[NFBEspanol-Talk] No Sólo Sobreviviéndo el Desastre del 11 de Septiembre, Sino Que También Probeyendo Liderazgo en Una Emergencia de Vida o Muerte

Frida Aizenman nfbfrida at gmail.com
Sat Sep 11 16:44:02 UTC 2021


Por Michael Hingson
Martes, 6 de julio del 2010
Doctor Maurer, compañeros Federacionistas, y amigos. Durante los últimos 
meses, hemos visto los aplazamientos de una frase que era la palabra del 
reloj que sonaba tan alto y tan fuerte después del 11 de septiembre. 
Cada rato hoy, he oído, como lo oí entonces, que la gente dice: "Tenemos 
que volver a la normalidad." Pienso en el hecho de que, en realidad, no 
se puede porque lo normal no será lo mismo otra vez. En lugar de 
intentar volver a la normalidad, tenemos que encontrar una nueva 
normalidad. Un normal que incorpora lo que nos sucedió, y lo que nos 
ayudará a seguir adelante. A veces, una nueva vida normal se convierte 
en nuestra forma de vida poco a poco. Tuvimos una nueva normalidad en 
nuestras vidas cuándo comenzamos a volar en aviones, y el transporte 
llegó a ser tan fácil para distancias tan largas. Una nueva normalidad 
comenzó a surgir cuándo la radio se desarrolló. Y, sí, una nueva 
normalidad surgió cuándo la televisión entró en escena. El nuevo medio, 
aunque como Fred Allen dijo: "Entiendo por qué se llama el nuevo medio, 
porque todo lo que hacen en la televisión es sólo a medias. (Risas).
Lo normal nos es a veces impuesto, como sucedió con el 11 de septiembre. 
Nosotros, en la Federación Nacional de Ciegos estamos involucrados en la 
creación de una nueva vida normal todos los días. Nuestras oportunidades 
de hacer eso son un reto de forma regular.
Sin embargo, me refiero concretamente a un caso que recientemente se 
produjo cuándo el doctor Richard Besser, Corresponsal Médico de ABC, 
informó sobre, lo que podría ser un gran avance en la investigación con 
células. El 23 de junio de este año, el doctor Besser informó sobre las 
células madre, y cómo una de las células madre del ojo, propias, podrían 
ser utilizadas para regenerar córneas. Pero, comenzó su informe de esta 
manera:
"Imagíne, toda la belleza de la vida se ha ido en un instante. De pronto 
queda cegado por un accidente terrible, y sólo puede ver la luz, y la 
oscuridad. Pero ahora, a través de un avance innovador sísmico, usando 
células madre del propio ojo, promete nueva vista a aquellos cegados por 
quemaduras."
¡El informe fué estupendo! El informe era bueno. Es maravilloso ver la 
investigación con células madre avanzando. Especialmente el uso de 
células madre propias para regenerar órganos o partes del propio cuerpo. 
Pero mire cómo empezó este informe. Lo hizo a costa de, y en detrimento 
de las personas ciegas al decir:
"Imagíne, toda la belleza de la vida, ¡toda la belleza de la vida! Se ha 
ido en un instante."
El Doctor Besser ha dejado muy claro que las personas ciegas, en su 
opinión, no pueden ver la belleza de la vida, específicamente, que 
considera que sólo se puede experimentar la belleza de la vida por la 
vista. En realidad, sabemos que la belleza de la vida se experimenta por 
la visión, que no necesita la vista. (Aplausos).
el informe del doctor Besser tenía un valor de impacto, pero el doctor 
Besser, al igual que muchos, como hemos oído hoy en la profesión médica 
oftalmológica, necesitan aprender una nueva normalidad.
Oh, es normal en la mente de muchas personas, que los ciegos no pueden 
trabajar, no pueden hacer nada en absoluto. Pero, esa es su percepción, 
y supongo que su idea de las cosas hace que sea normal. Pero la realidad 
es que sabemos que es diferente. Nosotros, los que somos ciegos, debemos 
demostrar al doctor Besser y a otros que la belleza de la vida va más 
allá de la vista. Tenemos que demostrarle que si, experimentamos la 
belleza de la vida.
Sentado en el jardín de mi casa, oigo los halcones volando, tratando de 
encontrar a los patitos, y salvamos a los patitos con el ruido del 
zapato, alejándolos, ¡pero podemos oírlos! Podemos experimentarlos.
Vemos la belleza de la vida de muchas maneras. La belleza de la vida 
está aquí en este salón, en esta organización. (Aplausos).
Una organización fundada hace setenta años por un hombre que nació el 6 
de julio.
Feliz cumpleaños Doctor tenBroek.
(Aplausos).
Pero también vemos los horrores de la vida. También, como aquellos que 
tienen vista, aunque a veces no visión, vemos los horrores de la vida, 
los vemos cada vez que sufrimos discriminación. Los vemos cada vez que a 
padres de familia ciegos se les dice que no pueden quedarsen con sus 
hijos, y tienen que luchar para recuperarlos. Los vemos cada vez que a 
una persona ciega se le niega el acceso a volar en un avión, o a ir a un 
edificio, o vivir nuestras vidas. También vemos los horrores de la vida 
porque hemos crecido tanto como personas, que estamos en el mundo como 
todos los demás.
Ciertamente, el mayor horror de la vida que podría haber sufrido alguna 
vez, era estar en el centro commercial mundial, World Trade Center, el 
11 de septiembre.
Deseo contar el relato puesto que, lo que salió del terror, lo que salió 
de todo lo que pasó, esto también es un bello relato. Un relato de 
trabajo en equipo, un relato de personas que se ayudaron entre sí, y un 
relato de crecimiento que hace que lo que ocurrió en el World Trade 
Center sea tan importante, y tan vívidamente sea el punto de ganancia 
positiva en todas nuestras vidas. Cada vez que pienso en lo que sucedió 
el 11 de septiembre, no puedo evitar recordar las palabras de Mahatma 
Gandhi quien dijo una vez:
"La interdependencia debería ser, y es tanto el ideal del ser humano, ya 
que es la autosuficiencia."
Porque en el 11 de septiembre, todo el mundo ayudó a todo el mundo. 
(Aplausos).
Para mí, comenzó a la una de la mañana, cuándo comencé a experimentar 
una tormenta, y a mi perra guía, Roselle, en aquel momento ¡no le 
gustaban las tormentas eléctricas! Hoy, ella es un poco mejor acerca de 
ello, pero no tenemos muchas en California.
En ese entonces, ella tenía mucho miedo, y tuvimos una tormenta muy de 
mañana, así que tuvimos que bajar a mi sótano donde solíamos ir, y 
encender el estéreo, el ordenador, hacer un trabajo, y tratar de 
enmascarar el ruido para ella. Ella siempre va y se esconde debajo de mi 
escritorio. Sobre todo, sin embargo, aquella mañana, fué un poco 
frustrante porque tenía que preparar, y estaba listo para ir a hacer un 
trabajo especial en nuestra oficina. Trabajaba en aquel momento para 
Quantum Corporation, y era el gerente de ventas original de la Región 
del Atlántico Medio de Quantum.
Ibamos a realizar algunas sesiones de entrenamiento especial ese día 
para algunos de nuestros socios distribuidores. Iba a levantarme más 
temprano de lo habitual para estar en la oficina antes de que todos 
llegaran, y todavía tenía que hacerlo, a pesar de que tenía que estar 
despierto hasta por una hora y media en medio de la noche.
Fui a la oficina. Los mejores planes siempre no van bien en una forma u 
otra. Así que había planeado tomar un tren temprano, y el tren ¡se baró! 
Por lo tanto, no llegué temprano después de todo. Llegé justo cuándo un 
señor de la cafetería del complejo de la Autoridad Portuaria traía la 
comida que nos iba a servir ese día, y yo le digo a la gente que estos 
eran algunos de los mejores cruasánes de jamón y queso que he comido. 
¡Me hacen falta terriblemente! Entramos, y él los alistó.
Fui a mi oficina. Pronto David Frank, un colega de nuestra oficina en 
California que se encontraba allí ese día también llegó temprano con 
algunos de nuestros invitados. David estaba allí porque tenía 
responsabilidades en cuentas con algunas de las personas que se 
encontraban allí ese día.
Arreglamos la computadora portátil para hacer la presentación en 
Powerpoint, y yo iba a estar haciendo eso. Es genial cuándo una persona 
ciega tiene una presentación en Powerpoint. Todo el mundo piensa que no 
puede hacerlo, (Aplausos).
Lo que es muy divertido es hacerlo sin nunca darse vuelta para mirar a 
la pantalla ¡porque sé lo que está en las diapositivas! (Risas).
Así que todo lo que tengo que hacer es señalar para atrás.
Me han dicho en muchas ocasiones,
"sabe, no nos atrevimos a quedarnos dormidos cuándo presenta, puesto que 
seguía mirando hacia nosotros, y se nos olvidó que era ciego, y 
sencillamente no nos atrevimos a quedarnos dormidos, ¡porque pensamos 
que se daría cuenta!" (Risas).
Mi respuesta, por supuesto, era:
"¡Yo me habría dado cuenta! Además, mi perra guía Roselle toma notas, y 
hubiéramos sabido quiénes son!" (Risas).
Sin embargo, David estába allí, habían algunos que fueron primeros en 
llegar allí, estábamos todos listos esperando por el resto de los 
invitados que llegaban. A las ocho y cuarenta y cinco de la mañana, 
David y yo estábamos en mi oficina haciendo algunos preparativos finales 
para la seguridad de la Autoridad Portuaria, la preparación de una lista 
de todas las personas que estaban aquel día, y de repente, oímos una 
explosión ensordesedora, el edificio se confinó, y luego comenzó a 
inclinarse. Todo el edificio comenzó a moverse en una dirección, no 
sacudiéndose de un lado a otro como terremotos que conocemos lo hacen en 
California.
Si algunos de ustedes no han experimentado uno, tal vez podamos hacerlo 
en alguna parte. (Risas).
Tenemos un sacerdote jesuita aquí, pues debe ser capaz de ayudar con eso 
... (Risas).
Tal vez si recaudáramos fondos suficientes, ¡podría hacerlo! (Risas).
Pero el edificio comenzó a moverse en una dirección. Como supimos 
después, fué como debe ser, porque el edificio tenía realmente 
coyunturas de expansión que lo hizo funcionar como un resorte muy grande.
Aquellos de nosotros en el mundo de la física lo entendemos.
Así que el edificio continuó inclinándose, e inclinándose, e 
inclinándose, y David y yo dijimos,
"¿Qué está pasando?”
No habían ruidos que vinieran de nuestra sala de conferencias, David y 
yo habíamos especulado.
Después de haber crecido en California, y estar acostumbrado a templores 
de tierra, me trasladé a la puerta, reconociendo que, si se mueve la 
construcción, vaya a la puerta. No importa si se trata de un terremoto, 
y bien, estábamos a sólo setenta y ocho pisos sobre la calle, pero 
bueno, se mueve a la puerta de todas maneras. Es la costumbre. (Risas).
Nos movimos hacia la puerta, David permaneció teniéndose en mi 
escritorio. Él es de Nueva York. No conocía terremotos. (Risas).
Roselle dormía debajo de mi escritorio, y David y yo dijimos,
"Nos vamos a caer a la calle."
El edificio continuaba inclinándose. Nos movimos unos veinte pies.
David y yo nos dijimos adiós porque pensamos que íbamos a caer setenta y 
ocho pisos más abajo a la calle ...
En ese momento, el edificio se detuvo, y comenzó a moverse de nuevo 
hacia el otro lado. Se movió, se movió. Esperanza contra toda esperanza 
que no íbamos a caer, y de pronto el edificio se enderezó otra vez.
Volví a mi oficina, y encontré a Roselle saliendo de debajo de mi 
escritorio. Le cogí la correa y le dije heal, (ajústate), lo que 
significa que se ponga a mi lado izquierdo, y que se siente. Lo qcual 
ella hizo. Y en ese momento, el edificio cayó en línea recta unos seis 
pies. Eso también es como debe ser, aunque no lo sabíamos en ese 
momento. Ello se debe a que las coyonturas de dilatación se contrajeron. 
¡El edificio funcionó a la perfección!
Tan pronto como el edificio había caído, David soltó mi mesa, se volvió, 
y miró por la ventana, y empezó a gritar: "¡Oh, Dios mío! Hay fuego y 
humo por encima de nosotros. Y hay millones de trozos de papel en fuego 
cayendo afuera de la ventana. Tenemos que salir de aquí ahora mismo!"
Y yo oía el papél que quemaba fuera de la ventana. ¿No olía el humo, 
pero, sin duda creía en lo que David estaba diciendo. Los edificios no 
hacen lo que nos acabó de hacer, sin que algo andara mal. Y él siguió 
diciendo:
"Tenemos que salir de aquí".
Yo le dije: "Despacio David".
Porque véan, yo había tomado las clases de la Autoridad Portuaria que 
estaban disponibles sobre la evacuación de emergencia. También había 
participado en simulacros de incendios, y tuve también, gracias a la 
Autoridad Portuaria, una copia de la seguridad contra incendios del 
manual de procedimiento ¡en Braille! (Aplausos).
En algún momento después de recibir ese manual, me lo llevé a casa, y 
así, sigue estando en mi estante de libros, en un lugar preciado hoy.
David decía: "Tenemos que salir de aquí",
y yo decía:
"Despacio David, lo haremos, pero vamos a evacuar de manera ordenada".
Y él dijo:
"No, no entiendes, tenemos que salir de aquí ahora mismo."
Y yo decía: "Despacio."
Nuestros clientes empezaron a gritar. Ellos comenzaron a moverse hacia 
nuestra salida.
Así, David decía:
"Tenemos que salir de aquí. Hay millones de trozos de papél en fuego 
cayendo afuera de la ventana, y no hay humo, y hay un incendio. No 
podemos quedarnos aquí".
¿Conciven el cuadro? El hombre vidente viéndo esta cosa entera, 
horrible, y el hombre ciego diciendo, despacio.
Pero, yo sabía algo que David no sabía. Yo estaba observando algo que 
David no estaba observando. Se remonta a utilizar todas las habilidades 
que tenemos. Toda la sabiduría que cada uno de nosotros hemos recibido 
de la Federación Nacional de Ciegos en nuestra propia experiencia de la 
vida. Yo estaba observando a una perra sentada junto a mí, que estába 
moviendo la cola y bostezando, y no indicaba en modo alguno ¡que se 
sentía nerviosa! (Aplausos).
Y si bien, nuestra situación podría haber cambiado en cualquier momento, 
en ese momento instantáneo, en ese momento, ¡sabía Que podríamos evacuar 
con seguridad de acuerdo a procedimiento!
Finalmente David llegó a concentrarse, y yo le dije:
"David, lleva a nuestros invitados a la escalera, y comiénzalos a bajar, 
y luego nos vamos."
El lo hizo. Llegó a la escalera, los llevó a las escaleras, y los 
comenzó en su camino hacia abajo, mientras yo llamaba a mi esposa Karen, 
para abisarle que íbamos a evacuar porque había habido una explosión, o 
algo así, y que la llamaría tan pronto como pudiera.
Debo explicar que, los dos somos discapacitados. Ambos tenemos 
discapacidades. Karen se encuentra en una silla de ruedas. Funciona de 
maravilla. Ella lee, y yo empujo. (Risas).
Siempre quise ser un traficánte, ya saben.
(Risas).
¡California!
(Risas).
Así que, David volvió, y tomó una barrida a través de la oficina. 
Tratamos de apagar un poco de equipo. Sabíamos que no íbamos a estar de 
regreso durante días, y por eso, pensamos que era hora de ahorrar 
energía. No teníamos la menor idea de lo malo que era, por supuesto.
Salimos, fuimos al frente de la escalera.
A las ocho y cincuenta comenzamos a bajar. Casi de inmediato, comencé a 
sentir un olor. El olor que yo olía era familiar, pero no podía 
ubicarlo. La gente a mi alrededor no lo podía entender. De repente me di 
cuenta de esto, que lo que se olía, era el humo de combustible para 
aviones. Fué el queroseno, propano, le dije a la gente, y ellos dijeron,
"Si, tiene razón, eso es lo que es."
Y así, asumimos que se trataba de un avión, porque pensamos que era el 
combustible para aviones en llamas, pensamos que un avión había golpeado 
a nuestro edificio, pero no sabíamos por qué.
Pero todos nos fuimos por las escaleras, y continuamos hacia abajo. 
Alguien gritó desde arriba de nosotros,
"víctima quemada que viene pasando. Muévanse hacia un lado de la escalera.”
Y entonces, un grupo de personas nos pasó, mientras que David había 
descrito que una mujer rodeada de un número de personas, estaba muy 
malmente quemada en su parte superior del cuerpo. Habían sólo quemaduras 
en todo su cuerpo. Pero, ella era ambulatoria y capaz de caminar.
David dijo que parecía en estado de shock, pero estaba bajando las 
escaleras.
Después de que ella pasó, comenzamos a bajar de Nuevo, y pisos más tarde 
escuchamos de nuevo,
"víctima quemada que viene pasando, muévanse hacia un lado."
Y lo hicimos.
El mismo escenario una vez más, un grupo que rodeaba a alguien muy, muy 
quemado, junto a nosotros en la escalera.
Casi tan pronto como el segundo grupo se había ido, una mujer cerca de 
nosotros en la escalera se detuvo y dijo,
"no puedo respirar, no puedo seguir, no vamos a salir de aquí."
Todos nosotros nos detuvimos alrededor de ella. La rodeamos, y tuvimos 
un abrazo en grupo, y le dijimos:
"Mira, estamos en esto juntos. Por supuesto puedes ir. Nosotros te 
ayudaremos. Estamos contigo. No te preocupes.”
Y seguimos bajando por la escalera, y ¡así lo hizo ella!
Poco después, sin embargo, mi amigo David dijo:
"Mike, vamos a morir, no vamos a salir de aquí."
(Risas),
“Y yo voy a…”
“Oh, rayos.”
Le dije:
"¡Basta, David, si Roselle y yo podemos ir por esta escalera, así lo 
puedes hacer tú."
Y, me dijo después que hablarle bruscamente como que lo sacó de su 
desaliento, y lo que entonces él hizo fué algo que creo que todavía es 
verdaderamente notable en la actualidad.
Me dejó, y bajó las escaleras debajo de nosotros, y luego se puso a 
gritarme todo lo que estába viendo.
Gritó hasta en qué piso estaba, si veía algo en la escalera, y se quedó 
un piso abajo de donde yo estába.
Pero creo que no era yo quien lo necesitaba más sino toda la otra gente 
que nos rodeaba.
David se convirtió en un explorador, un faro para tanta gente en las 
escaleras mientras gritaba:
"Estoy en la planta 48, 47, todo está bien, 46, 45, 44, nos encontramos 
en la entrada de la cafetería de la Autoridad Portuaria, 43,"
y continuó hacia abajo.
Allá arriba, yo sabía que el miedo era palpable, que se podía cortar con 
un cuchillo, como se dice. Sabía que lo primero que tenía que seguir 
haciéndo era mantener a Roselle concentrada. Así que la seguí felicitándo.
"Buena chica, lo estás haciendo muy bien. Sigue bajando las escaleras, 
buena chica, muevete, (hop up). Sólo mantiénete concentrada, buena chica."
Más tarde me dijeron que sin duda también ayudó a un grupo de gente, 
pero realmente me ayudó a mí, porque me mantuvo centrado en ella, en vez 
de lo que estába pasando que nos rodeaba.
Oh, había parado una oreja para cualquier ruido desde arriba que me 
dijera que el edificio se iba a caer sobre mi cabeza. Mucho bien que me 
haría. Pero, centrándome en ella, y el hablar con confianza, la ayudó a 
centrarse. Y a guíarme por las escaleras, y no mirar por detrás mío, y 
no actuar con miedo. A su vez me dijo que ella estaba bien, y que yo 
puedo estar bien.
Todos nos ayudamos unos a otros bajando las escaleras. Fué la 
interdependencia, que era el trabajo en equipo.
Pero ustedes saben, yo tenía un miedo de ir por las escaleras. Ahora 
bien, crecí pensando siempre que la ceguera no era realmente una 
discapacidad, que el verdadero problema de la ceguera consiste en las 
actitudes, las actitudes pobres, y las ideas erróneas que la gente tiene 
sobre la ceguera, así como las malas actitudes y las ideas erróneas que 
tenemos sobre nosotros mismos . Pero, sin embargo, sabía que habían 
algunas situaciones en las que sin duda podría funcionar mejor que el 
hombre promedio vidente, y que sin duda esto pudiera ser, en el 11 de 
septiembre, una posibilidad que podría enfrentar.
Es decir, estába preocupado, aunque teníamos iluminación de energía, que 
de repente las luces se apagaran, y yo estuviera en la escalera con 
miles de personas funcionalmente ciegas que no podrían encontrar la 
manera de salir de una bolsa de papél. (Risas).
Así que, le dije a la gente,
"No quiero que nadie se preocupe, si las luces se apagan, Roselle y yo 
estamos aquí, y estamos ofreciendo a medio precio un especial para 
sacarlos hoy sólamente".
(Risas).
Tengo que vender también, ¡ustedes saben!
Seguimos por las escaleras. Todos se ayudaban mutuamente, a veces con 
humor, a veces con sólo una especulación. Habíamos oído rumores de que 
dos aviones habían chocado y aplastado una de las torres, que un avión 
se salió de control, oh, habíamos escuchado todo tipo de cosas. También 
hablábamos entre nosotros. Recuerdo que en un momento dado, solo para 
aclarar el estado de ánimo, porque parecía que estaba bastante sombrío, 
dije:
"Oigan ahora, el primer día que nos permitan volver nos encontraremos en 
la planta 78 a las ocho y cuarenta y cinco de la mañana para bajar las 
escaleras juntos. ¡Qué gran manera de perder peso! ¿Ja?"
(Risas).
No era lo suficientemente tonto como para sugerir que empezáramos desde 
abajo y fuéramos subiendo. ¡Sé de la gravedad!
(Risas).
33, 32, piso 31, David habló. 30, oiga todo el mundo, bomberos suben por 
las escaleras. Muévanse a un lado. Dejémos a los bomberos pasar.
Fui hasta donde estába David, y le pregunté lo que vio y me dijo:
"Veo bomberos subiendo por la escalera. Están todos vestidos con sus 
ropas pesadas de protección y están llevando todo su equipo a la 
espalda. Cilindros, oxígeno, hachas de fuego, palas, todas las cosas que 
necesitan para luchar contra el fuego,”
y luego, finalmente, el primero llegó hasta nosotros y paró. Buen New 
Yorqueño que era, dijo,
"Compañero, ¿está bien?"
(Risas).
Y dije:
"Sí, estoy bien. No se preocupe. Estamos bien."
"Vamos a enviar a alguien por las escaleras con usted para asegurarnos 
de que salga.”
Y yo le dije,
"No se preocupe, estamos bien."
Él dijo,
"Si, tal vez. Eso está bien, pero vamos a mandar a alguien con usted.”
Y le dije:
"Mire, no se preocupe por eso."
No era el momento para dar una conferencia sobre que la ceguera no es la 
discapacidad... ¡Ya saben!
(Risas).
Y volvió a decir: "Vamos a mandar a alguien con usted."
Pero yo estaba preocupado. Tenía miedo en realidad, porque me preocupaba 
de que si enviaba a alguien conmigo a quien realmente necesitaban en lo 
alto, y algo sucedía, y se perdieron, y fueron menos de una persona que 
podría haber marcado la diferencia, ¡no quería ser responsable de eso!
Así que de nuevo le dije:
"Mire, tengo mi perro guía. Hemos venido desde el piso 78 sin ninguna 
ayuda. Estamos muy bien, no se preocupe por eso."
"Sí, está bien, que buen perro es."
Él comenzó a acariciar a Roselle.
(Risas).
No era el momento para dar una conferencia sobre no acariciar al perro 
guía mientras trabaja con el arnés.
(Risas).
Yo le dije:
"Mire, estamos muy bien."
Y él dijo:
"Sí, vamos a mandar a alguien con usted."
Finalmente utilicé la última arma, porque sí. Le dije:
"Mire, tengo aquí un amigo, David, David ve, estamos muy bien.” Él se 
volvió hacia David.
"¿Está con él?"
(Risas).
David dijo:
"Si, estamos bien, no se preocupe."
"Bueno."
Él le dio a Roselle una caricia más. Roselle le dio un beso.
(Risas).
Probablemente, el último cariño incondicional que recibió en su vida.
Y siguió escaleras arriba.
Los bomberos verdaderamente fueron héroes. Las personas que perdimos. 
Perdimos a los bomberos. A toda la gente. Considero que todos actuaron 
heroicamente de muchas maneras el 11 de septiembre, pero sin duda, la 
gente que perdimos. Nuestros héroes. y tenemos que reconocerlos.
Nunca le pido a la gente que llore su muerte. He hablado con muchos 
bomberos desde entonces, y voy a hacer lo que he hecho con ellos, y 
pedirles que no tengan un momento de silencio para llorar su muerte, 
sino que me ayuden a celebrar las vidas de las personas que hemos 
perdido ¡dando una ronda de aplausos!
(Aplausos).
Y así, mientras los bomberos siguieron pasando al subir las escaleras, y 
nuestra escalera amplia efectivamente estaba ahora reducida a la mitad, 
continuamos bajando por las escaleras.
David volvió a su posición de exploración. 28, 27, y continuamos por las 
escaleras. Más lento que antes, con más cuerpos en las escaleras, pero 
seguimos adelante. Seguimos con más calor a causa de toda la gente. 
Botellas de agua fueron pasadas, de modo que cada uno de nosotros 
pudiera tomar. Las compartimos. Roselle, David, y yo, compartimos una 
Botella de agua, y seguimos adelante.
David volvió a tomar la posición de exploración. Por último, David llegó 
a la primera planta. Estábamos en el segundo piso, y me dijo:
"Atención a todos, hola Mike, los rociadores de agua están en la 
escalera en la parte inferior. Vas a tener que correr a través del agua 
para salir del vestíbulo de entrada”,
y luego se había ido.
Llegamos a la parte inferior. Había un aguacero torrencial. Tomé el 
arnés de Roselle y le dije:
"Adelante",
y luego dije:
"Hop up", (Muevete), que es un comando para acelerar, y soltamos a 
través de este aguacero torrencial que estába actuando como una cortina 
para mantener el fuego fuera de las escaleras, o en las escaleras, fuera 
del vestíbulo, si bajara la escalera, y de golpe en el vestíbulo de la 
torre número uno.
Estábamos hasta los tobillos en el agua en cada paso que tomábamos, a 
través de esta agua. Pisábamos y rompíamos ladrillos del techo que 
habían caído, y los pedazos de mármol que fueron agrietados bajo los 
pies. La gente estába en el vestíbulo gritando:
"Vayan por este camino, vayan por este camino."
Nunca dejaron que alguien saliera al exterior, sino más bien, todo el 
mundo estába corriendo por el vestíbulo, a través de las puertas 
centrales, a la galería que separaba a las torres.
La galería que era un centro comercial típico, que tenía todas las cosas 
usuales que se encontrarían en un centro commercial bastante pequeño, 
pero un centro comercial muy ocupado.
Una tienda Hallmark de tarjetas de felicitación, un RadioShack, un lugar 
de fotos para el pasaporte abierto las 24 horas, y estaban allí los 
lugares más importantes. Los que realmente importaban, Chocolate Godiva,
(Risas),
el deli, o Tienda de Productos Gourmet. Todos los lugares que le 
gustaría encontrar en un centro comercial, por lo general lleno de miles 
de personas a las nueve y treinta y cinco de la mañana, pero ahora 
totalmente silencioso. Se podía escuchar el piso del pie a medida que 
corría por el vestíbulo, a través de la galería de la torre, finalmente 
subiéndo por una escalera mecánica, y a las nueve y cuarenta y cinco de 
la mañana, de golpe a la luz del sol por primera vez desde que salimos 
de nuestra oficina.
A medida que salimos, nos dijeron que abandonáramos el complejo, y antes 
de hacerlo, David miró a su alrededor, y me dijo:
"Mike, me parece ver fuego en la torre número dos."
Yo le dije:
"¿De qué estás hablando!"
Y él dijo:
"Hay fuego allá arriba."
¡No teníamos ni la menor idea! No habíamos oído nada, nadie nos dijo 
nada, no teníamos idea de lo que había sucedido.
Pero, así como nos dijeron, nos fuimos del complejo, y circulámos 
alrededor para conseguir volver a Broadway, y comenzamos a viajar al 
norte hacia Mid Town Manhattan, pasando por varias calles, y luego 
finalmente llegamos a la calle Fullton donde nos detuvimos. Así que 
estábamos al norte. Estaríamos en la esquina suroeste, cuando nos 
detuvimos que podría ser la Torre número Dos diagonalmente pasando la 
calle de nosotros, a menos de cien yardas de distancia.
David quería tomar fotos de lo que podía ver. Traté de llamar a mi 
esposa Karen, y no pude llegar a ella.
David estaba terminando de guardar su cámara, y yo acababa de guardar el 
teléfono después de tener otro mensaje de, los circuitos están ocupados, 
cuándo un oficial de policía cerca de nosotros gritó:
"¡Fuera de aquí, está viniéndose abajo ahora!"
Escuchamos este ruido que a continuación, rápidamente se convirtió en un 
rugido ensordecedor, una concofonía increíble de sonido que sólo puedo 
describir como una especie de combinación de un tren de carga, y una 
cascada, todo junto. Se derrumbó la Torre Número Dos a menos de cien 
pies diagonalmente en frente de nosotros. Tengan en cuenta que se 
trataba de un centenar de yardas de altura, a menos de cien yardas de 
distancia. Todos se dieron vuelta y corrieron por sus vidas. Nadie 
estaba ayudando a nadie. David se había ido hace tiempo. Yo 
corporalmente voltié a Roselle, y empecé a ir de nuevo en la forma en 
que vine, yendo de la Calle Fullton, de nuevo a la calle anterior, y me 
acordé mientras corría, que estába pensando, Dios, no puedo creer que 
nos hayas dejado salir del edificio sólo para que caiga sobre nosotros.
Y les diré algo que no se lo cuento a mucha gente, sino que por algunas 
de las presentaciones de hoy lo haré. Escuché en mi mente, tan 
claramente como ustedes me escuchan, una voz que dijo, no te preocupes 
por las cosas que no puedes controlar. Enfócate en el funcionamiento con 
Roselle, y el resto se hará cargo de sí mismo.
(Aplausos).
Tuve esa convicción de paz, que si hiciéramos lo indicado estaríamos 
bien. Así que corrimos. Llegamos a la siguiente calle, doblé a la 
derecha para tratar de poner un edificio entre nosotros y el colapso de 
la Torre Dos, como si realmente marcara una diferencia.
Corrí un poco, y de pronto llegamos a donde estába David quien se dio 
cuenta de que había corrido, y nos habíamos separado, y él se había dado 
vuelta, e iba a regresar. Me encontré con él, y se disculpó, y dijo:
"Lo lamento, Mike, te dejé."
Y yo dije:
"David, no te preocupes, el edificio se viene abajo, ¡sigue adelante!"
( Risas).
Así que corrimos. Casi de inmediato, estábamos envueltos en la nube de 
polvo que eran las partículas finas de ruptura de la Torre Dos. La 
suciedad y los escombros que como David había descrito, eran tan 
espesos, que sólo podía ver cerca de seis pulgadas en frente de su 
nariz. Les puedo decir, era tan espesa ¡que se podía sentir ir abajo en 
la garganta con cada respiración que tomábamos! Nos ahogaba en ella, y 
sabíamos que teníamos que salir de eso, así que empezamos a buscar una 
entrada al edificio que estába directamente a nuestra mano derecha. 
Rocas y escombros caían a nuestro alrededor. Estábamos protegidos 
parcialmente por una pendiente, pero aún así, algunas piedras pequeñas 
me golpearon en el oído, y en la cabeza un par de veces. Seguimos 
corriendo, y yo decía,
“Roselle, a la derecha, a la derecha."
David estába mirando, yo estaba escuchando por una oportunidad.
De repente, escuché una apertura, y Roselle obviamente la vio porque 
ella giró a la derecha. Dio un paso ¡y se detuvo en seco!
Roselle había estado trabajando apropiadamente, Roselle había estado 
haciendo todo lo que debía, así que sabía que si ella se detuvo, tenía 
que haber una razón, así que, sacando un pie, descubrí que estábamos en 
la parte superior de un tramo de escaleras. ¡Ella hizo, exactamente lo 
que tenía que hacer!
(Aplausos).
Bajamos las escaleras y nos encontramos en un vestíbulo. El vestíbulo de 
la pequeña galería de la estación de metro de la Calle Fullton, y luego 
llegué a la parte inferior de la escalera.
Escuché a una mujer gritando y diciendo:
"Aucilio, no puedo ver. Mis ojos se llenaron de suciedad y no quiero 
caer en el metro."
Coincidencialmente, yo estába cerca de ella cuándo bajé las escaleras. 
Extendí la mano y la tomé del brazo y le dije:
"No se preocupe, yo soy ciego, pero tengo una perra guía, Roselle, y 
ella está bien. Ella se asegurará de que ninguno de nosotros caigamos 
por las escaleras. Usted está bien."
(Aplausos).
¿Con qué rapidez el trabajo en equipo se reacierta al ayudar a los 
demás, trabajando juntos.
Justo después de que le hablé a esta mujer, me presenté. Ella me dijo 
que se llamaba Carol. Pues, me presenté, y luego un señor del sistema de 
metro se presentó, y subió por las escaleras, y me dijo:
"Me llamo Lou, trabajo en el metro, vengan conmigo."
Habían alrededor de ocho o nueve de nosotros allí. Lo seguimos por las 
escaleras en el complejo subterráneo. Nos llevó a una sala de consigna 
para los empleados, donde había bancas, y había una fuente de agua, y un 
ventilador, y Lou nos dijo que todos podíamos permanecer allí.
Permanecimos por cerca de quince minutos, hasta que un oficial de 
policía nos encontró y dijo:
"Tienen que irse ahora, el aire es claro en lo alto."
Sin decir nada, lo seguimos. Él no trajo ninguna respuesta en absoluto. 
No estába más que ocupado haciendo lo que tenía que hacer. Lo seguimos 
como ovejas hasta las escaleras, a través de la galería y al conjunto 
final de las escaleras que surgieron a la luz del sol de nuevo, y el 
aire estába un poco mejor de lo que estába cuándo íbamos hacia abajo.
David miró a su alrededor y dijo:
"Oh, Dios mío, Mike, ya no está más la Torre Dos."
Yo le dije:
"David, ¿qué se puede ver?"
Él me dijo:
"Todo lo que veo son los pilares de humo de cientos de pies de alto, 
pero no está la Torre Dos",
y yo le dije:
"¿Estás seguro?"
Él dijo,
"si."
Permanecimos en estado de shock por un momento y luego nos dimos vuelta 
y solo nos dirigímos hacia el oeste por la Calle Fullton.
Caminamos durante unos diez minutos y luego decidimos volver alrededor 
en círculo para tratar de llegar de alguna forma a Mid Town Manhattan.
A medida que comenzamos de nuevo, de repente oímos un Nuevo sonido de 
tren de carga, y de cascada. Sabíamos que era la Torre Número Uno 
colapsando. Creíamos que estábamos lo suficientemente lejos, y que no 
nos veríamos perjudicados, y afectados por escombros, pero David vió 
otra nube de polvo que venía, así que corrimos a buscar un camino, o la 
ruta de la parte principal de la nube, cubriéndonos nuestros rostros, 
cerrando los ojos, y esperamos a que disminuyera. Cuándo lo hizo, 
abrimos los ojos, y David miró a su alrededor. Recordé una vez más lo 
que dijo,
"Oh, Dios mío, ya no está más el World Trade Center."
Volví a preguntarle lo que vio, y dijo:
"Todo lo que veo son los dedos de fuego y columnas de humo, cientos de 
pies de altura. El World Trade Center se ha ido."
Sólo permanecimos en silencio durante un par de minutos, y traté de 
llamar a mi esposa Karen en el teléfono, y esta vez entró la llamada.
Y después de las lágrimas en ambos extremos de la línea, ella fué quien 
nos dijo cómo dos aviones deliveradamente se habían aplastado contra las 
torres, uno contra el Pentágono y un cuarto más, aún faltaba de 
Pennsylvania. Habíamos sido atacados ...
Comenzamos a hacer nuestro camino hacia la Mid Town Manhattan. Llegamos 
a China Town y nos detuvimos en un pequeño restaurante Vietnamita allí 
por un tiempo para descansar. Mientras estuve allí, de repente oímos un 
avión en el firmamento. Un sonido Ruidoso de aviones. Todo el mundo 
tenía la misma entrada de la respiración. Muchos corrieron afuera, y de 
repente, el lugar estalló en aplausos cuándo vimos que eran nuestros 
chicos controlando el firmamento de nuevo.
(Aplausos).
Nos abrimos paso finalmente a Mid Town Manhattan, y más tarde ese día, 
tuve la oportunidad de coger un tren a Nueva Jersey, a Newark, y más 
tarde a Westfield.
Mientras tanto, un amigo cercano de nuestra familia, que Karen conocía 
desde la secundaria en California, Tom painter, había llegado para estar 
con ella, y cuándo llegó, ni siquiera sabía si yo estába vivo o muerto, 
pero, después ese día, condujo a Karen a la estación de tren, y me 
recogió. Escuché a la camioneta literalmente llegar cuándo llegamos, 
bajé las escaleras a través de la acera, por la rampa a nuestra 
camioneta, y pude abrazar a Karen por primera vez, y a medida que 
comparamos notas más tarde, los dos estábamos pensando lo mismo,
"¿Qué más tienen previsto que nos pueda causar no volver a vernos otra vez."
Pero pudimos.
Fuimos a casa de Tom, y con Tom Painter, perros, y todos nosotros, 
empezamos a tratar de dar sentido a lo que pasó.
Nuestro relato se hizo visible en los medios de comunicación. Tuve una 
serie de oportunidades para aparecer en programas de televisión como, 
Larry King Live varias veces, y The Morning Show, Regious and Kelly 
Live, y otros espectáculos para contar el relato.
El relato de horror, pero el relato de la belleza y el relato del 
trabajo en equipo. el relato que dice que podemos sobrevivir desastres. 
Podemos sobrevivir al cambio, y que incluso el peor tipo de cambio, el 
cambio que parece el más horrible, podría de hecho, adoptar una forma de 
cambiar para siempre. Un cambio positivo. Pero tenemos que trabajar 
juntos para hacer realidad el cambio en general. Tenemos que actuar como 
un equipo, y por lo tanto, cuento el relato del 11 de septiembre para 
ayudar a la gente a entender lo que sucedió y cómo podrían ser capaces 
de sobrevivir al cambio. Y para ayudarles a pensar sobre cómo prepararse 
para el cambio que no esperan, y para hacer los cambios que si esperan, 
o para aprender a esperar un cambio y hacer que suceda. En otras 
palabras, para encontrar una nueva normalidad.
Doctor Besser, la nueva normalidad realmente está aquí. Usted no lo 
sabe, no puede verlo, pero cierre los ojos, y ¡utilice su visión! Y 
aprenderá mucho más de lo que sabe ahora.
(Aplausos).
Sigo contando el relato, y algo que hemos soñado por algún tiempo va a 
suceder, y lo voy a anunciar aquí primero, y es que con la ayuda de un 
amigo que he hecho, y, con cierta orientación, finalmente vamos a 
escribir un libro acerca del 11 de septiembre, y lo tendremos en la 
convención del próximo año.
(Aplausos).
No es sólo mi relato, sin embargo, no es sólo un relato del 11 de 
septiembre, es su relato, es nuestro relato, es el relato de lo que es 
ser ciego, y cómo es que hay una nueva normalidad.
Mi co-autora Susie Florine se tomó el tiempo de sus vacaciones para 
estar aquí en esta convención, y está sentada en la delegación de 
California para aprender.
(Aplausos).
Chip MacGregor es uno de los mejores agentes literarios en el país, y es 
quien está teniendo este proyecto, y está trabajando en las 
negociaciones finales con los Editores de Deference Wisdom Publishers. 
Así que este libro va a suceder. Ustedes pueden ayudar, sin embargo, en 
mi página de la red

www.michaelhingson.com

Es un lugar donde pueden inscribirse para recibir notificaciones sobre 
el libro. Esto entre más gente vaya a la página de la red y ponga sus 
nombres. Y no recibirá nada. No hay publicidad en curso, y así 
sucesivamente, sólo los mantendremos informados, pero si la gente indica 
que está interesada en el libro, le mostrará a los editores cuán 
importante es esto. Así que los invito a ir, de nuevo

www.michaelhingson.com

y poner su nombre y dirección de correo electrónico. Una vez más, es 
nuestro relato. Es el relato del trabajo en equipo. Es el relato de la 
nueva normalidad. Es el relato que nos dice que podemos y vivimos en un 
mundo mejor por todo lo que hemos hecho.

El 11 de septiembre sucedió. Tan horrible como fué, habían partes 
hermosas. Ustedes han escuchado algunas de ellas. Los invito a seguir de 
aquí en adelante, y a ayudarnos a crear una nueva normalidad.
Vuélvanse totalmente móviles a nivel mundial, por cierto. Visítenos en 
el salón de expositores.
(Risas).
Pero, ayúdenos a desarrollar una nueva normalidad, y ayuden a los buenos 
a ganar.
Muchas gracias.
(Aplausos).
• Not Just Surviving the Disaster of September 11 But Providing 
Leadership in a Deadly Emergency
Michael Hingson, President, Michael Hingson Group (39 MB)
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