 
años de matrimonio, es difícil creer lo que casi dejo escapar. Qué costo 
ambos hubiéramos pagado por mi prejuicio,

sin mencionar a los maravillosos seres humanos que trajimos al mundo, 
nuestra hija Julia y nuestro hijo Johnathon.

Me he tomado el tiempo de escribir este artículo porque creo que a 
menudo nos acercamos a la idea de eliminar los prejuicios como algo que 
hacemos por

los demás. Pero como mi

caso lo demuestra tan claramente, soy la persona que más se benefició de 
la eliminación del prejuicio implícito, y valió la pena el pensamiento, 
el examen

de conciencia,

y el desafío de lo que parecía indiscutible. Ahora disfruto de algo más 
allá de cualquier valor monetario que pueda asignársele. Nosotros, como 
todas las parejas lo tienen,

definitivamente tuvimos nuestros altibajos; pero como nuestra canción lo 
dice, "Él Sigue Siendo el Número Uno","

esto prácticamente lo dice todo. ¿Qué nos perderíamos si me aferrara a 
la convicción

de que mi pareja debe ser blanca?



More information about the NFBEspanol-Talk mailing list