[NFBEspanol-Talk] Comentarios de Daniel F. Goldstein

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Braille Monitor
Tomo 66, Número 3
               Marzo de 2023
Gary Wunder, Redactor
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[LEYENDA DE LA FOTO: Dan Goldstein.]
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Comentarios de  Daniel F. Goldstein
Me llamo Dan Goldstein. Al igual que Scott, representé a personas
ciegas a instancias de la Federación. Me disculpo por no estar con
ustedes en persona, pues estoy en Francia
donde es bien pasada la medianoche.
Que maravilloso fue tener a Scott LaBarre como amigo. Cuando uno se
encontraba con él, su sonrisa y su carcajada podían sacarme de
cualquier estado de ánimo en el que me encontrara.
Y entonces se necesitaba tener los pies plantados de lleno, porque él
comenzaba a expresar su entusiasmo del momento, levantándome y
cargándome
como si estuviera surfeando un maremoto.
 Cálido, generoso, abierto—todas estas características eran constantes
en Scott y me hacían esperar
a estar con el.
 Y con Scott, nunca tuve que adivinar—su honestidad y franqueza, estas
llegaron sin ningún cálculo del costo para él.
Sé que estoy en la agenda para hablar de Scott como abogado, pero las
cualidades que lo convirtieron en un abogado del más alto nivel fueron
sus cualidades
personales. Allá
no hubo separación entre Scott la persona y Scott el profesional.
 Anteriormente mencioné el entusiasmo de Scott. Su pasión no decayó
ante los obstáculos
y contratiempos.
 Se combinó con una persistencia y determinación que aseguraron que
Scott perseveraría por ese cliente, sin importar cuán grandes fueran
las probabilidades.
Scott tomó muchos casos de discriminación laboral de la Ley de
Americanos con Discapacidad, ADA, sin dudar en los casos—más difíciles
en los que se puede tener éxito. Muchos abogados se asustarían, al no
querer abordar casos donde los prejuicios y los estereotipos pueden
triunfar sobre la verdad y la justicia.
 Pero Scott abrazó a esos clientes, abrazó sus casos y les dio
a cada uno absolutamente todo lo que tenía—y eso era mucho. Ya sea que
ganara, perdiera o llegara a un acuerdo, todos los días Scott hizo
algo para reparar el mundo, y son pocos los que pueden decir lo que
nosotros decimos de él—que el mundo es un lugar mejor porque Scott
LaBarre estuvo en esta tierra. Y su legado nos deja dirección de donde
y para donde ir de aquí en adelante.
Los jueces y los jurados podían confiar y querer a Scott. Al igual que
en sus intercambios fuera del tribunal, con Scott, lo que viste fue lo
que obtuviste—y lo que
viste era un hombre sencillo, reflexivo, inteligente y humilde.
 Permítanme decir algo sobre la humildad, ya que es una característica
muy rara en abogados litigantes. Scott sabía que tenía una buena
mente, estoy seguro, y era consciente de que tenía una voz
autoritaria. Pero sabía que había límites en su conocimiento—no había
arrogancia para Scott. Y para jueces y jurados, como para el resto de
nosotros, considero que no puede haber una cualidad más entrañable,
excepto quizás su amabilidad y
dulzura.
¿Se nota que no solo admiraba y respetaba a Scott, sino que lo amaba mucho?
Cuando me encontraba con Scott, ya sea en la sede de la Federación o
en una conferencia, me esperaba para que yo preguntará por Anahit,
Alexander, y Karter, pero eso fue
el final de su vacilación.
 Durante los siguientes quince minutos—su amor por su familia, lo
orgulloso que estaba de ellos—simplemente brilló en él, y de alguna
manera terminaba
hasta sentirse abrazado también.
 El amor de su familia era la fuente de su fortaleza. Su familia era su alegría.
Me parece que abordar la abogacía como lo hizo Scott—con tanta
franqueza y tanta determinación de buscar justicia—no solo requiere
mucha fuerza y valentía, que ciertamente tenía, sino que  también
requiere creer que el mundo puede ser justo si trabajamos duro para
que así sea. En momentos como este, al menos para mí,
la idea de la justicia parece absurda, como una especie de horrible chiste malo.
 Sin embargo, si deseo honrar la memoria de Scott, y lo deseo,
entonces debo a Scott y a su familia
el encender esa creencia en mí mismo.
Mi vida es más rica por haber tenido a Scott como amigo. Me llamó
mentor, pero la verdad es que me enseñó lecciones de gran valor.
Gracias.