[NFBEspanol-Talk] Reflexión, Revolución y Raza: Un Entendimiento Creciente Dentro del Movimiento
Frida Aizenman
nfbfrida at gmail.com
Thu Jul 15 21:36:19 UTC 2021
Un Discurso Pronunciado por
Mark A. Riccobono, Presidente
Durante El Banquete Anual de la Convención
de la Federación Nacional De Ciegos
En Línea (Baltimore, Maryland)
10 de Julio, 2021
"El día en que nos preguntamos, ¿donde podemos encontrar la luz en esta
sombra que nunca se acaba?
La pérdida que llevamos con nosotros, el mar que tenemos que atravesar,
nos enfrentamos a la fiera.
Aprendemos que el silencio no siempre representa la paz,
y las normas y nociones de lo que "simplemente" es, no es lo que
simplemente debe ser.
Y sin embargo, el amanecer es nuestro antes de saberlo.
Lo pudimos hacer de alguna manera, y de alguna manera, atravesamos, y
sobrevivimos. Presenciamos una nación que no ha quedado rota,
simplemente está inacabada."
Estas palabras, pronunciadas por la joven poeta negra Amanda Gorman a
principios de este año, enmarcaron un momento de reflexión para nuestra
nación. Esta noche nosotros, como ciegos
organizados en un movimiento de derechos civiles, llegamos a nuestro
propio momento de reflexión.
No podemos alejarnos de la nación en la que vivimos. No podemos negar
la influencia de las presiones, perspectivas, barreras e inequidades de
esa nación---una nación que no está rota, sino simplemente inacabada.
Podemos encontrar esperanza, oportunidad y seguridad al saber que hemos
creado algo significativo dentro de nuestra nación. Empezamos
construyendo un movimiento
donde podamos, como estadounidenses ciegos, trabajar juntos en igualdad
de condiciones para el cambio. Nuestro movimiento, como nuestra nación,
no están rotos, sino que están inacabados. Nuestro movimiento
como nuestra nación, es diversa, compleja y no ilimitada en recursos.
Nuestro movimiento, como nuestra nación, no siempre lo ha hecho bien.
Sin embargo, elegimos
unirnos en esta organización para educar a todas las personas ciegas de
la sociedad. Elegimos esta organización porque consideramos que los
ciegos tenemos el derecho
y la responsabilidad de hablar y actuar por nosotros mismos. Nos
quedamos con esta organización porque, aunque pueda estar inacabada,
reconocemos que aquí tenemos el poder de hacer más juntos. Somos
Estadounidenses; somos ciudadanos del mundo; nos esforzamos por lograr
nuestras esperanzas y sueños; estamos comprometidos
al proceso de aprendizaje y crecimiento; estamos comprometidos con la
independencia y la retribución; y resulta que somos ciegos. Somos la
Federación Nacional de Ciegos.
"Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás." Este renglón simple
pero poderoso apareció por primera vez en un discurso de banquete de una
convención de la Federación pronunciado por Kenneth
Jernigan en 1975. El Doctor Jernigan había sido elegido para el cargo de
presidente después de la muerte de Jacobus tenBroek en 1968. El Doctor
tenBroek fue un erudito brillante
de la Constitución de los Estados Unidos, un ardiente organizador de las
personas ciegas y un incansable defensor.
Fundó nuestra Federación; se desempeñó como su primer presidente a largo
plazo; y le dio personalidad, dirección y perspicacia durante más de un
cuarto de siglo. En 1940 reunió a personas ciegas de siete estados
para formar los inicios de lo que se convertiría en el vehículo más
poderoso para la acción colectiva de los ciegos. En ese momento, no
sabíamos quiénes éramos. Llegamos
a entendernos a nosotros mismos como personas ciegas, y nuestro poder
colectivo e identidad como grupo fue nuestro primer desafío.
Siglos de mitos y conceptos equivocados hicieron que nuestra nación
institucionalizara las bajas expectativas en las escuelas y agencias
para ciegos. A medida que nuestro movimiento de ciegos organizados
se construyó, descubrimos nuestro potencial y desafiamos los límites
artificiales que nos imponían las agencias. Esas instituciones impulsaron
de nuevo hacia atrás los derechos de los ciegos de organizarse en un
intento de proteger el mito y la tradición sobre la independencia y la
autosuficiencia. El llamado de la reunión multitudinal del Doctor
Jernigan en su discurso de 1975 titulado,
"CEGUERA: ESTÁ EL PÚBLICO en CONTRA NUESTRA," fue un punto de inflexión
que solidificó la verdad de que el movimiento organizado de ciegos llegó
para quedarse y que los ciegos determinaríamos para siempre nuestro
propio futuro. Esta verdad creció de manera imaginativa y poderosa
durante la próxima generación del movimiento liderado por Marc
Maurer---nuestro líder y mentor durante casi tres décadas. Esta verdad
alimenta las vidas que vivimos y la marcha que compartimos hoy.
Tal como lo hizo la Convención de 1975 para el Doctor Jernigan, esta
noche marca el final de mi séptimo año al frente de este movimiento---un
honor y un desafío
como ningún otro
en mi vida. Esta noche, al reflexionar, me encuentro haciendo estas
preguntas: ¿Todavía sabemos quiénes somos? ¿Es inevitable que nunca
volvamos atrás?
Y ¿Qué es lo más esencial para nuestro futuro?
Examinemos quiénes somos. Somos ante todo personas ciegas. Nuestra
estructura como organización requiere que la mayoría de nuestros
miembros y nuestros electos
líderes sean ciegos (incluyendo el 100 por ciento de nuestra junta
directiva nacional). Más del 90 por ciento de nuestra membresía total a
nivel nacional está compuesta por personas ciegas,
y no tenemos ninguna expectativa de que esto cambie o deba cambiar. Más
que eso, venimos de todos los estados, el Distrito de Columbia y Puerto
Rico. Nuestros miembros
representan la gama completa de características diversas, incluyendo la
raza, el credo, el color, la religión, la identidad y expresión de
género, la orientación
sexual, la nacionalidad
de origen, ciudadanía, estado civil, edad, información genética,
discapacidad y cualquier otra característica o interseccionalidad de
características que
pueda
encontrar en nuestra nación. Si bien ahora tenemos una política de
membresía nacional clara y bien establecida, abierta que se aplica en
todos los niveles de nuestra organización,
tomó un gran esfuerzo llegar aquí. Y reconocemos que donde estamos hoy
no es donde nos esforzamos por estar mañana.
Mientras celebramos los tremendos logros de nuestro movimiento, también
debemos hacer reflexiones honestas sobre los costos y las oportunidades
perdidas
de progreso.
Debemos aprender de nuestro pasado si realmente queremos nunca volver
atrás. Hoy no estamos preparados para someternos a las bajas
expectativas de las agencias para ciegos,
y tampoco estamos preparados para dejarnos llevar por las nociones
obsoletas de la sociedad que nos rodea. Este espacio, nuestro
movimiento, debe reflejar las altas expectativas que exigimos
de la sociedad. Esto requiere un progreso constante hacia la
construcción de un vehículo seguro, de apoyo, empoderador y enriquecedor
para la acción colectiva de todos
los ciegos. Este progreso está destinado a permanecer inacabado si no
entendemos nuestro pasado al planificar nuestro futuro. Por lo tanto, un
cargo más significativo para
hoy puede ser: Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás; juntos
marchamos, avanzamos, y aprendemos de nuestro pasado.
Aunque decimos con verdad y convicción que nuestro enfoque son las
preocupaciones de las personas ciegas, otros problemas sociales
desafiantes siempre
han complicado nuestra unidad en este movimiento. Una preocupación
persistente a considerar es la lucha conflictiva de nuestra nación con
la desigualdad basada en la raza. Nuestras respuestas organizativas
anteriores
en estos temas no son bien conocidos y, por lo tanto, debemos considerar
lo que podríamos aprender de nuestro pasado.
Desde nuestros primeros días, nuestros líderes nacionales trabajaron
para promover el principio de que la Federación, como movimiento
representativo democrático,
debe esforzarse
por acoger y contar con la participación de todas las personas ciegas
independientemente de sus otras características. Esta expectativa era
dramáticamente diferente de
lo que se encontró en otras partes de nuestra sociedad. Sin embargo,
nosotros, como clase de personas ciegas, aún no habíamos definido
quiénes éramos. Aquellos que creyeron en su corazón que
la ceguera no era la característica que los definía eran pocos en
comparación con aquellos ciegos que se sentían seguros y satisfechos
conformándose con
las salidas sociales
de clubes para ciegos y el trabajo limitado que ofrecen los talleres
cerrados para ciegos. Combine eso con la complejidad de los problemas
sociales experimentados en nuestra nación
después de la Gran Depresión, los impactos de la Segunda Guerra Mundial
y una conciencia cada vez mayor de la desigualdad racial, es una
maravilla que,
la Federación
logró tanto como lo hizo en sus dos primeras décadas.
Comenzando con solo siete estados, nuestros primeros líderes intentaron
construir relaciones con organizaciones locales de personas ciegas con
el fin de
establecer afiliados
grupos en todos los rincones de la nación. En 1951 la Convención
Nacional cambió la constitución de la Federación para priorizar tener
solo un afiliado en cada
estado. Nuestros líderes reconocieron que las organizaciones en
competencia a nivel local dividirían los intereses de los ciegos en
formas que nos perjudicarían a
todos. En 1955
Nuestra Convención Nacional, reunida en Omaha, Nebraska, fue más allá al
formalizar los principios críticos de membresía en un Código de Normas
de Afiliados
obligatorio.
El establecimiento de estos estándares nacionales resultó mucho más
fácil que implementarlos en las comunidades locales.
Durante el mismo tiempo, nuestra nación enfrentaba expectativas
cambiantes con respecto a la desigualdad racial. Las emociones se
dispararon tras el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos
en el caso Brown en contra de la Junta Directiva de Educación de 1954.
El abogado de la Asociación Nacional parael Avance de la Gente de Color,
NAACP, Thurgood Marshall, solicitó la experiencia constitucional del
Doctor tenBroek sobre la Decimocuarta Enmienda en agosto de 1953, en
preparación para argumentar ese caso histórico. Es difícil saber cuánto
anticipó el Doctor tenBroek el impacto de las tensiones
raciales de Estados Unidos que afectarían al movimiento organizado de
los ciegos, pero el establecimiento de la igualdad racial entre los
miembros de la Federación
requeriría un esfuerzo significativo
por el liderazgo de la Federación.
En 1957 nuestra convención iba a celebrarse en Nueva Orleans, Louisiana.
La convención había sido programada antes de la sesión legislativa
de Louisiana en 1956, lo cual
había reaccionado al fallo de la Corte Suprema en 1954 poniendo nuevos
límites a los derechos de los ciudadanos negros de Louisiana. Una de las
nuevas leyes del estado convirtió en imposible que los federacionistas
blancos y negros se reunieran en el hotel planeado de la convención. A
principios de 1957, la filial informó a la dirección nacional
del nuevo desarrollo y las negociaciones comenzaron inmediatamente con
el hotel. El Doctor tenBroek estaba dispuesto a trasladar la convención
a otro estado, aunque
seis meses no fue el tiempo suficiente para reconfigurar los arreglos de
la convención. La convención se mantuvo en Nueva Orleans, pero para
permitir que todos los miembros de la Federación participaran en
igualdad de condiciones, alquilamos un salón fuera del hotel para
nuestras reuniones y banquete.
Poco después de esa convención, un miembro de la Federación envió una
carta describiendo una llamada que recibió del presidente de la filial
de Louisiana. La carta
fue enviada al Doctor Jernigan, quien ya se había convertido en un líder
respetado en el movimiento. Tenga en cuenta que la carta está escrita en
el idioma de la época y
No la he cambiado. Juzgue este extracto por usted mismo:
[Él]... me llamó el lunes por la tarde y me dijo que un sujeto de color
acababa de llamarlo para formar una organización de ciegos de color en
el estado.
Parece que un grupo de personas de color que asistieron a la convención
habían hablado con el Doctor tenBroek, y él (Doctor tenBroek) los había
instado a organizarse
y unirse a la Federación. Ahora, si esta información me llega directamente;
yo, estoy muy sorprendido, y de hecho, asombrado.
Por supuesto, es muy lamentable que los de color del sur--los ciegos de
color--no estén organizados. Es decir, nos vendría bien su apoyo, pero
siendo
familiarizado con el sentimiento de las razas en el sur, usted sabe que
hay muy pocas personas que se sienten así. Agregue a esto nuestra ley
estatal sobre la mezcla
de las razas y se encuentra con una situación imposible. Sin embargo, si
no existiera tal ley, en la actualidad sería imposible tener gente de color
y gente blanca en la misma organización por el fuerte sentimiento
popular. Como dije, esto es lamentable, pero cierto.
La carta es una reflexión brutalmente honesta sobre las circunstancias.
¿Eso era lo que éramos? Bueno, como nuestra nación, la respuesta es
complicada. Nuestro liderazgo nacional
los alentó a organizarse e integrarse en todo el país bajo el principio
de querer representar a todas las personas ciegas; pero en las
comunidades locales,
se reflejó la dolorosa realidad de la época. Nuestra estructura era
frágil y muchas organizaciones locales no estaban estrechamente
vinculadas al movimiento.
Inspirados por su experiencia en la Convención de 1957, los ciegos
negros de Nueva Orleans comenzaron a unirse en torno a la misión de la
Federación. En el otoño
escribieron al Doctor tenBroek en busca de reconocimiento como un
capítulo de la Federación. Debido a la política de afiliación única de
la Federación, su solicitud fue redirigida
a la filial existente de Louisiana para su consideración. A lo largo de
1958 quedó claro que nuestra filial de Louisiana no deseaba permitir que
estas personas ciegas
se unieran, solo por el color de su piel. Sin embargo, surgió un
movimiento de ciegos negros en Nueva Orleans.
El 31 de mayo de 1958, el señor Elliott Ralrine, presidente del recién
formado Capítulo de Adultos Ciegos de Nueva Orleans escribió al Doctor
tenBroek. el señor Ralrine señaló que,
a pesar de la denegación de membresía por parte de la filial de
Louisiana, hombres y mujeres negros ciegos se habían organizado, y
habían solicitado el reconocimiento
del estado de Louisiana
como una organización sin fines de lucro, y buscaron asistir a la
Convención Nacional de 1958 en Boston con el objetivo de ser aceptados
como miembros de la
Federación. El Doctor tenBroek respondió
con una cálida bienvenida por su participación en la convención y con un
tono de preocupación por la resistencia que habían enfrentado.
Inmediatamente después de la Convención de 1958, los dos intercambiaron
cartas que cruzaron en el correo. En particular, la carta del señor
Ralrine con fecha del 14 de julio mantiene una
clara esperanza, un propósito decidido y total confianza en el Doctor
tenBroek. Cerró con esta poderosa declaración:
Señor Presidente, como es imposible en la actualidad integrarnos con la
federación Estatal de ciegos, vamos a seguir adelante, y continuamente
operar en el Estado de forma independiente hasta que se establezcan
algunas disposiciones de ley en la constitución de la federación
nacional que nos permitan
convertirnos en
miembros de la nacional. Tenemos tantos ciegos en este estado como los
blancos y podemos acumular tanto financiamiento, si no más. Y se lo
probaremos
en la próxima convención. ...Le damos las gracias de antemano y le
pedimos a usted y al organismo nacional que trabajen con nosotros para
lograr nuestro objetivo.
La carta del Doctor tenBroek del 17 de julio de 1958 parece tener dos
propósitos iguales: preservar la historia de las acciones tomadas en la
convención y documentar la
decepción de todos los involucrados. El comité ejecutivo de la
Federación se angustió por la solicitud de membresía del grupo de Nueva
Orleans, pero finalmente declinó
la solicitud debido a la política de un afiliado. El Doctor tenBroek
trató de compartir un rayo de esperanza en una situación difícil
diciendo: "Quizás cuando las tensiones disminuyan
en Louisiana, como todos esperamos que lo hagan pronto, será posible que
ustedes se relacionen con nuestra filial en ese estado y, por lo tanto,
se conviertan
en
una parte con pleno derecho en la Federación Nacional de Ciegos".
¿Progreso denegado o progreso realizado? ¿Fue esta escandalosa
discriminación un avance progresivo de la igualdad dentro de un
movimiento nacional diverso? Nuestros líderes
En ese momento creían que estaban abriendo un camino a seguir,
manteniéndonos juntos y, con suerte, aumentando las expectativas a nivel
local. El desafío fue, y
sigue siendo, unificar y hacer avanzar nuestra organización, una que
incluye personas ciegas con perspectivas y características muy diversas.
Sabemos quiénes
somos, y nunca volveremos atrás; juntos marchamos, avanzamos, y
aprendemos de nuestro pasado.
El trabajo para integrar y unificar a las personas ciegas en toda la
Federación continuó durante muchos años por venir. En noviembre de 1959,
el comité ejecutivo de la Federación
se reunió en St. Louis. Las actas de la reunión indican que la
intersección de la raza y el movimiento de ciegos organizados fue un
tema importante de conversación.
El resultado fue la adopción de una serie de propuestas políticas
importantes para su consideración en la Convención Nacional de Miami,
Florída. Este fue un
importante punto de pivote en nuestro esfuerzo por unificar a las
filiales. La Convención de 1960 suspendió a nuestras filiales en
Georgia, Louisiana, Maryland, Carolina del Norte,
Oklahoma, y Dakota del Sur por actividades destructivas para el carácter
y los objetivos de la Federación. La falta de políticas de membresía
abierta fue uno de los principales
factores en las suspensiones.
La convención también adoptó una propuesta del comité ejecutivo para
modificar la constitución de la Federación a fin de incluir una
categoría de "membresía
general". El Braille
Monitor conserva la historia de esta acción como, "principalmente para
permitir la membresía en la Federación a las personas a las que se les
niega la membresía
en las filiales de algunos
estados por motivos de raza". El artículo señala que el voto por voz fue
apoyado por los estados del norte y del sur. La membresía abierta es
ahora nuestro estándar,
de modo que no hablamos a menudo de la membresía nacional en general.
Sin embargo, no debemos olvidar la trascendencia de su desarrollo como
estrategia para acoger
las personas ciegas de la familia de la Federación previamente excluidas
de ser miembros.
En octubre de 1960, la filial suspendida de Louisiana proclamó que se
estaba desvinculando de la Federación en lugar de ajustarse a las normas.
Esta fue solo una historia en el período previo al apogeo de las luchas
internas en la Federación, que culminó en la suspensión de cuatro
filiales de forma
permanente en la Convención Nacional de 1961, y la dramática renuncia
del Doctor tenBroek. El registro histórico muestra que la lucha de
Estados Unidos con la raza influyó en la
propia lucha por una identidad organizativa. ¿Cuáles fueron los impactos
duraderos de estos reveses en los miembros ciegos negros de nuestra
familia? Es difícil de cuantificar
pero en Louisiana no volveríamos a tener una filial en funcionamiento
hasta 1972. Sabemos por la nación en la que vivimos que el desequilibrio
de la igualdad lleva tiempo
y es, un trabajo real y reflexivo para superar. Sabemos quiénes somos, y
nunca volveremos atrás; juntos marchamos, avanzamos, y aprendemos de
nuestro pasado.
La reconstrucción y el fortalecimiento de la Federación en la década de
1960 creó oportunidades para que los miembros negros participaran más
plenamente
y buscaran liderazgo
en el movimiento. Este es un crédito al compromiso de esos individuos
ciegos negros y su reconocimiento del valor del movimiento organizado de
ciegos.
Quedaba mucho trabajo por hacer para fortalecer y unificar nuestro
movimiento nacional mediante el desarrollo de filiales orientadas a la
acción que recibieran
a todas las personas ciegas---un trabajo
que continúa y permanece inconcluso hoy.
Considere, por ejemplo, el trabajo realizado dentro de nuestra filial de
Maryland, que fue restaurada a buen nivel en la Federación en 1961. En
1965, la filial
consistía en un grupo de sesenta y cuatro ciegos blancos de Baltimore,
conocido como el Consejo de Ciegos de Maryland. Ninguno de los
representantes del estado de
Maryland, ni la diversidad de personas ciegas del estado en la
organización, reflejaron los principios de membresía representativa
abierta que valoramos. En julio de 1965, un presidente del capítulo de
la Federación Negra de Pennsylvania llamado Ned Graham se mudó a
Baltimore para casarse. Este fatídico evento ayudó a desencadenar una
revolución en nuestro movimiento local y resultó en la construcción de
una de nuestras principales filiales.
Cuando el señor Graham buscó ser miembro del Consejo de Maryland,
encontró un grupo que estaba desorganizado, aislado y al que era
imposible unirse. Notó que muchos
de los miembros existentes ya habían apoyado alguna forma de
reorganización. También encontró a otras diez personas ciegas negras en
Maryland que buscaban ser miembros de la Federación,
e ideó un plan para construir una organización integrada. El señor
Graham organizó a las personas ciegas negras en el Capítulo Greater
Baltimore---el capítulo
donde soy un miembro activo hoy. No se me escapa, que un líder ciego que
resulta ser blanco, Ned Graham pavimentó el camino para mi propia
membresía en
el capítulo; La correspondencia de la época muestra que buscó
intencionalmente la integración inversa como parte de su estrategia para
construir el movimiento. Al mismo tiempo, Albert M. Balducci, un ciego
empleado en el departamento de envíos de la National Brewing Company en
Baltimore, se desempeñó como presidente
del Consejo de Maryland. El señor Balducci estaba claramente interesado
en dar la bienvenida a las personas ciegas negras como miembros del
Consejo, pero la correspondencia muestra que
él
fue ampliamente superado por los otros miembros. En los primeros meses
de 1966, Graham y Balducci trabajaron en colaboración y con el apoyo de
los líderes de la Federación, a fin
de desarrollar una nueva constitución de afiliados para la Free State
Federation of the Blind que incluye tanto al Consejo de Maryland como a
la organización
del Greater Baltimore
como capítulos iguales. Dos aspectos destacados de nuestro banquete de
la Convención de 1966 fueron la celebración del regreso del Doctor
tenBroek a la Presidencia y la poderosa
y simbólica
comparecencia del señor Graham y del señor Balducci juntos para aceptar
el estatuto de nuestra filial reorganizada de Maryland.
El impulso continuó, y la edición de diciembre de 1967 del Braille
Monitor celebró nuestro progreso en un informe de nuestra filial de
Ohio, destacando
la primera
vez que un miembro negro fue elegido para el cargo de presidente
afiliado. Reflexionen sobre todo lo que se comunica en este breve
extracto: "Es hora de que reconozcamos
la capacidad y dedicación a la causa, sin importar el color, pues, Al
Smith ha demostrado su capacidad de trabajo; tiene la cabeza
equilibrada; tiene un deseo eterno de
ayudar a sus semejantes. Además de todo esto, su esposa Amanda y sus
tres hijas lo respaldan al 100%".
Nuestra Convención de 1968 fue notable por muchas razones, pero
posiblemente la más significativa fue la elección del primer miembro
negro en la junta
directiva nacional.
No sorprende que las habilidades organizativas y políticas del señor Ned
Graham de Maryland fueran celebradas en su elección al comité ejecutivo
de la Federación, donde continuó desempeñándose hasta que decidió no
postularse en 1976. En 1968 Maryland también eligió al señor John
McCraw---un líder ciego negro que había
trabajado en estrecha colaboración con Graham en la organización del
Capítulo Greater Baltimore---para desempeñárse como presidente de la
filial, lo que él hizo hasta su prematura muerte en
1978. De ninguna manera es esta una disertación completa de la
influencia de los miembros negros en nuestro movimiento, porque eso
tomaría mucho más tiempo del
que tengo esta noche.
Estas reflexiones sobre quiénes hemos sido hablan de experiencias dentro
de nuestro movimiento hoy y quiénes queremos ser en el futuro.
Nuestro pasado nos dice que, como movimiento de ciegos, la raza ha
influido en el desarrollo de nuestra organización. Esto no debería ser
una sorpresa; en nuestra nación
la raza ha importado más de lo que nuestra conciencia siempre ha
aceptado. Todavía estamos aprendiendo a tener un diálogo intencional
sobre la ceguera y la intersección
de las discriminaciones. De manera similar, las luchas actuales de
Estados Unidos que involucran la raza agregan complejidad a lo que
buscamos lograr dentro de nuestra propia membresía. No es tan
simple como señalar ejemplos como Al Smith, Ned Graham, Ron Brown,
Denise Avant, Shawn Callaway, o Ever Lee Hairston para demostrar que las
barreras
no existen para nuestros miembros con características que se cruzan.
Pero es tan sencillo como comprometerse a aprender de la auténtica
experiencia de estos tenaces
líderes que continúan construyendo junto a nosotros.
La oportunidad y el desafío es aprender tanto de la fortaleza de nuestra
diversidad como de nuestros lazos comunes
como ciegos. Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás; juntos
marchamos, avanzamos, y aprendemos de nuestro pasado.
Esta noche, no he compartido con ustedes las luchas con algunas agencias
para ciegos, las bajas expectativas del público sobre nosotros, las
innovaciones
tecnológicas desperdiciadas
por expertos que desconocen nuestras capacidades reales, o nuestros
propios conceptos equivocados internalizados. Todas esas barreras siguen
siendo reales, siguen siendo una preocupación y todavía están en
el centro del trabajo que aún tenemos por hacer. Esta noche me preocupa
la necesidad de que nos mantengamos unidos en un movimiento de personas
ciegas, para reconocer
la fortaleza que proviene de nuestra diversidad, para comprender el
poder que se obtiene al aprender de nuestro pasado y para abrazar la fé
que se refleja
en los lazos que nos unen.
Para aquellos en nuestra membresía que no se han sentido plenamente
reconocidos en el pasado, les escuchamos. Somos ciegos y ya no les
pediremos que estén juntos
con nosotros al mismo tiempo que les pedimos que ignoren sus
características de intersección. Somos personas ciegas que somos lo
suficientemente fuertes como para permanecer unidos en nuestro común
vinculo y buscar la comprensión de las barreras sociales que afectan a
las personas ciegas debido a sus otras características. Lamentamos que
no siempre hayamos
Entendido cómo nuestro impulso de permanecer unidos como personas ciegas
creó menos espacio para que algunos participaran plenamente en nuestra
marcha hacia
la libertad. Nos animamos en celebración
de su fortaleza y su compromiso de organizarse en nuestro nombre,
incluso si nuestro espacio no siempre fue tan abierto como queríamos.
Nos comprometemos a aprender de nuestro pasado con
ustedes, porque aún estamos inacabados. Nuestro progreso es real y
nuestro compromiso es "avanzar juntos".
Para aquellos que sienten que nuestras acciones recientes están quitando
nuestra efectividad para defender a los ciegos, los escuchamos. Nunca
volveremos atrás a una época en la que
nosotros los ciegos no hablamos y actúamos por nosotros mismos a través
de un movimiento unificado. Tampoco volveremos atrás a una época en la
que no representamos adecuadamente a todas las personas ciegas.
Nos ha enseñado a pensar críticamente sobre dónde hemos estado y hacia
dónde debemos ir juntos. Nos ha dado la fortaleza y la determinación
para asegurarnos
de que nunca volveremos atrás, que no volveremos a una época en la que
las cuestiones de la diferencia nos dividan.
A ustedes les decimos que nuestra agenda sigue siendo impulsada
por las esperanzas y los sueños de los ciegos. Todavía no hemos subido
cuesta arriba al cerro, y no podemos seguir el resto del camino sin
ustedes. Aún somos inacabados, y sus experiencias son importantes a
medida que avanzamos juntos.
Para aquellas personas ciegas que se apresuran a culpar a otras personas
ciegas por los problemas que enfrentamos, los desafiamos a reconocer la
verdad
de nuestro pasado. Elegimos
apoyarnos unos a otros como personas ciegas porque reconocemos que todos
enfrentamos las bajas expectativas que se interponen entre las personas
ciegas
y nuestros sueños.
Nos hemos apoyado unos a otros, nos hemos enseñado unos a otros y nos
hemos animado unos a otros. Mientras tanto, los programas educativos de
nuestra nación, el sistema de rehabilitación, las estructuras
gubernamentales,
y las prioridades corporativas crean barreras reales para todas las
personas ciegas. Ningún segmento particular de personas ciegas tiene la
culpa de los problemas que enfrentamos. Sin embargo,
Un número significativo de problemas sociales superpuestos,
especialmente las bajas expectativas persistentes que la sociedad tiene
para las personas ciegas,
se interpone entre nosotros y nuestros
Sueños. Eso es un producto de la América inacabada en la que vivimos,
pero nos hemos comprometido a mejorarlo a través de este movimiento.
Comienza cuando cada uno de nosotros hace
el compromiso individual de participar activamente en la labor conjunta
para promover nuestro propósito colectivo---un compromiso que requiere
que aprendamos
y crezcamos juntos.
Como en el pasado, avanzar juntos en el movimiento organizado de ciegos
es la respuesta.
A todos, unidos, reflexiono sobre la verdad que nos une desde 1940:
independientemente de lo que esté sucediendo en nuestra nación o en todo
el mundo,
la fuerza más poderosa para promover las esperanzas y los sueños de las
personas ciegas es la Federación Nacional de Ciegos. Este es el
movimiento---un movimiento en el que individualmente,
las personas ciegas están decididas a hablar y actuar por sí mismas---un
movimiento en el que el compromiso de unirse es más fácil que la labor
de permanecer
juntos.
Nosotros, los ciegos, hemos encontrado formas de organizarnos incluso
cuando no teníamos todas las herramientas para institucionalizar los
principios que
buscábamos cumplir. Nosotros los ciegos
Encontramos formas de entrenarnos para superar los mitos y conceptos
equivocados y desarrollar la confianza para creer primero y siempre el
uno en el otro.
Los
ciegos, hemos compartido el valor de retribuirnos mutuamente para
construir sobre lo que las generaciones anteriores nos han regalado.
Nosotros, los ciegos, hemos sostenido una
marcha juntos con el objetivo de acercar cada vez más a las personas
ciegas a la cima del cerro. Nuestro movimiento permanece inacabado, y
nuestro progreso aún no esta
hecho.
La revolución que seguimos diseñando como personas ciegas está impulsada
por un compromiso personal y el cariño mutuo en este movimiento. Esa es
la bondad
que se me mostró cuando conocí la Federación por primera vez en 1996, y
ha impactado todos los días de mi vida desde entonces. Comprometemos no
solo nuestras
mentes al trabajo, sino que nuestros corazones. El vínculo de fé que nos
mantiene unidos en este movimiento es un reconocimiento de que todos
corremos el riesgo de unirnos.
Nos arriesgamos a defraudarnos mutuamente, incumpliendo el compromiso
que se expresa en nuestros valores organizacionales, y ser vulnerables
en el proceso de
crecer y aprender juntos en nuestra marcha. La revolución viene al
seguir confiando en que el movimiento cambiará nuestros corazones y
mentes trabajando colectivamente. Para mí, esto ha significado que cada
vez que pensé que entendía la ceguera y los límites de nuestro futuro,
el movimiento me impulsó aún más. Eso es gracias a este movimiento de
personas ciegas, que he podido conocerlos, amarlos, y apreciarlos en un
conjunto verdaderamente diverso de personas y perspectivas.
Gracias a Dios que trataron de comprender mis propios puntos de vista
limitados, y me concedieron la gracia de ayudarme a comprender los
prejuicios que surgieron
de mis propias experiencias,
y me desafiaron a ir más allá de lo que la sociedad me había enseñado
sobre la ceguera y tantos otros aspectos de la humanidad.
Todos los que marchamos en este movimiento debemos
continuar haciéndolo el uno por el otro si queremos llegar juntos a la
cima del cerro. Nuestros desafíos no son los demás, ni nuestra
diversidad. Nuestro desafío
sigue siendo mantener nuestros corazones abiertos a trabajar juntos para
superar las barreras comunes que se interponen en nuestro camino. Sin
embargo, ningún desafío puede oponerse a la
fuerza de nuestro compromiso de entender y creer en los corazones de
nuestros iguales manifestantes en este movimiento inacabado que es la
Federación
Nacional
de ciegos.
Mi familia de la Federación, las luchas de la sociedad y la raza no son
nuevas para nosotros. Sin embargo, tenemos más poder para hacer algo al
respecto que en cualquier momento de nuestra
historia. También tenemos más que perder que en cualquier otro momento
de nuestra historia. Sabíamos que no sería fácil---nuestra marcha hacia
la libertad de los ciegos nunca ha sido
fácil. Ha requerido organización, lucha, compromiso, reveses, sacrificio
y los recursos limitados que pudimos reunir. Y sin embargo, el amanecer
es nuestro antes de saberlo." Hemos superado todos los desafíos porque
nos hemos unido en el movimiento organizado de ciegos. Desde 1940, no
nos hemos enfrentado
a algún obstáculo que haya detenido nuestro progreso. Sabemos quiénes
somos, y nunca volveremos atrás. Juntos marchamos, avanzamos, y
aprendemos de nuestro pasado.
: un pasado que está lleno de éxitos y fracasos, ambos informando
nuestro futuro. Nuestro pasado nos enseñó que debemos hablar y actuar
por nosotros mismos. Nuestro presente
exige que hagamos el trabajo duro necesario para ir más allá de donde
hemos percibido que están nuestros propios límites. Nuestro futuro
requiere una revolución unificada y auténtica liderada por los ciegos
para cumplir el sueño. Este es el compromiso que nos hacemos unos a
otros. Este es el cariño, la esperanza y la determinación que sentimos
en nuestra marcha. Este es el
vínculo de fé que nos da la fortaleza para superar las fuerzas
combinadas de la inestabilidad social, la pandemia, y las barreras
persistentes que impiden nuestra
plena
participación---una fé que puede mover montañas y montar movimientos.
Vayamos juntos en busca de los ciegos que aún no han sentido nuestra
fuerza. Déjenos mostrarle
al mundo que la diversidad es unidad. No estemos nunca divididos. Vamos
a construir la Federación Nacional de Ciegos.
https://nfb.org/resources/speeches-and-reports/banquet-speeches/reflection-revolution-and-race
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