[NFBEspanol-Talk] Reflexión, Revolución y Raza: Un Entendimiento Creciente Dentro del Movimiento

Frida Aizenman nfbfrida at gmail.com
Thu Jul 15 21:36:19 UTC 2021


Un Discurso Pronunciado por

Mark A. Riccobono, Presidente

Durante El Banquete Anual de la Convención

de la Federación Nacional De Ciegos

En Línea (Baltimore, Maryland)

10 de Julio, 2021

"El día en que nos preguntamos, ¿donde podemos encontrar la luz en esta 
sombra que nunca se acaba?

La pérdida que llevamos con nosotros, el mar que tenemos que atravesar, 
nos enfrentamos a la fiera.

Aprendemos que el silencio no siempre representa la paz,

y las normas y nociones de lo que "simplemente" es, no es lo que 
simplemente debe ser.

Y sin embargo, el amanecer es nuestro antes de saberlo.

Lo pudimos hacer de alguna manera, y de alguna manera, atravesamos, y 
sobrevivimos. Presenciamos una nación que no ha quedado rota,

simplemente está inacabada."

Estas palabras, pronunciadas por la joven poeta negra Amanda Gorman a 
principios de este año, enmarcaron un momento de reflexión para nuestra 
nación. Esta noche nosotros, como ciegos

organizados en un movimiento de derechos civiles, llegamos a nuestro 
propio momento de reflexión.

No podemos alejarnos de la nación en la que vivimos. No podemos negar

la influencia de las presiones, perspectivas, barreras e inequidades de 
esa nación---una nación que no está rota, sino simplemente inacabada.

Podemos encontrar esperanza, oportunidad y seguridad al saber que hemos 
creado algo significativo dentro de nuestra nación. Empezamos 
construyendo un movimiento

donde podamos, como estadounidenses ciegos, trabajar juntos en igualdad 
de condiciones para el cambio. Nuestro movimiento, como nuestra nación, 
no están rotos, sino que están inacabados. Nuestro movimiento

como nuestra nación, es diversa, compleja y no ilimitada en recursos. 
Nuestro movimiento, como nuestra nación, no siempre lo ha hecho bien. 
Sin embargo, elegimos

unirnos en esta organización para educar a todas las personas ciegas de 
la sociedad. Elegimos esta organización porque consideramos que los 
ciegos tenemos el derecho

y la responsabilidad de hablar y actuar por nosotros mismos. Nos 
quedamos con esta organización porque, aunque pueda estar inacabada, 
reconocemos que aquí tenemos el poder de hacer más juntos. Somos 
Estadounidenses; somos ciudadanos del mundo; nos esforzamos por lograr 
nuestras esperanzas y sueños; estamos comprometidos

al proceso de aprendizaje y crecimiento; estamos comprometidos con la 
independencia y la retribución; y resulta que somos ciegos. Somos la 
Federación Nacional de Ciegos.

"Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás." Este renglón simple 
pero poderoso apareció por primera vez en un discurso de banquete de una 
convención de la Federación pronunciado por Kenneth

Jernigan en 1975. El Doctor Jernigan había sido elegido para el cargo de 
presidente después de la muerte de Jacobus tenBroek en 1968. El Doctor 
tenBroek fue un erudito brillante

de la Constitución de los Estados Unidos, un ardiente organizador de las 
personas ciegas y un incansable defensor.

Fundó nuestra Federación; se desempeñó como su primer presidente a largo 
plazo; y le dio personalidad, dirección y perspicacia durante más de un 
cuarto de siglo. En 1940 reunió a personas ciegas de siete estados

para formar los inicios de lo que se convertiría en el vehículo más 
poderoso para la acción colectiva de los ciegos. En ese momento, no 
sabíamos quiénes éramos. Llegamos

a entendernos a nosotros mismos como personas ciegas, y nuestro poder 
colectivo e identidad como grupo fue nuestro primer desafío.

Siglos de mitos y conceptos equivocados hicieron que nuestra nación 
institucionalizara las bajas expectativas en las escuelas y agencias 
para ciegos. A medida que nuestro movimiento de ciegos organizados

se construyó, descubrimos nuestro potencial y desafiamos los límites 
artificiales que nos imponían las agencias. Esas instituciones impulsaron

de nuevo hacia atrás los derechos de los ciegos de organizarse en un 
intento de proteger el mito y la tradición sobre la independencia y la 
autosuficiencia. El llamado de la reunión multitudinal del Doctor 
Jernigan en su discurso de 1975 titulado,

"CEGUERA: ESTÁ EL PÚBLICO en CONTRA NUESTRA," fue un punto de inflexión 
que solidificó la verdad de que el movimiento organizado de ciegos llegó 
para quedarse y que los ciegos determinaríamos para siempre nuestro 
propio futuro. Esta verdad creció de manera imaginativa y poderosa 
durante la próxima generación del movimiento liderado por Marc 
Maurer---nuestro líder y mentor durante casi tres décadas. Esta verdad 
alimenta las vidas que vivimos y la marcha que compartimos hoy.

Tal como lo hizo la Convención de 1975 para el Doctor Jernigan, esta 
noche marca el final de mi séptimo año al frente de este movimiento---un 
honor y un desafío

como ningún otro

en mi vida. Esta noche, al reflexionar, me encuentro haciendo estas 
preguntas: ¿Todavía sabemos quiénes somos? ¿Es inevitable que nunca 
volvamos atrás?

Y ¿Qué es lo más esencial para nuestro futuro?

Examinemos quiénes somos. Somos ante todo personas ciegas. Nuestra 
estructura como organización requiere que la mayoría de nuestros 
miembros y nuestros electos

líderes sean ciegos (incluyendo el 100 por ciento de nuestra junta 
directiva nacional). Más del 90 por ciento de nuestra membresía total a 
nivel nacional está compuesta por personas ciegas,

y no tenemos ninguna expectativa de que esto cambie o deba cambiar. Más 
que eso, venimos de todos los estados, el Distrito de Columbia y Puerto 
Rico. Nuestros miembros

representan la gama completa de características diversas, incluyendo la 
raza, el credo, el color, la religión, la identidad y expresión de 
género, la orientación

sexual, la nacionalidad

de origen, ciudadanía, estado civil, edad, información genética, 
discapacidad y cualquier otra característica o interseccionalidad de 
características que

pueda

encontrar en nuestra nación. Si bien ahora tenemos una política de 
membresía nacional clara y bien establecida, abierta que se aplica en 
todos los niveles de nuestra organización,

tomó un gran esfuerzo llegar aquí. Y reconocemos que donde estamos hoy 
no es donde nos esforzamos por estar mañana.

Mientras celebramos los tremendos logros de nuestro movimiento, también 
debemos hacer reflexiones honestas sobre los costos y las oportunidades 
perdidas

de progreso.

Debemos aprender de nuestro pasado si realmente queremos nunca volver 
atrás. Hoy no estamos preparados para someternos a las bajas 
expectativas de las agencias para ciegos,

y tampoco estamos preparados para dejarnos llevar por las nociones 
obsoletas de la sociedad que nos rodea. Este espacio, nuestro 
movimiento, debe reflejar las altas expectativas que exigimos

de la sociedad. Esto requiere un progreso constante hacia la 
construcción de un vehículo seguro, de apoyo, empoderador y enriquecedor 
para la acción colectiva de todos

los ciegos. Este progreso está destinado a permanecer inacabado si no 
entendemos nuestro pasado al planificar nuestro futuro. Por lo tanto, un 
cargo más significativo para

hoy puede ser: Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás; juntos 
marchamos, avanzamos, y aprendemos de nuestro pasado.

Aunque decimos con verdad y convicción que nuestro enfoque son las 
preocupaciones de las personas ciegas, otros problemas sociales 
desafiantes siempre

han complicado nuestra unidad en este movimiento. Una preocupación 
persistente a considerar es la lucha conflictiva de nuestra nación con 
la desigualdad basada en la raza. Nuestras respuestas organizativas 
anteriores

en estos temas no son bien conocidos y, por lo tanto, debemos considerar 
lo que podríamos aprender de nuestro pasado.

Desde nuestros primeros días, nuestros líderes nacionales trabajaron 
para promover el principio de que la Federación, como movimiento 
representativo democrático,

debe esforzarse

por acoger y contar con la participación de todas las personas ciegas 
independientemente de sus otras características. Esta expectativa era 
dramáticamente diferente de

lo que se encontró en otras partes de nuestra sociedad. Sin embargo, 
nosotros, como clase de personas ciegas, aún no habíamos definido 
quiénes éramos. Aquellos que creyeron en su corazón que

la ceguera no era la característica que los definía eran pocos en 
comparación con aquellos ciegos que se sentían seguros y satisfechos 
conformándose con

las salidas sociales

de clubes para ciegos y el trabajo limitado que ofrecen los talleres 
cerrados para ciegos. Combine eso con la complejidad de los problemas 
sociales experimentados en nuestra nación

después de la Gran Depresión, los impactos de la Segunda Guerra Mundial 
y una conciencia cada vez mayor de la desigualdad racial, es una 
maravilla que,

la Federación

logró tanto como lo hizo en sus dos primeras décadas.

Comenzando con solo siete estados, nuestros primeros líderes intentaron 
construir relaciones con organizaciones locales de personas ciegas con 
el fin de

establecer afiliados

grupos en todos los rincones de la nación. En 1951 la Convención 
Nacional cambió la constitución de la Federación para priorizar tener 
solo un afiliado en cada

estado. Nuestros líderes reconocieron que las organizaciones en 
competencia a nivel local dividirían los intereses de los ciegos en 
formas que nos perjudicarían a

todos. En 1955

Nuestra Convención Nacional, reunida en Omaha, Nebraska, fue más allá al 
formalizar los principios críticos de membresía en un Código de Normas 
de Afiliados

obligatorio.

El establecimiento de estos estándares nacionales resultó mucho más 
fácil que implementarlos en las comunidades locales.

Durante el mismo tiempo, nuestra nación enfrentaba expectativas 
cambiantes con respecto a la desigualdad racial. Las emociones se 
dispararon tras el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos

en el caso Brown en contra de la Junta Directiva de Educación de 1954. 
El abogado de la Asociación Nacional parael Avance de la Gente de Color, 
NAACP, Thurgood Marshall, solicitó la experiencia constitucional del 
Doctor tenBroek sobre la Decimocuarta Enmienda en agosto de 1953, en 
preparación para argumentar ese caso histórico. Es difícil saber cuánto 
anticipó el Doctor tenBroek el impacto de las tensiones

raciales de Estados Unidos que afectarían al movimiento organizado de 
los ciegos, pero el establecimiento de la igualdad racial entre los 
miembros de la Federación

requeriría un esfuerzo significativo

por el liderazgo de la Federación.

En 1957 nuestra convención iba a celebrarse en Nueva Orleans, Louisiana. 
La convención había sido programada antes de la sesión legislativa

de Louisiana en 1956, lo cual

había reaccionado al fallo de la Corte Suprema en 1954 poniendo nuevos 
límites a los derechos de los ciudadanos negros de Louisiana. Una de las 
nuevas leyes del estado convirtió en imposible que los federacionistas 
blancos y negros se reunieran en el hotel planeado de la convención. A 
principios de 1957, la filial informó a la dirección nacional

del nuevo desarrollo y las negociaciones comenzaron inmediatamente con 
el hotel. El Doctor tenBroek estaba dispuesto a trasladar la convención 
a otro estado, aunque

seis meses no fue el tiempo suficiente para reconfigurar los arreglos de 
la convención. La convención se mantuvo en Nueva Orleans, pero para 
permitir que todos los miembros de la Federación participaran en 
igualdad de condiciones, alquilamos un salón fuera del hotel para 
nuestras reuniones y banquete.

Poco después de esa convención, un miembro de la Federación envió una 
carta describiendo una llamada que recibió del presidente de la filial 
de Louisiana. La carta

fue enviada al Doctor Jernigan, quien ya se había convertido en un líder 
respetado en el movimiento. Tenga en cuenta que la carta está escrita en 
el idioma de la época y

No la he cambiado. Juzgue este extracto por usted mismo:

[Él]... me llamó el lunes por la tarde y me dijo que un sujeto de color 
acababa de llamarlo para formar una organización de ciegos de color en 
el estado.

Parece que un grupo de personas de color que asistieron a la convención 
habían hablado con el Doctor tenBroek, y él (Doctor tenBroek) los había 
instado a organizarse

y unirse a la Federación. Ahora, si esta información me llega directamente;

yo, estoy muy sorprendido, y de hecho, asombrado.

Por supuesto, es muy lamentable que los de color del sur--los ciegos de 
color--no estén organizados. Es decir, nos vendría bien su apoyo, pero 
siendo

familiarizado con el sentimiento de las razas en el sur, usted sabe que 
hay muy pocas personas que se sienten así. Agregue a esto nuestra ley 
estatal sobre la mezcla

de las razas y se encuentra con una situación imposible. Sin embargo, si 
no existiera tal ley, en la actualidad sería imposible tener gente de color

y gente blanca en la misma organización por el fuerte sentimiento 
popular. Como dije, esto es lamentable, pero cierto.

La carta es una reflexión brutalmente honesta sobre las circunstancias. 
¿Eso era lo que éramos? Bueno, como nuestra nación, la respuesta es 
complicada. Nuestro liderazgo nacional

los alentó a organizarse e integrarse en todo el país bajo el principio 
de querer representar a todas las personas ciegas; pero en las 
comunidades locales,

se reflejó la dolorosa realidad de la época. Nuestra estructura era 
frágil y muchas organizaciones locales no estaban estrechamente 
vinculadas al movimiento.

Inspirados por su experiencia en la Convención de 1957, los ciegos 
negros de Nueva Orleans comenzaron a unirse en torno a la misión de la 
Federación. En el otoño

escribieron al Doctor tenBroek en busca de reconocimiento como un 
capítulo de la Federación. Debido a la política de afiliación única de 
la Federación, su solicitud fue redirigida

a la filial existente de Louisiana para su consideración. A lo largo de 
1958 quedó claro que nuestra filial de Louisiana no deseaba permitir que 
estas personas ciegas

se unieran, solo por el color de su piel. Sin embargo, surgió un 
movimiento de ciegos negros en Nueva Orleans.

El 31 de mayo de 1958, el señor Elliott Ralrine, presidente del recién 
formado Capítulo de Adultos Ciegos de Nueva Orleans escribió al Doctor 
tenBroek. el señor Ralrine señaló que,

a pesar de la denegación de membresía por parte de la filial de 
Louisiana, hombres y mujeres negros ciegos se habían organizado, y 
habían solicitado el reconocimiento

del estado de Louisiana

como una organización sin fines de lucro, y buscaron asistir a la 
Convención Nacional de 1958 en Boston con el objetivo de ser aceptados 
como miembros de la

Federación. El Doctor tenBroek respondió

con una cálida bienvenida por su participación en la convención y con un 
tono de preocupación por la resistencia que habían enfrentado.

Inmediatamente después de la Convención de 1958, los dos intercambiaron 
cartas que cruzaron en el correo. En particular, la carta del señor 
Ralrine con fecha del 14 de julio mantiene una

clara esperanza, un propósito decidido y total confianza en el Doctor 
tenBroek. Cerró con esta poderosa declaración:

Señor Presidente, como es imposible en la actualidad integrarnos con la 
federación Estatal de ciegos, vamos a seguir adelante, y continuamente

operar en el Estado de forma independiente hasta que se establezcan 
algunas disposiciones de ley en la constitución de la federación 
nacional que nos permitan

convertirnos en

miembros de la nacional. Tenemos tantos ciegos en este estado como los 
blancos y podemos acumular tanto financiamiento, si no más. Y se lo 
probaremos

en la próxima convención. ...Le damos las gracias de antemano y le 
pedimos a usted y al organismo nacional que trabajen con nosotros para 
lograr nuestro objetivo.

La carta del Doctor tenBroek del 17 de julio de 1958 parece tener dos 
propósitos iguales: preservar la historia de las acciones tomadas en la 
convención y documentar la

decepción de todos los involucrados. El comité ejecutivo de la 
Federación se angustió por la solicitud de membresía del grupo de Nueva 
Orleans, pero finalmente declinó

la solicitud debido a la política de un afiliado. El Doctor tenBroek 
trató de compartir un rayo de esperanza en una situación difícil 
diciendo: "Quizás cuando las tensiones disminuyan

en Louisiana, como todos esperamos que lo hagan pronto, será posible que 
ustedes se relacionen con nuestra filial en ese estado y, por lo tanto, 
se conviertan

en

una parte con pleno derecho en la Federación Nacional de Ciegos".

¿Progreso denegado o progreso realizado? ¿Fue esta escandalosa 
discriminación un avance progresivo de la igualdad dentro de un 
movimiento nacional diverso? Nuestros líderes

En ese momento creían que estaban abriendo un camino a seguir, 
manteniéndonos juntos y, con suerte, aumentando las expectativas a nivel 
local. El desafío fue, y

sigue siendo, unificar y hacer avanzar nuestra organización, una que 
incluye personas ciegas con perspectivas y características muy diversas. 
Sabemos quiénes

somos, y nunca volveremos atrás; juntos marchamos, avanzamos, y 
aprendemos de nuestro pasado.

El trabajo para integrar y unificar a las personas ciegas en toda la 
Federación continuó durante muchos años por venir. En noviembre de 1959, 
el comité ejecutivo de la Federación

se reunió en St. Louis. Las actas de la reunión indican que la 
intersección de la raza y el movimiento de ciegos organizados fue un 
tema importante de conversación.

El resultado fue la adopción de una serie de propuestas políticas 
importantes para su consideración en la Convención Nacional de Miami, 
Florída. Este fue un

importante punto de pivote en nuestro esfuerzo por unificar a las 
filiales. La Convención de 1960 suspendió a nuestras filiales en 
Georgia, Louisiana, Maryland, Carolina del Norte,

Oklahoma, y Dakota del Sur por actividades destructivas para el carácter 
y los objetivos de la Federación. La falta de políticas de membresía 
abierta fue uno de los principales

factores en las suspensiones.

La convención también adoptó una propuesta del comité ejecutivo para 
modificar la constitución de la Federación a fin de incluir una 
categoría de "membresía

general". El Braille

Monitor conserva la historia de esta acción como, "principalmente para 
permitir la membresía en la Federación a las personas a las que se les 
niega la membresía

en las filiales de algunos

estados por motivos de raza". El artículo señala que el voto por voz fue 
apoyado por los estados del norte y del sur. La membresía abierta es 
ahora nuestro estándar,

de modo que no hablamos a menudo de la membresía nacional en general. 
Sin embargo, no debemos olvidar la trascendencia de su desarrollo como 
estrategia para acoger

las personas ciegas de la familia de la Federación previamente excluidas 
de ser miembros.

En octubre de 1960, la filial suspendida de Louisiana proclamó que se 
estaba desvinculando de la Federación en lugar de ajustarse a las normas.

Esta fue solo una historia en el período previo al apogeo de las luchas 
internas en la Federación, que culminó en la suspensión de cuatro 
filiales de forma

permanente en la Convención Nacional de 1961, y la dramática renuncia 
del Doctor tenBroek. El registro histórico muestra que la lucha de 
Estados Unidos con la raza influyó en la

propia lucha por una identidad organizativa. ¿Cuáles fueron los impactos 
duraderos de estos reveses en los miembros ciegos negros de nuestra 
familia? Es difícil de cuantificar

pero en Louisiana no volveríamos a tener una filial en funcionamiento 
hasta 1972. Sabemos por la nación en la que vivimos que el desequilibrio 
de la igualdad lleva tiempo

y es, un trabajo real y reflexivo para superar. Sabemos quiénes somos, y 
nunca volveremos atrás; juntos marchamos, avanzamos, y aprendemos de 
nuestro pasado.

La reconstrucción y el fortalecimiento de la Federación en la década de 
1960 creó oportunidades para que los miembros negros participaran más 
plenamente

y buscaran liderazgo

en el movimiento. Este es un crédito al compromiso de esos individuos 
ciegos negros y su reconocimiento del valor del movimiento organizado de 
ciegos.

Quedaba mucho trabajo por hacer para fortalecer y unificar nuestro 
movimiento nacional mediante el desarrollo de filiales orientadas a la 
acción que recibieran

a todas las personas ciegas---un trabajo

que continúa y permanece inconcluso hoy.

Considere, por ejemplo, el trabajo realizado dentro de nuestra filial de 
Maryland, que fue restaurada a buen nivel en la Federación en 1961. En 
1965, la filial

consistía en un grupo de sesenta y cuatro ciegos blancos de Baltimore, 
conocido como el Consejo de Ciegos de Maryland. Ninguno de los 
representantes del estado de

Maryland, ni la diversidad de personas ciegas del estado en la 
organización, reflejaron los principios de membresía representativa 
abierta que valoramos. En julio de 1965, un presidente del capítulo de 
la Federación Negra de Pennsylvania llamado Ned Graham se mudó a 
Baltimore para casarse. Este fatídico evento ayudó a desencadenar una

revolución en nuestro movimiento local y resultó en la construcción de 
una de nuestras principales filiales.

Cuando el señor Graham buscó ser miembro del Consejo de Maryland, 
encontró un grupo que estaba desorganizado, aislado y al que era 
imposible unirse. Notó que muchos

de los miembros existentes ya habían apoyado alguna forma de 
reorganización. También encontró a otras diez personas ciegas negras en 
Maryland que buscaban ser miembros de la Federación,

e ideó un plan para construir una organización integrada. El señor 
Graham organizó a las personas ciegas negras en el Capítulo Greater 
Baltimore---el capítulo

donde soy un miembro activo hoy. No se me escapa, que un líder ciego que 
resulta ser blanco, Ned Graham pavimentó el camino para mi propia 
membresía en

el capítulo; La correspondencia de la época muestra que buscó 
intencionalmente la integración inversa como parte de su estrategia para 
construir el movimiento. Al mismo tiempo, Albert M. Balducci, un ciego 
empleado en el departamento de envíos de la National Brewing Company en 
Baltimore, se desempeñó como presidente

del Consejo de Maryland. El señor Balducci estaba claramente interesado 
en dar la bienvenida a las personas ciegas negras como miembros del 
Consejo, pero la correspondencia muestra que

él

fue ampliamente superado por los otros miembros. En los primeros meses 
de 1966, Graham y Balducci trabajaron en colaboración y con el apoyo de 
los líderes de la Federación, a fin

de desarrollar una nueva constitución de afiliados para la Free State 
Federation of the Blind que incluye tanto al Consejo de Maryland como a 
la organización

del Greater Baltimore

como capítulos iguales. Dos aspectos destacados de nuestro banquete de 
la Convención de 1966 fueron la celebración del regreso del Doctor 
tenBroek a la Presidencia y la poderosa

y simbólica

comparecencia del señor Graham y del señor Balducci juntos para aceptar 
el estatuto de nuestra filial reorganizada de Maryland.

El impulso continuó, y la edición de diciembre de 1967 del Braille 
Monitor celebró nuestro progreso en un informe de nuestra filial de 
Ohio, destacando

la primera

vez que un miembro negro fue elegido para el cargo de presidente 
afiliado. Reflexionen sobre todo lo que se comunica en este breve 
extracto: "Es hora de que reconozcamos

la capacidad y dedicación a la causa, sin importar el color, pues, Al 
Smith ha demostrado su capacidad de trabajo; tiene la cabeza 
equilibrada; tiene un deseo eterno de

ayudar a sus semejantes. Además de todo esto, su esposa Amanda y sus 
tres hijas lo respaldan al 100%".

Nuestra Convención de 1968 fue notable por muchas razones, pero 
posiblemente la más significativa fue la elección del primer miembro 
negro en la junta

directiva nacional.

No sorprende que las habilidades organizativas y políticas del señor Ned 
Graham de Maryland fueran celebradas en su elección al comité ejecutivo 
de la Federación, donde continuó desempeñándose hasta que decidió no 
postularse en 1976. En 1968 Maryland también eligió al señor John 
McCraw---un líder ciego negro que había

trabajado en estrecha colaboración con Graham en la organización del 
Capítulo Greater Baltimore---para desempeñárse como presidente de la 
filial, lo que él hizo hasta su prematura muerte en

1978. De ninguna manera es esta una disertación completa de la 
influencia de los miembros negros en nuestro movimiento, porque eso 
tomaría mucho más tiempo del

que tengo esta noche.

Estas reflexiones sobre quiénes hemos sido hablan de experiencias dentro 
de nuestro movimiento hoy y quiénes queremos ser en el futuro.

Nuestro pasado nos dice que, como movimiento de ciegos, la raza ha 
influido en el desarrollo de nuestra organización. Esto no debería ser 
una sorpresa; en nuestra nación

la raza ha importado más de lo que nuestra conciencia siempre ha 
aceptado. Todavía estamos aprendiendo a tener un diálogo intencional 
sobre la ceguera y la intersección

de las discriminaciones. De manera similar, las luchas actuales de 
Estados Unidos que involucran la raza agregan complejidad a lo que 
buscamos lograr dentro de nuestra propia membresía. No es tan

simple como señalar ejemplos como Al Smith, Ned Graham, Ron Brown, 
Denise Avant, Shawn Callaway, o Ever Lee Hairston para demostrar que las 
barreras

no existen para nuestros miembros con características que se cruzan.

Pero es tan sencillo como comprometerse a aprender de la auténtica 
experiencia de estos tenaces

líderes que continúan construyendo junto a nosotros.

La oportunidad y el desafío es aprender tanto de la fortaleza de nuestra 
diversidad como de nuestros lazos comunes

como ciegos. Sabemos quiénes somos, y nunca volveremos atrás; juntos 
marchamos, avanzamos, y aprendemos de nuestro pasado.

Esta noche, no he compartido con ustedes las luchas con algunas agencias 
para ciegos, las bajas expectativas del público sobre nosotros, las 
innovaciones

tecnológicas desperdiciadas

por expertos que desconocen nuestras capacidades reales, o nuestros 
propios conceptos equivocados internalizados. Todas esas barreras siguen 
siendo reales, siguen siendo una preocupación y todavía están en

el centro del trabajo que aún tenemos por hacer. Esta noche me preocupa 
la necesidad de que nos mantengamos unidos en un movimiento de personas 
ciegas, para reconocer

la fortaleza que proviene de nuestra diversidad, para comprender el 
poder que se obtiene al aprender de nuestro pasado y para abrazar la fé 
que se refleja

en los lazos que nos unen.

Para aquellos en nuestra membresía que no se han sentido plenamente 
reconocidos en el pasado, les escuchamos. Somos ciegos y ya no les 
pediremos que estén juntos

con nosotros al mismo tiempo que les pedimos que ignoren sus 
características de intersección. Somos personas ciegas que somos lo 
suficientemente fuertes como para permanecer unidos en nuestro común

vinculo y buscar la comprensión de las barreras sociales que afectan a 
las personas ciegas debido a sus otras características. Lamentamos que 
no siempre hayamos

Entendido cómo nuestro impulso de permanecer unidos como personas ciegas 
creó menos espacio para que algunos participaran plenamente en nuestra 
marcha hacia

la libertad. Nos animamos en celebración

de su fortaleza y su compromiso de organizarse en nuestro nombre, 
incluso si nuestro espacio no siempre fue tan abierto como queríamos. 
Nos comprometemos a aprender de nuestro pasado con

ustedes, porque aún estamos inacabados. Nuestro progreso es real y 
nuestro compromiso es "avanzar juntos".

Para aquellos que sienten que nuestras acciones recientes están quitando 
nuestra efectividad para defender a los ciegos, los escuchamos. Nunca 
volveremos atrás a una época en la que

nosotros los ciegos no hablamos y actúamos por nosotros mismos a través 
de un movimiento unificado. Tampoco volveremos atrás a una época en la 
que no representamos adecuadamente a todas las personas ciegas.

Nos ha enseñado a pensar críticamente sobre dónde hemos estado y hacia 
dónde debemos ir juntos. Nos ha dado la fortaleza y la determinación 
para asegurarnos

de que nunca volveremos atrás, que no volveremos a una época en la que 
las cuestiones de la diferencia nos dividan.

A ustedes les decimos que nuestra agenda sigue siendo impulsada

por las esperanzas y los sueños de los ciegos. Todavía no hemos subido 
cuesta arriba al cerro, y no podemos seguir el resto del camino sin 
ustedes. Aún somos inacabados, y sus experiencias son importantes a 
medida que avanzamos juntos.

Para aquellas personas ciegas que se apresuran a culpar a otras personas 
ciegas por los problemas que enfrentamos, los desafiamos a reconocer la 
verdad

de nuestro pasado. Elegimos

apoyarnos unos a otros como personas ciegas porque reconocemos que todos 
enfrentamos las bajas expectativas que se interponen entre las personas 
ciegas

y nuestros sueños.

Nos hemos apoyado unos a otros, nos hemos enseñado unos a otros y nos 
hemos animado unos a otros. Mientras tanto, los programas educativos de 
nuestra nación, el sistema de rehabilitación, las estructuras 
gubernamentales,

y las prioridades corporativas crean barreras reales para todas las 
personas ciegas. Ningún segmento particular de personas ciegas tiene la 
culpa de los problemas que enfrentamos. Sin embargo,

Un número significativo de problemas sociales superpuestos, 
especialmente las bajas expectativas persistentes que la sociedad tiene 
para las personas ciegas,

se interpone entre nosotros y nuestros

Sueños. Eso es un producto de la América inacabada en la que vivimos, 
pero nos hemos comprometido a mejorarlo a través de este movimiento. 
Comienza cuando cada uno de nosotros hace

el compromiso individual de participar activamente en la labor conjunta 
para promover nuestro propósito colectivo---un compromiso que requiere 
que aprendamos

y crezcamos juntos.

Como en el pasado, avanzar juntos en el movimiento organizado de ciegos 
es la respuesta.

A todos, unidos, reflexiono sobre la verdad que nos une desde 1940: 
independientemente de lo que esté sucediendo en nuestra nación o en todo 
el mundo,

la fuerza más poderosa para promover las esperanzas y los sueños de las 
personas ciegas es la Federación Nacional de Ciegos. Este es el 
movimiento---un movimiento en el que individualmente,

las personas ciegas están decididas a hablar y actuar por sí mismas---un 
movimiento en el que el compromiso de unirse es más fácil que la labor 
de permanecer

juntos.

Nosotros, los ciegos, hemos encontrado formas de organizarnos incluso 
cuando no teníamos todas las herramientas para institucionalizar los 
principios que

buscábamos cumplir. Nosotros los ciegos

Encontramos formas de entrenarnos para superar los mitos y conceptos 
equivocados y desarrollar la confianza para creer primero y siempre el 
uno en el otro.

Los

ciegos, hemos compartido el valor de retribuirnos mutuamente para 
construir sobre lo que las generaciones anteriores nos han regalado. 
Nosotros, los ciegos, hemos sostenido una

marcha juntos con el objetivo de acercar cada vez más a las personas 
ciegas a la cima del cerro. Nuestro movimiento permanece inacabado, y 
nuestro progreso aún no esta

hecho.

La revolución que seguimos diseñando como personas ciegas está impulsada 
por un compromiso personal y el cariño mutuo en este movimiento. Esa es 
la bondad

que se me mostró cuando conocí la Federación por primera vez en 1996, y 
ha impactado todos los días de mi vida desde entonces. Comprometemos no 
solo nuestras

mentes al trabajo, sino que nuestros corazones. El vínculo de fé que nos 
mantiene unidos en este movimiento es un reconocimiento de que todos 
corremos el riesgo de unirnos.

Nos arriesgamos a defraudarnos mutuamente, incumpliendo el compromiso 
que se expresa en nuestros valores organizacionales, y ser vulnerables 
en el proceso de

crecer y aprender juntos en nuestra marcha. La revolución viene al 
seguir confiando en que el movimiento cambiará nuestros corazones y 
mentes trabajando colectivamente. Para mí, esto ha significado que cada 
vez que pensé que entendía la ceguera y los límites de nuestro futuro, 
el movimiento me impulsó aún más. Eso es gracias a este movimiento de 
personas ciegas, que he podido conocerlos, amarlos, y apreciarlos en un 
conjunto verdaderamente diverso de personas y perspectivas.

Gracias a Dios que trataron de comprender mis propios puntos de vista 
limitados, y me concedieron la gracia de ayudarme a comprender los 
prejuicios que surgieron

de mis propias experiencias,

y me desafiaron a ir más allá de lo que la sociedad me había enseñado 
sobre la ceguera y tantos otros aspectos de la humanidad.

Todos los que marchamos en este movimiento debemos

continuar haciéndolo el uno por el otro si queremos llegar juntos a la 
cima del cerro. Nuestros desafíos no son los demás, ni nuestra 
diversidad. Nuestro desafío

sigue siendo mantener nuestros corazones abiertos a trabajar juntos para 
superar las barreras comunes que se interponen en nuestro camino. Sin 
embargo, ningún desafío puede oponerse a la

fuerza de nuestro compromiso de entender y creer en los corazones de 
nuestros iguales manifestantes en este movimiento inacabado que es la 
Federación

Nacional

de ciegos.

Mi familia de la Federación, las luchas de la sociedad y la raza no son 
nuevas para nosotros. Sin embargo, tenemos más poder para hacer algo al 
respecto que en cualquier momento de nuestra

historia. También tenemos más que perder que en cualquier otro momento 
de nuestra historia. Sabíamos que no sería fácil---nuestra marcha hacia 
la libertad de los ciegos nunca ha sido

fácil. Ha requerido organización, lucha, compromiso, reveses, sacrificio 
y los recursos limitados que pudimos reunir. Y sin embargo, el amanecer 
es nuestro antes de saberlo." Hemos superado todos los desafíos porque 
nos hemos unido en el movimiento organizado de ciegos. Desde 1940, no 
nos hemos enfrentado

a algún obstáculo que haya detenido nuestro progreso. Sabemos quiénes 
somos, y nunca volveremos atrás. Juntos marchamos, avanzamos, y 
aprendemos de nuestro pasado.

: un pasado que está lleno de éxitos y fracasos, ambos informando 
nuestro futuro. Nuestro pasado nos enseñó que debemos hablar y actuar 
por nosotros mismos. Nuestro presente

exige que hagamos el trabajo duro necesario para ir más allá de donde 
hemos percibido que están nuestros propios límites. Nuestro futuro 
requiere una revolución unificada y auténtica liderada por los ciegos

para cumplir el sueño. Este es el compromiso que nos hacemos unos a 
otros. Este es el cariño, la esperanza y la determinación que sentimos 
en nuestra marcha. Este es el

vínculo de fé que nos da la fortaleza para superar las fuerzas 
combinadas de la inestabilidad social, la pandemia, y las barreras 
persistentes que impiden nuestra

plena

participación---una fé que puede mover montañas y montar movimientos. 
Vayamos juntos en busca de los ciegos que aún no han sentido nuestra 
fuerza. Déjenos mostrarle

al mundo que la diversidad es unidad. No estemos nunca divididos. Vamos 
a construir la Federación Nacional de Ciegos.

https://nfb.org/resources/speeches-and-reports/banquet-speeches/reflection-revolution-and-race



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